“Parece inevitable que la humanidad, finalmente, tenga que mirar más allá buscando recursos naturales conforme agotemos los suministros de nuestro planeta. No hay escasez de estimaciones sobre que agotaremos todo, desde el hierro al platino, en el próximo siglo aproximadamente. El lugar obvio para buscar nuevos suministros es el cinturón de asteroides.”, afirman dos astrónomos.

 

Fuente: Ciencia Kanija *

30/03/2011. Si civilizaciones avanzadas han extraído minerales de su cinturón de asteroides, deberíamos ser capaces de ver las pruebas, defienden los astrónomos.

Hoy, Duncan Forgan de la Universidad de Edimburgo en Escocia, y Martin Elvis del Centro Harvard Smithsoniano de Astrofísica en Cambridge, Massachusetts, dicen que este tipo de pensamiento tiene implicaciones importantes para la búsqueda de inteligencia extraterrestre.

Defienden que cualquier civilización mucho más avanzada que la nuestra es probable que requiera de recursos naturales de todo su sistema planetario, y que este tipo de actividad minera a gran escala es probable que produzca una señal visible para la actual y próxima generación de telescopios que estudian exoplanetas.

Forgan y Elvis empezaron imaginando cómo podríamos explotar nuestro propio sistema, argumentando que tal minería extrasolar debería producir tres tipos distintos de señal.

Primero, mover ciertas sustancias de una parte a otra de un sistema debería producir una señal química en el anillo de restos alrededor de una estrella. Sabemos que los discos de escombros tienen ciertas proporciones de elementos, las cuales podemos medir usando espectroscopia. Las actividades mineras alterarían estas proporciones.

Segundo, la minería debería cambiar la distribución de tamaño de los objetos en el disco de escombros. Hay varias ventajas en la explotación minera de cuerpos grandes en lugar de los pequeños, por lo que los números de estos deberían caer artificialmente en un sistema de explotación minera. A la vez, la actividad minera puede producir grandes cantidades de polvo, por lo que éste debería incrementarse.

Es más, la explotación minera es probable que se realice cerca del planeta madre, por lo que este polvo probablemente forme anillos cerca. (Imagina nuestro cielo nocturno, si alguna vez llega a pasar cerca de la Tierra.)

Para terminar, Forgan y Elvis dicen que debería haber una firma térmica significativa procedente de las actividades mineras, dado que es probable que el polvo absorba y emita energía térmica procedente de la estrella. Por lo que estos anillos de polvo deberían ser visibles.

Hay un problema con todo esto, desde luego. Forgan y Elvis tienen problemas para señalar cuáles de estos procesos de agotamiento química y desgaste mecánico pueden también ocurrir de forma natural. Por lo que estas no son de ninguna manera firmas únicas de actividad minera extraterrestre.

En lugar de esto, defienden que deberíamos usar estas señales, siempre que las encontremos, como banderas de que se necesita más investigación.

Esto parece tener sentido, especialmente dado que el tipo de análisis que revelará este tipo de desequilibrios es probable que se haga como un aspecto rutinario de las misiones de búsqueda de planetas.

Hay una señal importante de la minería que Forgan y Elvis no debaten. Esta relacionada con la energía requerida para extraer y procesar el material a la escala que describen.

Sea cual sea la forma de propulsión y maquinaria que usen estas civilizaciones, se requerirá de alguna forma de energía. Y es probable que deje su propia huella.

Tal vez la firma más visible sean las nubes de gases de combustión rodeando estos sistemas y las ascuas brillantes de los reactores en funcionamiento. En otras palabras, contaminación.

Como sabemos a nuestra costa en la Tierra, los efectos colaterales no deseados a menudo dejan las mayores cicatrices.

* Artículo original publicado el 30 de marzo de 2011 en el blog The Physics ArXiv Blog.