Coerción, represión y comunicación al servicio de las mineras y sus intereses. Fernando Tebele analiza lo dicho y omitido por algunos medios tradicionales sobre los aprietes y agresiones ejercidas sobre los asambleístas y quienes los apoyan, como se pudo ver hace muy poco en Tinogasta y Andalgalá.
Por Fernando Tebele conductor del programa radial La Retaguardia publicado por Red Eco Alternativo
“Nosotros tratamos de restablecer el orden acompañando al colectivo hasta Córdoba, que es hacia dónde quieren ir sus integrantes, para evitar que se vuelvan a enfrentar con la gente que está a favor de la minería”, dijo el comisario inspector de La Rioja, Roberto Leguiza, entrevistado durante la cobertura especial de las radios de la RNMA (Red Nacional de Medios Alternativos), para justificar el traslado forzado de 53 activistas en contra de la minería que fueron virtualmente expulsados de la región tras el acampe y bloqueo selectivo que se instaló durante dos semanas en Cerro Negro, en las cercanías de Tinogasta, Catamarca, para visibilizar la lucha de los pueblos contra la minería a cielo abierto.
El hecho es más que irregular, de los tantos que se dieron desde que un grupo de parapoliciales se acercaron el viernes 20 de julio al acampe para hostigar a los asambleístas hasta desalojarlos, en total connivencia con la policía y la justicia provincial. Así están las cosas en las provincias donde la minería parece darles órdenes a las autoridades estatales, que las cumplen con fervor y disciplina.
¿Qué hacen los medios tradicionales en estos casos? En su mayoría callan; algunos, cuando la realidad se les cuela a través de la hendija de la cerradura, eligen convocar a las autoridades para que tergiversen lo que allí sucede, extremando las posiciones de los asambleístas para ponerlos en el lugar de violentos –en los casos más elaborados–, o de hippies –cuando la demonización es primitiva, más bien digna de Peter Capusotto–.
Estamos ante un comisario explicando que, para evitar que un grupo de personas sea agredido por otro, saca a las víctimas de la provincia. Nunca dice qué hace con los agresores. Básicamente porque la respuesta debería ser nada. Sirve el caso del comisario Leguiza –que ayuda a suponer que el jefe Gorgory, el policía de Los Simpson, es argentino– para entender cómo se manejan los medios tradicionales en estas ocasiones. También ayuda a ver el rol que ejercen los medios alternativos, que preguntan, como en este caso, al punto que Gorgory utiliza el conocido recurso del “no se escucha” y decide cortar la comunicación.
Unos días después, en el programa La Mañana de Radio Continental, que conduce Víctor Hugo Morales, fue entrevistado el vicegobernador de Catamarca, Dalmacio Mera, quien encontró allí un espacio cómodo para demonizar a los asambleístas y negar las connivencias claramente probadas entre los patoteros promineros y las autoridades provinciales. Allí, casi sin preguntas, Mera habló como si fuera gerente de Minera La Alumbrera, que destruye el medioambiente y también la economía catamarqueña desde hace 15 años, al punto que la ciudad de Andalgalá, cercana al emprendimiento más repudiado de la región, se declaró hace 2 años en emergencia económica. Cuando la periodista Gabriela Vizental intenta preguntar, Víctor Hugo interviene para tirarle a Mera uno de esos pases-gol magistrales que tantas otras veces ha relatado maravillosamente.
Como en su casa, Mera aprovechó para decir que “los mineros también quieren cortar la ruta pero nosotros lo impedimos”, sin que nadie intervenga para aclarar que los asambleístas no cortan la ruta, sólo bloquean el paso de los camiones que transportan insumos hacia La Alumbrera; tampoco harán mención alguna al video que muestra cómo un colectivo que arribó desde Buenos Aires para apoyar la protesta, se encuentra con una camioneta policial que les corta la ruta para evitar que lleguen a Tinogasta. Cuando la policía nota que los están registrando fílmicamente, retiran la camioneta de la ruta nacional 40 para que los activistas puedan arribar a la ciudad. De más está decir que no provocaron ningún incidente, ni allí ni al llegar a destino. Tal vez valga la aclaración, porque tanta tergiversación mediática puede lograr el objetivo de confundir a quienes, con total buena fe, buscan informarse sobre minería a través de los medios locales, absolutamente comprados por las mineras a través de pautas publicitarias, o por lo medios nacionales que tratan el tema según sea (en general) su posición ante el Gobierno Nacional, pero casi nunca analizando los hechos ocurridos.
Seguramente ayudará a comprender la impudicia de los medios tradicionales al tratar la problemática minera, la reunión de agasajo que la CAEM (la Cámara Argentina de Empresarios Mineros) brindó a un grupo bastante grande de trabajadores de prensa, poco después del Día del Periodista. En ese lunch, varios colegas aprovecharon para tomar contacto o directamente cerrar acuerdos con las dos empresas que manejan la imagen y la pauta del sector.
En el caso de la CAEM, el manejo del dinero recae en la empresa Identia PR. Uno de sus socios, Santiago Peixoto, ha expuesto públicamente sobre “los problemas comunicacionales de la minería”, como si esa fuera la cuestión que las mineras debieran abordar para voltear la imagen negativa con la que cargan ante buena parte de la sociedad: no necesitan cambiar su metodología extractiva altamente contaminante, sólo tendrían que comunicar mejor, contaminando también las noticias.
En el caso de YMAD (Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio), una empresa que cuenta entre sus socios principales al gobierno de Catamarca y a la Universidad de Tucumán y que tiene bajo su órbita concesionar la zona minera catamarqueña (entre ellas la que explota Minera La Alumbrera), el enlace es la empresa AR, una consultora de prensa al comando de Alejandra Rafuls, que supo asesorar a Aníbal Ibarra, Víctor Alderete, Mario Montoto y Juan José Zanola, entre otros. Según reconstruye María O’Donnel en su libro Propaganda K, Rafuls fue contratada este año por la Embajada del Reino Unido en Argentina para mejorar su imagen a 30 años de Malvinas. También por el gobierno porteño al comando de Mauricio Macri. Lo que se dice, una experta maquilladora de caras embarradas.
Identia PR y AR actúan en coordinación para que nadie reciba doble pago.
Lo interesante del caso, es que el apoyo económico llega no sólo en forma de pautas publicitarias, sino también como “apoyo institucional”, que no es otra cosa que la entrega de dinero sin contraprestación publicitaria, a cambio de que los periodistas avisen si se piensa publicar en el medio alguna noticia sobre minería o si algún periodista está investigando el tema. En mi barrio a eso le llaman coima. Pero debo vivir en un barrio hippie.