A 20 años de la histórica resistencia ciudadana contra el represamiento del Paraná Medio, las agrupaciones ecologistas entrerrianas recibirán una distinción por su lucha a favor del ambiente libre y sano y “contra los atropellos del colonialismo extractivista depredador de nuestros bienes comunes”. Sostienen que la organización contra la fractura hidráulica (fracking) es trascendente, lo mismo que la defensa de los ríos Paraná, Gualeguay y Uruguay, y del acuífero Guaraní. Aseguran que la protección del agua en sus diversas manifestaciones “resume una lucha que avanza en el conocimiento, el debate y la conciencia sobre el origen común de los ataques: la ganancia”.
Fuente: AIM Digital
“Frente al individualismo elegimos el jardín de las asambleas, que es más que la suma de sus flores”, dice un documento difundido hoy por el centro de estudios Junta Abya yala integrado por sindicalistas, artistas, docentes, estudiantes, investigadores, periodistas, ecologistas y escritores del litoral.
“Valoramos la rebeldía de estas organizaciones que en la provincia y regiones aledañas permiten visibilizar problemas graves que habían sido naturalizados, compartir saberes, y volver la mirada a los principios del vivir bien y bello”, expresa la declaración y aclara que la distinción llamada “Conciencia Abya yala 2016” alcanza a todas las organizaciones, incluidos los movimientos, foros, asambleas, etc.
Recuerda que se cumplen “20 años de la resistencia ambiental iniciada en Paraná contra el megaproyecto de represamiento del Paraná Medio por las organizaciones y personas que constituyeron en 1996 la histórica Asociación de Entidades Ambientalistas de la Cuenca del Paraná. Fue aquella una manifestación colectiva –dice el documento- que despertó la conciencia ecológica desde el pie, enfrentando al más rancio imperialismo norteamericano encabezado por George Walker Bush y sus socios locales (en esas relaciones carnales tan contumaces como detestables)”.
La declaración pone en relieve consignas que se hicieron populares en las manifestaciones callejeras como “Entre Ríos SI, Entre Represas NO”, o la más reciente “Juira el Fracking”.
Los manifestantes destacan el impulso dado por organizaciones sociales y ambientales a normas municipales y provinciales con vistas a declarar zonas libres de exploración y explotación de hidrocarburos a nuestras regiones.
Sostienen que la organización contra la fractura hidráulica (fracking) es trascendente, lo mismo que la defensa de los ríos Paraná, Gualeguay y Uruguay, y del acuífero Guaraní.
Aseguran que la protección del agua en sus diversas manifestaciones “resume una lucha que avanza en el conocimiento, el debate y la conciencia sobre el origen común de los ataques: la ganancia”.
En ese sentido, exaltan los saberes de pueblos antiguos de la región y afirman que la tierra “no debe seguir siendo considerada un capital”, a la vez que enumeran distintas manifestaciones de la lucha ambiental por energías alternativas y alimentos sanos; la conciencia sobre las grandes industrias contaminantes como las pasteras (con epicentro en Gualeguaychú), o el uso de transgénicos y un combo de sustancias químicas peligrosas, en la producción de escala.
El extenso documento, muy crítico del capitalismo, está firmado por conocidos estudiosos de Paraná, Concordia, Santa Fe, Gualeguaychú, Concepción del Uruguay y otras ciudades.
La Junta Abya yala por los Pueblos Libres adelantó que el lunes 23 de mayo, Día del Trabajador de la Educación y cumpleaños número nueve del centro de estudios, harán un encuentro en la sede de Agmer Paraná para entregar los premios Conciencia Abya yala 2015 y 2016, a docentes y ecologistas.
En años anteriores recibieron esta distinción los habitantes costeros en la figura de Dominga Ayala, los luchadores haitianos en la persona de Henry Boisrolin, los jóvenes de la organización El Agua Manda, y Félix Díaz por la lucha constante y la prédica de los pueblos originarios.
A continuación, el texto completo del documento firmado en Paraná hoy, 13 de mayo de 2016.
JUNTA ABYA YALA POR LOS PUEBLOS LIBRES –JAPL-
La Junta Abya yala por los Pueblos Libres resuelve entregar el reconocimiento Conciencia Abya yala 2016 a las organizaciones entrerrianas que han venido luchando por el ambiente libre y sano, contra los atropellos del colonialismo extractivista depredador de nuestros bienes comunes.
La distinción incluye a foros, asociaciones, movimientos, clubes, grupos, multisectoriales y asambleas sociales y ecologistas, manifestaciones de un nuevo y a la vez antiguo modo de encuentro para la resistencia, y debe interpretarse como un agradecimiento al amor que los asambleístas despliegan en su labor.
Frente al individualismo elegimos el jardín de las asambleas, que es más que la suma de sus flores.
El saqueo está instalado, por eso valoramos la rebeldía de estas organizaciones que en la provincia y regiones aledañas permiten visibilizar problemas graves, compartir saberes, y volver la mirada a los principios del
vivir bien y bello.
Este reconocimiento llega en un momento en que la lucha contra la fractura hidráulica es ya irreversible en Entre Ríos, y cuando se cumplen 20 años de la resistencia ambiental iniciada en Paraná contra el megaproyecto de represamiento del Paraná Medio por las organizaciones y personas que constituyeron en 1996 la histórica Asociación de Entidades Ambientalistas de la Cuenca del Paraná. Fue aquella una manifestación colectiva que despertó la conciencia ecológica desde el pie, enfrentando al más rancio imperialismo norteamericano encabezado por George Walker Bush y sus socios locales (en esas relaciones carnales tan contumaces como detestables).
La experiencia de vida en Entre Ríos en los últimos 100 años deja enseñanzas: hemos producido un biocidio para no vivir siquiera en el territorio. Con el humano desterrado y muchas veces hacinado, los suelos degradados por la erosión hídrica y la explotación productivista, los montes talados y las especies exterminadas o reducidas a una mínima expresión, es decir, puestas frente a un abismo, y la complicidad de los poderosos, empezando por el Estado.
Nos hemos distanciado de la Pachamama. Destruimos en un siglo más que en los 12.000 años anteriores, y eso bajo los nombres de “progreso” y “crecimiento”.
La eclosión de asambleas enciende lámparas para generarnos expectativas, frente al entretenimiento banal. Por eso, de cara a los miles de vecinos que participan de estas organizaciones sociales y ambientales en todo el país va este homenaje al colectivo, sin nombres personales, individuales.
Nadie olvida las marchas masivas, los esfuerzos de muchos, los viajes en canoa por los ríos, los intensos debates, los aportes desde la militancia, desde el conocimiento integral y la ciencia, que marcaron nuestra historia.
Hace 20 años que el lema “Entre Ríos Sí, Entre Represas No” es ya una marca indeleble entre los tagüé, y ha tenido lemas herederos de enorme significación, hasta el actual “juira el fracking”.
Saludamos el compromiso con la humanidad en el paisaje, subrayamos la actitud para el estudio integral, con vocación participativa, y la eficacia en advertir los peligros que corre la vida hoy.
La defensa del agua en sus diversas manifestaciones resume una lucha que avanza en el conocimiento, el debate y la conciencia sobre el origen común de los ataques: la ganancia. Colocar la ganancia sobre la vida, la propaganda engañosa sobre el diálogo fecundo, la utilidad sobre la biodiversidad, el consumismo sobre el vivir bien y en armonía, son desvíos que las asambleas impugnan.
Este estado de conciencia nos ayuda a curarnos de la soberbia del antropocentrismo, y a valorar las vías diversas del conocimiento. Al mismo tiempo, nos alerta de los atropellos del gran capital en complicidad con las corporaciones políticas y empresariales.
Sabemos que la tierra no debe seguir siendo considerada un capital y por lo tanto amortizable; que la naturaleza y sus manifestaciones no son recursos de la revalorización del capital; que hablar de “recursos naturales” es tan inmoral como hablar de “recursos humanos”, entendiendo por recursos los del modo de producción capitalista.
Sabemos también desde los pueblos antiguos de este suelo que nos debemos el cuidado, el respeto y la veneración del orden cósmico, y que esos saberes son una lección de vida para el necesario cambio de conducta. El humano pertenece a la tierra y ella no le pertenece, como no le pertenecen el sol, el aire, el agua, ignotas ofrendas a la vida, condiciones necesarias y quizás suficientes para que los seres vivan hoy y vivan siempre.
Hoy destacamos la conciencia y la lucha en temas diversos con origen común.
Y marcamos algunos ejemplos.
El impulso a normas municipales y provinciales con vistas a declarar taxativamente zonas libres de exploración y explotación de hidrocarburos a nuestras regiones, para extender ese cuidado al país entero y más allá, por caso. La organización contra la fractura hidráulica (fracking) es trascendente.
También la centrada defensa de los ríos Paraná, Gualeguay y Uruguay, y del acuífero Guaraní y otros más cercanos.
La determinación por conocer y difundir las energías alternativas y el necesario cambio de paradigma por una vida sencilla, serena, emancipada de los hidrocarburos fósiles y la depredación, y bien atenta a los peligros de la energía atómica y sus residuos.
La conciencia sobre las grandes industrias contaminantes como las pasteras y otras; la defensa de las costas como bienes comunes (camino de sirga); el freno a los megaproyectos de represamiento en ríos de llanura; la voz de alerta en temas como el crimen del asbesto (amianto) o el colosal desgaste del suelo; los estudios y las denuncias en torno del sistema agropecuario basado en transgénicos patentados por multinacionales y un combo de sustancias químicas peligrosas, que han consolidado la expulsión de habitantes y el hacinamiento; la advertencia acerca de los riesgos para la salud de todas las manifestaciones de la vida desde la semilla o el embrión, y para la sanidad de las napas subterráneas.
También destacamos el estudio y la difusión de modelos de agricultura sustentable, chacra mixta; alimentos variados, sanos y en cercanía; soberanía alimentaria; lo mismo que la conciencia sobre la necesidad de corredores de biodiversidad, de áreas protegidas en las costas de ríos y arroyos. Para que la flora y la fauna no queden arrinconadas y para garantizar la interacción y supervivencia de especies.
Destacamos en esa línea los aportes referidos a la jerarquía de la biodiversidad, el arbolado urbano, el tratamiento de los residuos; el cuidado de los humedales y el monte nativo contra la tala rasa y los proyectos “inmobiliaristas” o productivistas; y la advertencia temprana sobre planes de mega obras inconsultas (IIRSA).
Ponemos en relieve el reclamo del derecho a una licencia social para los emprendimientos.
Nadie ignora ya los males del destierro y el hacinamiento, provocados por un modelo que sirve a grandes intereses pero no a los pueblos.
Son estas organizaciones las que indagan en el sistema que pone a la vida en segundo plano y que ya ofrece síntomas evidentes de deterioro acelerado del mundo, con el agravante del calentamiento global. Han sido además las que permitieron el conocimiento profundo y la difusión de alarmas como las del biólogo Andrés Carrasco, por los efectos de los venenos en los embriones; y las que denunciaron la continuidad del modelo de minerías a cielo abierto y de monocultivo en gobiernos de distinta extracción en apariencia, cómplices de una economía de escala con prioridad del capital financiero sobre los trabajadores.
Entendemos que estas agrupaciones sociales y ambientales, junto a compañeros de otras latitudes, miran desde distintos ángulos las consecuencias de un mismo sistema capitalista y colonial depredador que hace estragos en la naturaleza y, en ella, el humano.
Esas agrupaciones son contestatarias de la propaganda que nos reduce a meros consumidores, o nos extirpa del paisaje para generarnos necesidades ficticias con vistas al consumo de trivialidades. Esa propaganda busca uniformarnos según las necesidades de mercado financiero y los demás grupos y Estados imperiales.
Las asambleas son expresiones comunitarias novedosas que, enraizadas en antiguas tradiciones de Abya yala(América), asumen un rol decolonial, descolo-nizador, y le descorren la cortina a las aberraciones del
capitalismo.
Se niegan a la uniformidad, hacen de sus ruedas de mate verdaderas tribunas populares y recuperan dos principios de nuestro suelo: 1-el sumak kawsay o tekó porá, es decir, la vida plena en armonía con la naturaleza, el vivir bien y bello; y 2-la soberanía particular de los pueblos, que podemos traducir como la autonomía regional tanto en la relación social y económica como en los saberes.
Con este reconocimiento Conciencia Abya yala 2016 resaltamos esos aportes para recuperar saberes, la defensa de la biodiversidad y los modos de vida solidarios.
Los encuentros sociales y ecologistas cada día más pujantes en la Argentina y otras naciones surgieron con fuerza hace más de dos décadas ante una clase política ligada al gran capital que no es indiferente al ambiente sino protagonista en tanto causante de su deterioro.
Hoy saludamos a todos los entrerrianos que recuperan esa armonía en el paisaje y son antorchas encendidas para todos nosotros, les agradecemos esa amistad. Y extendemos el reconocimiento a las mujeres y los hombres del mundo comprometidos con la emancipación en un ambiente libre y sano.
JUNTA ABYA YALA POR LOS PUEBLOS LIBRES –JAPL-
13 de mayo de 2016.
Abel Schaller, Alberto Dorati, Américo Schvartzman, Andrés Petric, Antonio Tardelli, Bernardo Zalisñak, Carlos Alberto Godoy, Carlos Andrade, Carlos Natalio Ceruti, Carlos Weber, Celia Taffarel, César Baudino, César Pibernus, Claudio Puntel, Daniel Tirso Fiorotto, Fortunato Calderón Correa, Gustavo Lambruschini, Ignacio González Lowy, Jorge Villanova, Juan Antonio Vilar, Juan José Rossi, Julio Barbagelata, Julio Majul, Lucrecia Brasseur, Luis Lafferriere, Marcos Tonina, María José López Ortiz, Mario Alarcón Muñiz, Mario Daniel Villagra, Mario Escobar, Mario Leonardo Londero, Martha Bader, Martín Barral, Mercedes Fiorotto, Oscar Milocco, Pedro Aguer, Ricardo Bazán, Santiago Fiorotto, Santiago García, Santiago Weber, Sergio Daniel Verzeñassi, Silvina Suárez, Víctor Hugo Sartori…