Las centrales nucleares, Atucha I y Atucha II, están ubicadas en una de las regiones más densamente pobladas del país junto al importante Río Paraná. Se trata de un entorno que nos permite imaginar las graves consecuencias que podría ocasionar cualquier “accidente”. Las garantías de los controles en las centrales nucleares, determinados por protocolos internacionales, muchas veces hacen agua ante fenómenos extraordinarios cada vez más frecuentes como consecuencia del cambio climático. Compartimos algunas reflexiones en base al contenido de una entrevista realizada a Agustín Saiz del Movimiento Antinuclear de Zárate Campana en la cual habla sobre la preocupante situación provocada por la inundación que dejó aisladas a las centrales nucleares.

Por: Noalamina.org

Fuente: Agustín Saiz

Las intensas lluvias en el norte de la provincia de Buenos Aires han ocasionado innumerables inconvenientes, particularmente a las localidades de Zárate y Campana. Esta zona es muy importante, entre otras cosas, porque en la ciudad de Lima (perteneciente al Partido de Zárate) se encuentran las centrales nucleares Atucha I y Atucha II. Por lo tanto, las inundaciones provocadas por la inusual cantidad de agua caída generaron preocupación a la población y a los integrantes del Movimiento Antinuclear de Zárate Campana (MARA Zárate Campana). Ante los interrogantes que nos hicimos en estos días, tratando de corroborar que todo estaba bajo control, buscamos información y pudimos escuchar una entrevista a Agustín Saiz miembro de MARA en la Radio FM Las Chacras de Traslasierra (Córdoba).

Saiz describía la situación crítica de una de las zonas más impactadas por el temporal como son Zárate y Campana. Incluso, Zárate fue declarada zona de catástrofe. Más allá de haber dejado de llover, muchos barrios permanecían inundados y con muchas complicaciones para transitar. Este fenómeno meteorológico ha tenido un terrible impacto para la población, generando grandes pérdidas económicas y el triste saldo de 3 personas fallecidas (hasta el momento).

Ante esta situación Saiz afirma:

“Dentro de este cuadro, a nosotros, obviamente como militantes antinucleares, nos preocupa muchísimo lo que puede llegar a pasar con la central nuclear.

Ruta 9. Fuertes tormentas provocaron inundaciones en el Barrio San Cayetano (Campana) el 17 de Mayo de 2025 en Campana , Provincia de Buenos Aires Argentina. FOTO: Francisco Loureiro

Zárate y Campana conforman un polo industrial con numerosas empresas, que además, tiene las centrales nucleares Atucha I y Atucha II, que como mencionamos anteriormente están ubicadas dentro del Partido de Zárate en la localidad de Lima cuyas únicas dos vías de acceso terrestre son las Rutas Nº9 y Nº38; y ambas se encontraban inundadas.

Saiz narraba:

“Esas dos vías de acceso estaban inundadas, lo cual ya nos plantea un primer problema, que es: ¿Qué pasa cuando una central nuclear queda aislada de la logística permanente que debe tener una central nuclear?

“La otra pregunta que nos hacemos es, ¿hasta dónde llega el agua en el predio de la central nuclear? La central nuclear está … en la zona alta, costera al río Paraná, las centrales necesitan agua permanentemente para enfriarse… Atucha I y Atucha II que se abastecen permanentemente del agua del Paraná para refrigerarse, y sabemos que hay estudios que evalúan el riesgo que puede tener la central con las inundaciones del río. Lo que no hay, es un estudio para el agua de escurrimiento, como es en este caso”…

La primera situación de alarma de los vecinos, al conocer que no era transitable el acceso a la central, fue debida a la imposibilidad de lograr el cumplimiento de toda la logística necesaria para su correcto funcionamiento; entre ellos, el recambio del personal. Sin bien, una de las posibilidades para resolver el inconveniente podría ser la prolongación de la jornada laboral, en una tarea tan delicada hay que tener en cuenta que existen errores que han sido estudiados que ocurren por “cansancio del operador”.

Cabe destacar, que Saiz mencionó que no es la primera vez que cuestiones climáticas crean inconvenientes no previstos cuando los reactores fueron diseñados e instalados. En los últimos años, debido al cambio climático, el clima se transformó en muy inestable en la zona.

El reactor Atucha I, por ejemplo, es un diseño de los ’60 implementado en la década del ’70. .. si es que aprueban la extensión de su vida útil será tal vez uno de los reactores más antiguos del planeta operando.”

Por otro lado, Saiz relata que han ocurridoen los últimos años, eventos que han puesto a la central en una situación de riesgo:

  • El primero ocurrió en el “año 2022 con la bajante del Paraná (1). Todos pudimos ver cómo prácticamente en algunas zonas del río la gente podía cruzar caminando,… y eso provocó justamente que las centrales nucleares … no puedan tomar del río el caudal de agua que necesita de manera permanente para refrigerar la central nuclear. …fue una situación bastante alarmante donde la misma gente que opera la central nuclear salió corriendo a implementar, a instalar bombas sumergibles en el lecho del río para poder aumentar el caudal, incluso rompiendo los propios protocolos de operatividad. Una situación muy desprolija, no prevista por la central nuclear, que generó el riesgo este, que es lo que pasa cuando una central no se refrigera correctamente.”  

En caso de no refrigerarse: “El combustible nuclear genera una cantidad de calor excesiva y eso puede generar problemas muy, muy importantes hasta hundirse el núcleo de un reactor, por ejemplo.” 

  • Otra situación que recuerda fue en el año 2023: “Enfrente del Río Paraná, en la zona del Delta, … se hace una quema indiscriminada para después plantar monocultivos (2). ¿Qué fue lo que pasó en el 2023, más precisamente el 11 de marzo del 2023? Ese fuego del Delta fue tan descontrolado que saltó, por decirlo de alguna manera, a la otra orilla donde estaban las centrales nucleares. El fuego avanzó, rodeó a las centrales y también generó una alarma…”
  • “Ahora se genera un tercer incidente… En un periodo relativamente corto, el régimen climático de la región quedó totalmente alterado. En el 2025, ahora lo que encontramos son lluvias tremendamente excesivas. Llueve prácticamente en horas lo que podía llegar a llover en semanas o en meses acá. Y queda todo inundado, ha quedado todo inundado.” Saiz explica que hay 2 riesgos: que el agua llegue a la Central y que la misma quede aislada.

“Porque acá lo que hay que entender es que un accidente nuclear no va a ocurrir porque como en Fukushima viene una ola de 20 metros, eso es imposible. Lo que sí puede ocurrir, y han ocurrido muchísimos accidentes a lo largo del mundo, es cuando la central nuclear no tiene el flujo logístico y energético que abastezca los servicios auxiliares.”

Todos aprendimos a raíz del “accidente” de Fukushima que un corte de energía eléctrica que impida el funcionamiento de los sistemas de enfriamiento del reactor nuclear puede ocasionar una catástrofe. Además, debemos tener en cuenta que se desconoce si en el futuro las intensas precipitaciones pueden prolongarse en el tiempo y causar una mayor inundación. Evidentemente, desde las centrales nucleares deberían encontrar estrategias para garantizar la operatividad y evitar el colapso.

Otra de las preocupaciones de MARA son los efectos que podría producir el desfinanciamiento del Estado sobre el mantenimiento, el personal, los insumos de la central nuclear,…

El informe oficial de la situación de las centrales nucleares por parte de la Autoridad Regulatoria Nuclear llegó recién el 19/05/25 a través de Argentina.gob.ar.

Argentina.gob.ar

La entrevista estaba destinada a conocer la situación de las centrales nucleares durante la inundación; y cabe destacar, la intranquilidad que produce en los habitantes de las localidades cercanas la ausencia de información oficial inmediata. Si bien el periodista preguntó acerca de lo que implicaría un accidente en la central termonuclear, Agustín Saiz tuvo oportunidad para mencionar todas las consecuencias ambientales que generó hasta el presente el “normal” funcionamiento de Atucha I y II en la zona.

“Nosotros tenemos nuestro equipo técnico de vecinos, de profesionales, que han demostrado que Zárate y Campana está contaminado con radioactividad. O sea, nosotros sufrimos el impacto de la radioactividad ya con los reactores operando normalmente. Se ha demostrado que hay picos de radioactividad en el agua del río, donde muchos pescadores pescan por hobby y para alimentación.”

“Hay radioactividad, … en el agua corriente, de canilla, esto es muy grave, y se ha encontrado radioactividad, por ejemplo, en el agua de lluvia. Entonces, primero quiero decir que sacar el mito de que solamente un accidente nuclear nos puede afectar a nosotros. La energía nuclear nos viene afectando desde hace, más de 45, casi 50 años que empezó el proyecto nuclear acá.”

Algunas reflexiones que nos hace pensar sobre los desaciertos de la presencia de Atucha I y Atucha II en ese lugar:

  • Ubicación de Atucha I y II: se encuentran aguas arriba, a unos aproximadamente 80 km de Capital Federal y Gran Buenos Aires, que es la zona más densamente poblada del país.
  • Si ocurriera una fuga, la dispersión de la radiactividad puede alcanzar una distancia de 200 – 300 km. La dirección depende de la orientación del viento. Las zonas afectadas podrían ser la Capital, el Gran Buenos Aires, Santa Fé, Entre Ríos y/o Uruguay.
  • Además, se cuestiona que una actividad de éstas características debería contar con el aval de todo el área que podría verse afectado. Saiz considera que:

“No se puede imponer un proyecto de riesgo sin que pase por la aprobación de la agenda. Y no solo en esa aprobación tiene que participar un pequeño pueblo con la mentalidad cautiva como es Lima, porque Lima es un sujeto social sometido permanentemente a la propaganda del lobby nuclear, sino que tienen que participar en esa decisión Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y ¿por qué no todo el resto del país? Porque lo que se pone en juego es la irreversibilidad de la condición sanitaria del territorio.”

También fueron mencionados estudios que demuestran la presencia de cesio radiactivo en el lago Embalse, junto a la Central Nuclear de Embalse (Córdoba).

En el cierre de la entrevista se expresó:

“Por eso le decimos que no a la energía nuclear. Básicamente necesitamos poner estos temas en debate, hacerlos abiertos al público y verdaderamente cuestionar cuál es el balance de este ciclo de energía nuclear en Argentina, cuánto se gastó, cuánto se produjo, y cuántos son los pasivos que nos quedan, no solo con los reactores de Lima, de Embalse, sino con toda la minería de uranio, que es la más peligrosa de todas y que está amenazando la cordillera, la Patagonia.” 

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(*) Video https://www.instagram.com/reel/DJuxFElPmVL/