El acuerdo no tendrá en cuenta pasivos ambientales ni las denuncias por vaciamiento de la empresa petrolera. Casi dos años después de echar del país a Repsol y nacionalizar YPF, el gobierno argentino celebrará un acuerdo que le costará más de lo esperado: la indeminización a la petrolera española contempla la entrega de bonos por un valor nominal que podría superar los US$ 5.000 millones pactados en noviembre. La Casa Rosada se comprometerá a emitir hasta US$ 1.000 millones más si el precio de mercado de los títulos entregados cae de la cifra establecida originalmente.
Fuentes: El Inversor Energético y Minero y Ámtito Financiero
Esto es algo que ocurrirá casi con seguridad porque actualmente la deuda argentina se negocia con importantes descuentos. Esa cláusula forma parte de las garantías extraordinarias que exigieron los españoles para sellar el trato, que hoy mismo someterá a votación el consejo de administración de la empresa y que, una vez formalizado, será anunciado en Buenos Aires por el Ministerio de Economía, publicó La Nación.
Repsol aspira a monetizar en el corto plazo los bonos para ingresar en sus arcas una cifra lo más cercana posible a los US$ 5000 millones que la Argentina reconoció como deuda por haberle expropiado el 51% de YPF.
Ese es el monto que anotó la semana pasada en su balance 2013 (lo que implicó reconocer pérdidas, ya que el valor de libros se acercaba a los 7.000 millones). Según fuentes al tanto de las gestiones, el “valor real” se establecerá de acuerdo con la cotización media de los bonos argentinos en los tres meses previos a la firma definitiva del contrato. El monto mínimo efectivo que acepta cobrar Repsol es de US$ 4.700 millones.
Enviados de Repsol firman el jueves acuerdo final por YPF
Desde que se anunció el acuerdo final con Repsol, la acción de YPF subió un 28,3% (sólo ayer, el 1,3%), aunque aún pierde el 10% en el año. Desde que en el Congreso Nacional se aprobó la renacionalización, el papel ganó casi el 45% en dólares en Nueva York.
El jueves, en Buenos Aires, en las oficinas de YPF del edificio de Puerto Madero de la petrolera, el Gobierno argentino y Repsol firmarán el acuerdo definitivo por la renacionalización de la compañía a través del traspaso del 51% de las acciones, tras el paso de u$s 5.000 millones en bonos que pagarán un 8,5% anual. Desde Madrid se pidió absoluta discreción. Se dio a entender que no habrá nada que festejar, más allá de que habrá un apretón de manos entre caballeros que llegan a un acuerdo luego de una dura negociación.
A tal punto es la distancia que desde España quieren mantener con los funcionarios argentinos, que hacia Buenos Aires no viajará el principal referente de Repsol, su CEO Antoni Brufau, sino dos colaboradores de peso pero que ni siquiera son integrantes del Consejo de Administración de la compañía. Con poderes plenipotenciarios para firmar el acuerdo estarán presentes pasado mañana Nemesio Fernández Cuesta, número dos de Brufau, y Luis Suárez de Lezo, el jefe del departamento jurídico y legal. Por el lado argentino estarán presentes el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el presidente de YPF, Miguel Galuccio.
Ellos serán los que firmarán el acuerdo entre las partes, que luego deberá ser refrendado por el Tribunal de Tasación de la Argentina y aprobado en marzo por la junta de accionistas de Repsol. Según el cronograma que se fijará el jueves, hacia abril la Argentina deberá enviar la escritura de los títulos públicos; y Repsol, tal como adelantó ayer este diario, estará en condiciones de comenzar a colocar los bonos que le entregará la Argentina en el mercado de capitales internacionales. Así empezará a recibir efectivo y cash, el argumento que hoy utilizarán Brufau y el resto de los funcionarios españoles que participaron de las negociaciones con los funcionarios del Gobierno argentino por la renacionalización de YPF.
Más allá de esta posibilidad financiera para los españoles, la mayor ganancia quedará para la petrolera argentina, que desde el momento en que el Tribunal de Tasación apruebe el acuerdo (sería un trámite exprés y antes de que termine marzo estaría definido), la petrolera ahora con mayoría legal argentina podrá comenzar a avanzar en la negociación de acuerdos multinacionales para la explotación del proyecto del yacimiento de Vaca Muerta, la principal apuesta argentina para el regreso del autoabastecimiento de gas y petróleo. Los beneficios del acuerdo en cuanto a los combustibles se verán más allá de 2015, cuando otro presidente esté en la Casa de Gobierno y en Olivos.
Sin embargo, la esperanza financiera del Gobierno de Cristina de Kirchner es mucha, ya que espera que la mayoría de los acuerdos que se firmen con petroleras de todo el globo para la explotación de Vaca Muerta aporten divisas para fortalecer las reservas, imitando el contrato con la norteamericana Chevron, que pagó en diciembre unos u$s 850 millones cash que fueron directamente a fortalecer las divisas del Banco Central en momentos difíciles de corridas financieras en Buenos Aires.
El acuerdo en Madrid será aprobado, se supone por unanimidad (incluyendo el voto positivo de Brufau, quien torpedeó desde siempre las negociaciones con la Argentina), cerca del mediodía de hoy por el Consejo de Administración de Repsol. Las explicaciones más complejas que deberán dar los negociadores es porqué se aceptan los u$s 5.000 millones (unos 3.700 millones de euros), cuando el valor de las acciones de YPF reflejadas en el balance de Repsol a diciembre de 2013 es de 5.265 millones de euros.