El 23 de febrero, poco más de tres meses después de la sorpresiva muerte de uno de sus miembros más conspicuos, la ex Asamblea de Ciudadanos en Defensa de la Vida y el Agua de Tinogasta —rebautizada Asamblea Darío Moreno en memoria del militante malogrado el 16 de noviembre de 2012— retoma la posición de bloqueo emplazada en el arco de entrada a la ciudad para detener cualquier transporte que lleve suministros hacia los yacimientos mineros de las provincias del noroeste argentino por la ruta nacional 60. Entrevista con Valeria Sierralta (37), miembro de la Asamblea Darío Moreno. (1)
Por Observatorio de Conflictos por los Recursos Naturales OCRN
A través de un comunicado distribuido al día siguiente, la asamblea anuncia que los bloqueos en el área proseguirán y que en adelante no se informarán la fecha ni el lugar previstos para las acciones.
Op.—La estatal Camyen SE (Catamarca Minera y Energética Sociedad del Estado) —creada el 12 de enero de 2012 con el propósito de promover la minería en la provincia— firmó el 19 de octubre del pasado año, cuando fue lanzada oficialmente, una carta de intención con la canadiense CAT-Gold para asociarse en el desarrollo de proyectos extractivos al norte de Tinogasta, donde, según hizo conocer la asamblea, ya se están creando caminos de acceso entre los cerros.
Sierralta.—Están en los nacimientos de agua con la que se alimenta no solo Tinogasta, sino también Fiambalá y los lugares aledaños, que además están en una zona Ramsar. Abrieron muchísimas huellas mineras para facilitar el acceso. Lo grave de todo esto es que a nosotros se nos va a hacer muy difícil saber cuándo comenzarán estos proyectos a realizarse. ¿Por qué? Porque no entrarán por el pueblo. Estamos a más de 150 kilómetros; es complicado, y ellos se aprovechan de esta situación. Todos nuestros cerros están plagados de uranio. La forma en que se llevarán adelante estos proyectos es totalmente devastadora; sí o sí va a ser muy contaminante.
Op.—La Secretaría de Estado de Minería (SEM) informó el 12 de febrero que a través de los Centros de Control Minero-Ambiental localizados en Andalgalá, Belén y Tinogasta, los ciudadanos pueden supervisar in situ el avance de las obras en la zona del yacimiento de cobre y oro Agua Rica —ubicado a unos 35 kilómetros de su homólogo Bajo de la Alumbrera, al cual sucederá con una producción anual estimada en 250 000 toneladas de cobre y 140 000 onzas de oro durante los primeros cinco de los veintiséis años de vida útil que tendría la mina—.
Sierralta.—Una vez que estas empresas se instalan, toman todo el sector que ellas ocupan como propio. No tenemos acceso a esos lugares para ir a supervisar, porque no te dejan entrar. ¿Quiénes controlan?, ¿los Gobiernos? ¿De qué manera podemos controlar si no te dejan entrar al lugar? Las oficinas son una pantalla para tratar de quedar bien ante la comunidad. El otro proyecto que tenemos al norte de Tinogasta es La Hoyada, que es todavía más grande que Agua Rica. Si estos dos proyectos se llevan a cabo, nosotros pasaremos a ser un pueblo fantasma; es terrible lo que quieren hacer. No les importa la población: a las empresas les interesa extraer los minerales, y al Gobierno, ganar unos cuantos mangos a costa del sacrificio de un pueblo.
Op.—A últimos de febrero, se conocieron los resultados de una encuesta que realizó el Fraser Institute de Canadá —del 9 de octubre de 2012 al 6 de enero de 2013— entre 742 empresas relacionadas con la minería en todo el mundo para identificar a las jurisdicciones que poseen las políticas más atractivas para la exploración. De 96 estados estudiados, Catamarca ocupó el puesto 43, por delante de las provincias argentinas de San Juan (51), Mendoza (62) y La Rioja (75), y apenas por detrás de Salta (38), Neuquén (39) y Río Negro (41). El 2 de marzo, desde la SEM celebraron la noticia con las siguientes palabras: “Ante los ojos del mundo, Catamarca se convirtió en un lugar atractivo para los inversores”.
Sierralta.—Si es tan atractivo, estamos en el horno. Nos sentimos en riesgo, totalmente desprotegidos. Lamentablemente, las autoridades lo que menos hacen es pensar en el pueblo. Si no nos cuidamos nosotros, que estamos tratando de luchar, de contar lo que nos está pasando… Quienes tendrían que cuidarnos como pueblo no lo están haciendo; todo lo contrario. Estos emprendimientos son devastadores: una vez que empiezan, no tenemos vuelta atrás.
Op.—Llamativamente, el minucioso trabajo resalta los comentarios hechos por el presidente de una compañía exploradora, quien señaló que en la Argentina cuentan con un fuerte apoyo de las autoridades municipales, provinciales y nacionales, que la política minera del Gobierno de Catamarca encaja con las ideas de la Casa Rosada y que la “minúscula” oposición a la minería no es un impedimento para el desarrollo de la actividad.
Sierralta.—Es increíble como mienten: si conversaran realmente con el pueblo, se darían cuenta de que el 99.9 % no quiere este modelo. ¿Cuál es la política del Gobierno? Que planteen otras perspectivas de futuro, que apuesten al turismo, a la producción. El progreso no llegará al pueblo por más que se realicen estos emprendimientos. Subestiman lo que el pueblo es capaz de reclamar. Bajo ningún punto de vista plantean el diálogo ni tratan de llegar a un acuerdo, y lo único que hacen es recurrir a la fuerza a cualquier precio: no importa si hay un muerto o gente queda herida. Este es un Gobierno de facto con el cartel de democracia, porque no tenés libertad de expresión. Los que se expresan en contra de los intereses del Gobierno, o bien son perseguidos y presionados, o son reprimidos. ¿Democracia? Me parece que quedó un poco atrás.
Op.—El propio Darío Moreno explicaba en una conversación mantenida en mayo de 2012 que al momento de ponerse en marcha originariamente el bloqueo, el 29 de enero de ese año, los camiones con suministros mineros pasaban por Tinogasta al ritmo de cuarenta por semana. ¿Adónde se ha tenido que dirigir ese número de transportes? Más al sur, en la provincia de La Rioja, los viajes de esos vehículos también podrían verse comprometidos (see Acción en Patquía).
Sierralta.—Creería que ahora están pasando por el Paso de Jama. Antes, los camiones pasaban con una carga completa de explosivos. Algunas veces pasaron totalmente vacíos y custodiados por tres o cuatro autos particulares con efectivos de civil e integrantes de un grupo de choque que armó el intendente. Imaginen esta escena: camiones cargados con explosivos y sustancias tóxicas pasando por el centro de Tinogasta, por una avenida que tiene casas a ambos lados. Tratamos de hacerles ver a las autoridades que no queremos estos proyectos, que preferimos quedarnos con el pueblo como está, sin progreso, sin crecimiento, pero viviendo sanamente. Ya no estamos en un puesto visible; se cambió a una modalidad de guardia itinerante, informativa y sorpresiva. Por el momento estamos en la ruta 60, pero, en función de la situación que se presente, quizás tengamos que ir a hacer un bloqueo al norte. El intendente salió a decir por un medio local que iba a venir con la Policía a levantar el bloqueo. Como los camiones no están pasando, no estamos bloqueando nada: simplemente estamos al costado de la ruta informándoles a los que pasan lo que nos sucede.
[1] Conversación telefónica. Realizada el 9 de marzo.