Entraron a nuestras tierras prometiendo desarrollo pero sólo aumentaron las desigualdades y profundizaron la miseria… La miseria económica, pero también la miseria moral y política… Horacio Machado Aráoz, Agosto de 2010 Prometieron empleos y sólo repartieron ‘becas’ y ‘planes’… Prometieron ‘dignidad’ y repartieron bajezas…
La codicia degradó la tierra y las almas… Infectó los suelos y los sueños… Las primeras voladuras arrasaron el paisaje: la belleza de nuestra tierra y el candor de nuestra gente… Las aguaditas y los ríos se secaron y los cardones ya no florecen… Los zorros andan por ahí pelados, como los cerros; ya no se ven majaditas en sus faldeos…
El tan ansiado ‘derrame’ nunca llegó… Apenas las migajas…. En materia económica, la ‘riqueza minera’ fue sólo un triste goteo… De ‘derrame’, ni hablar: los únicos grandes derrames fueron los del mineraloducto: derrame de tóxicos y contaminación… Una vez más, contaminación de suelos y de aguas; de cuerpos y de mentes…
Las regalías hicieron crecer la corrupción y el clientelismo… El despilfarro público engrosó bolsillos privados… Obras sin ton ni son, tan fastuosas como injustificables, se desperdigaron por doquier, tratando de disimular la nueva ola del saqueo… Su ‘efecto multiplicador’ alentó sólo el fetichismo consumista de unos pocos, delante de la mirada vacía de otros muchos…
Y la corrupción se extendió incontrolable, como la ‘pluma contaminante’ del dique de colas… Atravesó las instituciones y los deseos… Infectó las aulas, las columnas periodísticas, las sentencias judiciales y hasta los sermones de las capillitas y las catedrales… La infección partió las comunidades, las atravesó, incrustando divisiones y enemistades allí donde antes hubo amistades y parentescos; destruyendo vínculos históricos… Recelos y sospechas; envidias y acusaciones cruzadas surcan la vida cotidiana de las nuevas ‘comunidades mineras’… La vida allí ya no es la misma…
Catamarca ya no es la misma… Ciertamente la minería la ha cambiado. La ha transformado profundamente. A tanta riqueza superficial, tanta pobreza existencial. Miseria cultural, de las almas denigradas. Pero también miseria material, de la tierra devastada, del agua ensuciada y los cuerpos expropiados…
Es el ‘costo’ del ‘progreso’ según se dice… El camino del ‘desarrollo’ parece está plagado de ‘obstáculos’ y demanda ingentes ‘sacrificios’ a los pueblos… Desarrollo minero: ‘zona de sacrificio’… Tanto dolor lacerante que provoca la expropiación hace que cada tanto sea necesaria aumentar la dosis de la anestesia: aumentar los ‘planes’, aumentar ‘bolsones’, aumentar los ‘sueldos’… Más y mejor ‘responsabilidad social empresaria’; más y mejor clientelismo de Estado…
Más pan y más circo, para una población anestesiada…
Extraño desarrollo, el ‘desarrollo minero’… Sin luz y sin agua, nos deja a la ‘intemperie’ justo ahora, en tiempos de cambio climático y calentamiento global… No tenemos luz; no tenemos agua. Pero, eso sí, tenemos nueva cárcel, tenemos ‘Predio Ferial’ y hasta pronto será realidad el ‘sueño’ del Estadio… Para ser honestos, hay que decir también que tenemos nuevo hospital, con más camas y más médicos, para atender como se debe a una población enferma… Triste paisaje, el natural y el social, el que nos deja la minería…. Triste paisaje, el nuevo paisaje de Catamarca; paisaje ‘minero’; paisaje colonial… Si sólo lo pudiéramos mirar con ojos verdaderos… Quizás entonces podríamos romper su hechizo… Quizás entonces nos animaríamos a andar otro camino..