El fin de semana pasado, la ciudad de Andalgalá fue escenario de otra noble expresión del poder popular que viene gestando transformaciones decisivas desde distintos pequeños rincones de Nuestra América… Entre dos y tres millares de personas, vecinas y vecinos de todas las edades, marcharon una vez más alrededor de la plaza central de la ciudad para expresar la firme determinación de rechazar el pretendido proyecto minero de Agua Rica.
06/09/2010. Mal que les pese a los administradores locales del poder colonial, a sus gestores, ‘ocupas’ y voceros, contraviniendo y birlando la perversa ‘trampa’ instalada desde quienes especulan con la vida, no hubo violencia; la violencia que se esperaba y que se azuzaba… Pese a todas las presiones y las provocaciones, no pudieron forzar lo que estaban esperando, para justificar la arremetida represiva ‘final’ que busca ahogar de una vez por todas la voluntad popular que ellos llaman ‘anti-minera’ y nosotros decimos de ‘cuidado de la vida’…
Aunque se sembró y se provocó la violencia, el estallido de indignación pobló la plaza, una vez más, de modo pacífico; con la paz y la firmeza que nace de la confianza en la propia fuerza popular, de que esta vez no se van a salir con la ‘suya’; de que pese a todas las asimetrías de esta lucha desproporcionadamente desigual, la cordura y la justicia vienen abriéndose camino y siguen andando nomás…
La empresa usurpadora pareció haber perdido toda la ‘frialdad calculadora’ de su racionalidad instrumental; perdió esta última semana toda la compostura y los ‘buenos modales’ que el poder colonial suele exhibir a modo de su ‘humanitarismo desde arriba’: dejó de lado las reglas y las formas de la ‘responsabilidad social empresaria’ y siguió los pasos de los viejos piratas y matones de siempre… Contrató barrabravas, ‘alquiló’ cuerpos de gente desesperada y armó un escudo humano frente a sus oficinas… Ocuparon ‘desocupados’ para que operaran como fuerza de choque. Las calles se despejaron de policías. Frente al campamento de Agua Rica, la exuberancia de la dádiva organizó asados y ‘festivales’ despoblados de fervor y de vecina/os. La impunidad de la que gozan no alcanzó para disimular los excesos del alcohol y de la droga. Por ahí, claro, no pasó ningún patrullero a ‘controlar’ nada… Todas las miradas policiales estaban concentradas en la plaza, allí donde estaba el ‘tumulto’, tanta gente saltando y gritando; esas sí parecían ‘peligrosas’, al parecer, para ‘nuestras’ fuerzas de ‘seguridad’; puntillosamente controlaban todo, que no saquemos electricidad del Bar vecino, que quitemos la carpa, que no hagamos fuego, y un largo etcétera de ‘noes’ infantiles…
Y frente a tanta provocación, no hubo desborde. No hubo el enfrentamiento tan esperado y casi planificado; en lugar de eso, hubieron cánticos y alegría, familias enteras caminando, la creatividad popular multiplicada en estribillos, tamboriles, malabaristas y danzantes con fuegos y colores…
Las acciones realizadas y las por realizar se decidieron en asamblea, antes y después de la caminata. Como siempre, vecinas y vecinos fueron tomando la palabra y la palabra fue circulando. Se expusieron pareceres y opiniones, propuestas y dudas, acuerdos y disensos, balances y proyecciones… Algunos se preguntaban si lo hecho no era poco para ‘ultimátum’; otros contestaban que el ‘ultimátum’ al poder colonial se va dando todos los días, cada día, y que éste había sido un firme paso en esa dirección.
El rechazo a Agua Rica sigue firme en la gran mayoría del pueblo de Andalgalá y de una gran porción de catamarqueña/os que va creciendo. La minera mostró su poder mafioso; sus velos y caretas se cayeron. Los usurpadores de las instituciones públicas mostraron su desconcierto; seguirán cavilando sin rumbo para intentar prolongar el extractivismo-asistencialista con el que ‘están donde están’… En medio de la asamblea, ya bien entrada la noche, llegaban los mensajes de texto de Tinogasta: empezaban a bloquear los camiones de Alumbrera… La digna rabia se propaga; la dignidad rebelde se levanta; un nuevo pueblo en calma y en paz, con decisión y con firmeza, sigue abriendo camino hacia nuevos horizontes…
Claro, nada de esto ‘sale en los diarios’ ni parece ser digno de mención en las radios… Para los ‘medios’ esto no pasó; nada de esto ‘fue realidad’. Los medios construyen otra realidad; como los ‘políticos-profesionales’ viven, literalmente, en otro mundo… A ese mundo le estamos dando un ‘ultimátum’; le estamos diciendo que hay un Otro pueblo, que dice ¡Basta! A tantos atropellos y a tantas injusticias. Que dice también que EL AGUA VALE MÁS QUE EL ORO, que
LA MADRE TIERRA NO SE VENDE… Ese es el ultimátum que estamos construyendo: El ULTIMATUM AL PODER COLONIAL. La lucha continua…
H. Machado