La iniciativa popular de las asambleas chubutenses. Cuando los mineros de Yamana Gold con sus secuaces locales volvieron a la carga contra el pueblo de Esquel, pretendiendo engañarlo con “nuevas” promesas falsas para explotar el yacimiento de oro que duerme en sus montañas, el fuego de la movilización del “NO A LA MINA” se avivó intensamente.
Por Corina Milan*
Entre 2011 y 2012 participamos de muchas asambleas en las que, además de analizar la coyuntura y organizar acciones de resistencia, se planteaba la preocupación por el marco normativo con el que contábamos. En cada encuentro de los vecinos surgía la inquietud sobre el destino de la Ley 5001, tan cortita para ponerle límite a la voracidad megaminera. Nos preguntábamos: “¿qué hacemos con la 5001? ¿y si la derogan como en Río Negro? ¿y si avanzan con la “zonificación” que preveía la versión original?”, “y además no limita la explotación por galerías, o con otras sustancias tóxicas diferentes al cianuro, ni tampoco la extracción de los minerales radioactivos”. La conclusión de los análisis asamblearios era evidente: “necesitamos una ley mejor, más restrictiva y más segura para el pueblo que no quiere ser saqueado, ni contaminado, ni vulnerado en sus derechos”.
Cabe recordar que para ese entonces Esquel ya no estaba solo en la lucha contra la megaminería: las asambleas se habían multiplicado en toda la provincia (a la par de los proyectos mineros en etapa de exploración) y se empezaba a gestar la Unión de Asambleas chubutenses. Entre todos, y mientras resistíamos una nueva embestida minera con movilizaciones equiparables a las del 2003, pasamos a la etapa de imaginar la ley que necesitábamos. Buscamos antecedentes, modelos, ejemplos. Había leyes mejores en otras provincias como Córdoba, Mendoza o Tierra del Fuego. Luego pedimos asesoramiento profesional para darle forma. Diferentes vecinos de las asambleas chubutenses redactaron borradores, hicieron aportes, analizamos, debatimos en asambleas de Esquel , en las de otros pueblos y en asambleas provinciales con representantes de cada sitio. Promediando el 2012 ya teníamos un proyecto de ley para Chubut. Entonces, empezaba otro debate asambleario: “¿cómo lo presentamos en Legislatura?”.
Evaluábamos diferentes posibilidades de interacción entra las asambleas y los representantes políticos: “se la damos a este bloque, o al otro, o a todo juntos, o a ninguno…” Sobraban argumentos para desconfiar de la palabra, de la ética y del interés de casi todos los bloques y representantes de los partidos políticos. Por algo ellos mismos no habían presentado en todos estos años ningún proyecto como el que necesitábamos.
Estábamos en un laberinto, ¿qué podíamos hacer?
Tuve la suerte de estar en la asamblea de Esquel en la que escuché por primera vez a un vecino proponer que presentáramos nuestro proyecto de ley por INICIATIVA POPULAR. ¿Qué era eso? El vecino nos explicó a todos que era un mecanismo de democracia semi-directa que figuraba en la Constitución de la Provincia del Chubut. Había que averiguar bien qué teníamos que hacer, era muy difícil de organizar; pero resultaba un procedimiento adecuado para respetar el espíritu de nuestro proyecto y no depender de la voluntad de ningún sector político partidario.
También tuve la suerte de compartir esta propuesta del vecino, apoyada por toda la asamblea de Esquel, en una asamblea provincial que se celebró en Trelew, a principios de Noviembre de 2012. Por esos días estábamos resistiendo la intención de aprobar el Marco Regulatorio Minero para habilitar la actividad en la provincia, proyecto que impulsaba entonces el actual gobierno. Sin embargo, en la asamblea provincial se analizó y aprobó la propuesta de la iniciativa popular y muchos vecinos de las asambleas de costa y valle se dispusieron a averiguar en el Tribunal Electoral qué requisitos necesitábamos para embarcarnos en esa empresa. Hubo muchos trámites y gestiones hasta que supimos qué debíamos hacer.
Sería en el marco del encuentro de la UAP que se celebró en Comodoro Rivadavia, en Junio de 2013, cuando, entre representantes de asambleas de todo Chubut, terminaríamos de organizar el procedimiento para gestar la INICIATIVA POPULAR. Dividimos tareas y roles, diseñamos logos, planillas, volantes, sitios web, spots publicitarios. Recaudamos fondos e imprimimos miles de planillas. Creamos un sistema informático para chequear la información de las planillas contra el padrón electoral.
El 4 de Agosto de 2013 lanzamos en forma simultánea, en todos los pueblos de la provincia, la “otra campaña” (nombre que nos diferenciaba de la campaña electoral del 2013), comenzamos a recolectar firmas de vecinos para conseguir el aval del 3% del padrón que necesitábamos para impulsar la iniciativa popular. Estuvimos en plazas, calles, escuelas, iglesias y fiestas populares con planillas, biromes, volantes; explicando a cada vecino de qué se trataba este proyecto y por qué lo necesitábamos. El apoyo popular fue inmediato y masivo.
Ocho meses después, el 4 de Abril de 2014 presentábamos ante el Tribunal Electoral de Chubut el proyecto de ley con el aval de 13.007 firmas de chubutenses de todos los pueblos (si bien recolectamos muchas más, descartamos miles por dudas en los datos o tachaduras y recibimos otras tantas que no llegaron a tiempo para la fecha de la presentación). Fueron controladas en dos oportunidades por ese organismo (ya que no faltaron las maniobras de legisladores afines al lobby minero para desprestigiar la validez de las firmas y el control que había realizado el Tribunal Electoral) y se ratificó la corrección de la presentación hecha por las asambleas.
El 26 de Mayo del 2014 ingresó a la Legislatura el Proyecto de Ley para establecer parámetros de sustentabilidad ambiental en las explotaciones mineras, N° 75/14, y comenzó a correr el plazo de seis meses que tienen los legisladores para tratarlo. En ese período ha pasado de todo: han caído muchas caretas, se ha visto la enorme dimensión del poder de las corporaciones megamineras manipulando acciones y discursos de representantes políticos de primera línea y medios de comunicación provinciales; así como también se ha probado la resistencia, la integridad y la organización de tantos vecinos de las asambleas chubutenses que están llevando adelante una lucha histórica.
Finalmente, ha llegado la hora del tratamiento de esta utopía tejida por miles de esforzadas manos y forjada por el espíritu de miles de chubutenses que queremos un futuro mejor.
Este 25 viene clareando y veremos la estatura moral de nuestros legisladores, de ellos/as depende que este día se recuerde como una fiesta de la democracia participativa o como una nueva traición del poder político arrodillado ante el poder económico de las corporaciones, en contra del pueblo.
De todas formas, pase lo que pase este 25 en la Legislatura de Chubut, podemos decir que ya hemos escrito un capítulo fundamental de la historia de esta provincia. Gratitud infinita a mis queridos/as vecinos/as luchadores/as.
¡Vivan las asambleas que creen que otro Chubut es posible!
* Vecina de Esquel