Así lo volvió a expresar FUNAM, la ONG que desde 1988 denuncia pública y judicialmente la inseguridad, fallas y accidentes que tiene esa obsoleta planta cordobesa de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Por Fundación para la Defensa del Ambiente FUNAM

En estos 26 años de lucha FUNAM hizo conocer al público que allí se depositan caóticamente y sin membrana 57.600 toneladas de residuos radiactivos de uranio, que la planta envió miles de tambores con basura radiactiva a San Rafael en Mendoza, que sufrió numerosos accidentes, incendios y hasta explosiones, que es una de las actividades químicas y radiactivas más peligrosas de la provincia además de a la central nuclear de Embalse, y que contaminaba la atmósfera de barrio Alta Córdoba y la colectora cloacal con uranio, todo ello en secreto, ante la inacción sistemática de las áreas de ambiente de la Provincia y de la Municipalidad de Córdoba”.

El Dr. Raúl Montenegro, presidente de FUNAM, desmintió el comunicado de la Comisión Nacional de Energía Atómica que sostiene que Dioxitek jamás tuvo incidentes que afectaran a sus trabajadores y a los vecinos.

Montenegro calificó ese comunicado de CNEA como “la despedida más coherente que puede presentar una empresa irresponsable” y repasó los accidentes más graves que tuvo esa planta, “accidentes sugestivamente olvidados por CNEA”.

Sostuvo que después de “frustrados intentos de relocalización en Córdoba, Mendoza y La Rioja, el Ministro de Planificación Federal Julio de Vido buscó un aliado provincial con pocos escrúpulos y larga tradición de control de la protesta para trasladar la planta que nadie quiere, y halló ese socio en el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán. En Formosa se violaron leyes locales y hasta una convención de derechos indígenas para que Dioxitek pudiera localizarse al lado mismo del barrio indígena Namqom. Poco les importó que la planta pudiera sufrir incendios y explosiones, y que sus nubes contaminantes afectaran por igual a argentinos y paraguayos. El Ministro De Vido y el gobernador Insfrán quieren localizar allí a Dioxitek, pero también un aún más peligroso reactor nuclear CAREM-150”.

Sostienen que el plan nuclear argentino “es faraónico e improvisado” y alertan sobre la concentración de plantas nucleares inseguras cerca de una de las ciudades más pobladas de América Latina, Buenos Aires, y de Uruguay.

Córdoba (Argentina), 11 de noviembre de 2014. La Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM) consideró como “histórica aunque tardía” la clausura definitiva de Dioxitek concretada por la Municipalidad de Córdoba el lunes 10 de noviembre a las 15:30 horas. FUNAM consideró que la clausura de Dioxitek “llega con 19 años de atraso y tras 26 años de lucha”.

Así se expresó FUNAM, la ONG que desde 1988 denuncia pública, administrativa y judicialmente la inseguridad, fallas y accidentes que tiene esa obsoleta planta de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

El Dr. Raúl Montenegro, presidente de FUNAM, recordó que en estos 26 años de lucha “hicimos conocer al público y a muchos funcionarios y legisladores que en esa planta se depositan caóticamente y sin membrana 57.600 toneladas de residuos radiactivos de uranio, que la planta había enviado miles de tambores con basura radiactiva a San Rafael en Mendoza, que sufrió numerosos accidentes, incendios y hasta explosiones, que contaminaba la atmósfera de barrio Alta Córdoba y la colectora cloacal con uranio, todo ello en secreto, ante la inacción sistemática de las áreas de ambiente de la Provincia y de la Municipalidad de Córdoba. Cuesta creer que Dioxitek, una de las actividades químicas y radiactivas más peligrosas de la provincia -además de la central nuclear de Embalse- continuara funcionando impunemente en uno de los barrios más densamente poblados de la ciudad de Córdoba”.

El Dr. Montenegro, desmintió el reciente comunicado de la Comisión Nacional de Energía Atómica donde se sostiene que la planta de uranio jamás tuvo incidentes que afectaran a sus trabajadores y a los vecinos. “Es la despedida más coherente que puede presentar una empresa irresponsable que durante más de 30 años mintió sistemáticamente a los vecinos y a las autoridades locales de control”.

“CNEA insiste en ocultar las graves fallas y accidentes que tuvo Dioxitek y su predecesor, el Complejo fabril Córdoba (CFC). Desde la década de 1980 ha tenido sistemáticas fugas de gas amoníaco que los vecinos percibían no solo por su olor característico, sino también por sus efectos: irritación de garganta, trastorno de las vías respiratorias y lagrimeo de los ojos. El 15 de mayo de 1986 a las 21:50 horas –uno de los tantos episodios de fuga- la planta venteó amoníaco durante 4 minutos sin alertar a la población”.

“El 2 de enero de 2001, entre las 12:45 y las 13:00, los vecinos de barrio Alta Córdoba, escucharon una explosión en la planta. Percibieron luego una densa y alta humareda. Alarmados, se comunicaron rápidamente con FUNAM. Una vez más Dioxitek reaccionó con silencio y minimización”.

Las sustancias altamente peligrosas que manejaba Dioxitek

Montenegro indicó que en la planta “se almacenan cantidades importantes de líquidos peligrosos, como ácido nítrico, metanol y tributil fosfato (TBP). En contacto con ácido nítrico concentrado la solución TBP-queroseno, por ejemplo, forma un aceite rojo que es explosivo. Entre los gases que existen en Dioxitek o se forman por reacciones químicas, se encuentran amoníaco, hidrógeno, óxidos de nitrógeno y gas natural. El problema es que un accidente químico grave con explosión no solo habría generado gases tóxicos, sino que podría haber dispersado uranio, una sustancia tóxica y además radiactiva”.

“En la planta siempre existió el riesgo de una explosión en el horno con uranio. Otro riesgo grave eran las baterías de hidrógeno líquido porque si hay una pérdida grande se autoenciende”, sostuvo Montenegro.

Agregó que la clausura “solo reduce el riesgo derivado de las operaciones, porque la planta también acumula unas 57.600 toneladas de residuos de uranio, radiactivos, dispuestos sin membrana y que siguen contaminando el suelo, el agua y el aire. Numerosas mediciones muestran los altos valores de contaminación por el gas radiactivo radón 222”.

En el año 2000 FUNAM dio a conocer las mediciones efectuadas en ese depósito por Ceprocor y que están archivadas en la Universidad de Extremadura (España). En el suelo del depósito el plomo 210 radiactivo está a valores muy altos: el máximo registrado fue 11.445 ± 583 Becquerelios por kilogramo (Bq/kg). En cuanto al radio 226, otro material radiactivo derivado del uranio, se hallaron valores de hasta 9.500 ± 470 Becquerelios por kilogramo.

Recordemos –sostiene Montenegro- que estos valores “son muy altos. Cantidades normales, en suelo, se ubican en los 37 ± 22 Becquerelios por kilogramo. En el ‘chichón’, nombre popular del depósito, la presencia de radio 226 supera 257 veces ese valor normal. Con respecto al radón 222 en el depósito se midieron hasta 30 ± 28.9 picocuries por litro (pCi/l), cuando los estándares de normalidad de la EPA -organismo ambiental de los Estados Unidos- éstos se ubican en 4 picocuries por litro y los de la propia Autoridad Regulatoria Nuclear de Argentina en 10 picocuries por litro. Si tomamos como referencia el estándar de la EPA, que es de 4 picocuries por litro, esa cifra de 30 picocuries por litro medida en el ‘chichón’ es 7 veces más alta que el valor considerado aceptable”. Todos estos datos corresponden a 1998.

“Todo esto explica porqué la propia CNEA aconsejó su traslado en 1989 y que en 1992 el documento RQ-85 de CNEA restringiera el ingreso al área. Hasta la clausura, los criterios de acceso de personas al predio indicaban que no pueden ingresar mujeres embarazadas. Lo dramático de esta restricción es que muchas embarazadas viven en el límite mismo de la planta y del ‘chichón'”.

“Como resultado de las presiones públicas su primer plazo de erradicación se definió en 1995, durante la gestión del intendente Rubén Martí, pero desde entonces se han venido produciendo postergaciones cada vez más irresponsables. La última, producto de un decreto de la Municipalidad de Córdoba firmado por el intendente Ramón Mestre, expiró el pasado 8 de noviembre. De allí la clausura que se produjo ayer, y que asumimos será definitiva. Ahora hay que empezar a hablar de la remediación no solamente de las 57.600 toneladas de residuos radiactivos de baja actividad localizados en Dioxitek, sino también de las propias instalaciones, fuertemente contaminadas con uranio y que no serán trasladadas”, advirtió el Dr. Raúl Montenegro.

CNEA quiere llevar ahora la planta a Formosa pese a la resistencia de formoseños, chaqueños y paraguayos

Montenegro sostuvo que después de “frustrados intentos de relocalización en Córdoba, Mendoza y La Rioja, el Ministro de Planificación Federal Julio de Vido buscó un aliado provincial con pocos escrúpulos y larga tradición de control de la protesta para trasladar la planta que nadie quiere, y halló ese socio en el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán”.

“En Formosa se violaron leyes locales y hasta la Convención 169 de Derechos Indígenas de la Organización Internacional del Trabajo para que Dioxitek pudiera localizarse al lado mismo del barrio indígena Namqom. Poco les importó que la planta pudiera sufrir incendios y explosiones, y que sus nubes contaminantes afectaran por igual a argentinos y paraguayos. El Ministro Julio de Vido y el gobernador Gildo Insfrán quieren localizar allí, a cualquier costo, ambiental y social, la planta de Dioxitek pero también el aún más peligroso reactor nuclear CAREM-150”, agregó.

FUNAM indicó que la sociedad argentina “debe observar con atención los graves hechos institucionales que están ocurriendo en la provincia de Formosa. Un gobernador obsecuente, para quedar bien con el Ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, no titubeó en violar la ley provincial 815 (que prohibía instalar en Formosa plantas como Dioxitek) y hasta camuflar su derogación, que ya logró, en el Proyecto de Ley de Presupuesto”.

FUNAM agregó que el cuestionado Ministro de Planificación Federal Julio de Vido “está en una marcha contrarreloj para que la planta expulsada de Córdoba pueda radicarse en Formosa, cueste lo que cueste. Lo que no tuvieron en cuenta, ni la nación ni el gobierno formoseño, es la contundente movilización en contra de Dioxitek y del reactor nuclear CAREM-150 que se registra en el Paraguay, ni la ruidosa oposición que crece en la propia Formosa y provincias vecinas. La clara posición contra la radicación de Dioxitek asumida por el Obispado de la Iglesia Católica en Formosa ha sido otro de los golpes más duros que recibió la iniciativa conjunta Insfrán-De Vido”.

“Las comunidades indígenas Qom afectadas por el proyecto Dioxitek denunciaron en la Justicia Federal la violación al Convenio 169 de Derechos Indígenas. Pero también habrá presentaciones penales porque el gobierno de Gildo Insfrán violó además la ahora derogada Ley 815. Si siguen estas torpezas institucionales, es inevitable que el caso llegue a la Corte Suprema de Justicia de la Nación”, señaló el Dr. Raúl Montenegro.

“Pero lo más importante es que vecinos de la propia Formosa y del Chaco, y numerosas instituciones, junto a una movilización sin precedentes en el Paraguay, le están diciendo no a Dioxitek y al reactor nuclear CAREM-150 prometidos por Julio de Vido a Formosa. En Pilar, Paraguay, ya marcharon más de 10.000 personas oponiéndose a ambas iniciativas”, concluyó.

Plan Nuclear de Argentina: “faraónico, improvisado y peligroso”

El Dr. Raúl Montenegro –premio Nóbel Alternativo 2004- sostuvo que el plan nuclear argentino “es faraónico, improvisado y peligroso” porque el gobierno nacional “decide nuevas plantas nucleares sin cumplir las leyes y comprometiendo enormes recursos que deberán afrontar otras gestiones y generaciones de argentinos”. Señaló además que el Ministerio de Planificación Federal transformó a la Argentina “en el país con mayor riesgo nuclear de toda América Latina, donde la zona de sacrificio más peligrosa es la zona de Pilar cercana a Buenos Aires, que concentra Atucha I, Atucha II y el CAREM-25 en construcción, y donde quieren instalar dos centrales más. Todo para solamente producir menos del 10% de la energía eléctrica que se consume en Argentina”.

“Peor aún, ya han decidido hacer un reactor nuclear experimental en el Centro Atómico Ezeiza, el RA-10, sin consulta pública, y cerca de uno de los aeropuertos más activos de América del Sur. Cabría preguntarse qué dice el gobierno de Uruguay, uno de los potencialmente más afectados en caso de que ocurrieran accidentes nucleares, y que nunca fue consultado. Simplemente se les impuso el riesgo”, agregó.

Desde FUNAM se preguntaron: “¿Cómo se puede confiar en la seriedad y competencia técnica de CNEA y del Ministerio de Planificación Federal, cuando ni siquiera pudieron prever lo que pasaría con Dioxitek en Córdoba, y ahora amenazan a los Cordobeses diciendo, falsamente, que si ese cierre continúa no habrá combustible para las centrales nucleares? ¿Cómo podemos confiar en CNEA y Dioxitek, cuando todas las minas de uranio, incluida Malargüe, siguen contaminando el aire, el agua y el suelo porque nunca se las remedió? Lo peor es que CNEA y el Ministerio de Planificación Federal no tienen respuestas, solo silencios”.

Para mayor información contactar a:

Prof. Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo
Premio Nóbel Alternativo 2004 (RLA, Estocolmo, Suecia)
Presidente de FUNAM y Profesor Titular de Biología Evolutiva
(Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba)
Teléfono fijo: 03543-422236 (desde el exterior +54-3543-422236)
Teléfono celular: 0351-155 125 637 (desde el exterior +54-9-351-5 125 637)
E-mail: biologomontenegro@gmail.com