Informaron al Parlamento del Mercosur (Parlasur), sobre los riesgos que representa la instalación en la provincia argentina de Formosa de una planta nuclear (Dioxitek).

Fuente: Mo Marandu
El informe en el marco de la reunión de la Comisión de Desarrollo Regional Sustentable, Ordenamiento Territorial, Vivienda, Salud, Medio Ambiente y Turismo del organismo, estuvo a cargo del diputado Agustín Portela quien transmitió la inquietud ciudadana por el tema y entregó documentación sobre os antecedentes.

La empresa responsable no fue aceptada en Córdoba y entonces recaló en Formosa con su proyecto también con respaldo de gobierno de la Nación

Parlasur esperará ahora una respuesta formal desde la Secretaría de Energía de la República acerca de “la instalación de dicha planta procesadora de uranio y la eventual instalación de un reactor nuclear en la ciudad de Formosa”.

“Desde el Parlasur y más específicamente desde la Comisión de Infraestructura, dimos una rápida respuesta a la inquietud de la ciudadanía y reclamamos inmediatamente contar con toda la información sobre la instalación de la citada planta procesadora de uranio en Formosa para tener una posición que oportunamente se fijará en el pleno” indicó el legislador correntino

También se ha presentado ante el congreso nacional un pedido al Poder Ejecutivo para que revele los estudios previos, evaluaciones, medidas y todo lo atinente a las normas de seguridad en relación con la instalación de ésta planta

Se señala que la cuestión de fondo que urge resolver es la de brindar garantías de seguridad para la ciudadanía.

Las fuentes de contaminación que genera Dioxitek son por las siguientes actividades: Ingreso y almacenamiento de Diurato de amonio; almacenamiento transitorio y el egreso de la planta de tambores con residuos radiactivos de las operaciones de producción de Dióxido de Uranio; almacenamiento de Dióxido de uranio; transporte de Diuranato de amonio, de dióxido de uranio, de residuos radiactivos y de sustancias químicas no radiactivas; descarga de radisótopos al aire; descarga de uranio a la colectora cloacal; descarga al aire de sustancias químicas no radiactivas y accidentes masivos.

Se sabe que el impacto ambiental que generan estas fuentes son posible contaminación del aire, agua y suelo con radioisótopos de la serie del Uranio; emisiones ionizantes, fundamentalmente rayos Gamma y partículas Alfa y Beta y “radiación exótica”; exposición de organismos humanos y no humanos a la radiación; mutagénesis en organismos humanos y no humanos por exposición a radiación ionizante; exposición de organismos humanos y no humanos a los contaminantes químicos no radiactivos durante la manipulación y accidentes con derrame.

A su vez los materiales radiactivos residuales y no residuales del CFC producen cuatro tipos principales de emisión ionizante: partículas Alfa, partículas Beta, rayos Gamma y radiación exotica. Es importante destacar que biológicamente cualquier valor de radiactividad distinto de cero configura riesgo para los organismos vivos. No hay por lo tanto ningún valor de radiactividad, por pequeño que sea, que pueda ser considerado inofensivo

Todas las partículas y rayos ionizantes, cualquiera sea su magnitud, están asociados a un valor de riesgo “n” distinto de cero, ya que al alterar el materia genético de las células vivas, provocando mutaciones en los genes de control de la división celular, pueden causar cáncer. Además, pueden existir Impactos físico-químicos a nivel de estructuras moleculares y somáticas sin que intervengan necesariamente alteraciones en el material genético ADN y ARN, como la destrucción de membranas celulares.