El 15 de octubre se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales, con el que Naciones Unidas destaca que el desarrollo de sus capacidades, su participación política y el acceso a los recursos productivos tienen una incidencia directa en la reducción de la pobreza y el hambre.

Fuente: Otro Mundo es Posible

En este Día, las organizaciones de Comercio Justo recuerdan que esta alternativa comercial no solo asegura las condiciones laborales igualitarias, sino sobre todo promueve su participación en la toma de decisiones y en cargos de liderazgo, lo que favorece su desarrollo personal y global.

En determinados países, las mujeres representan el 70% de la mano de obra agrícola. Su papel es fundamental en las economías de las zonas rurales especialmente para garantizar la seguridad alimentaria, pero ellas tienen más dificultades para acceder a recursos productivos o a créditos. Un estudio dela FAO estima que si las mujeres rurales tuvieran el mismo acceso a estos recursos, las cosechas aumentarían entre un 20 y un 30% lo que contribuiría al crecimiento económico.

En este sentido muchas organizaciones de Comercio Justo facilitan créditos a bajo interés a campesinas y campesinos. Una de ellas es la cooperativa azucarera Manduvirá (Paraguay): “Un servicio que ofrecemos es la financiación de la producción en condiciones favorables, ya que en la banca convencional es difícil que den el crédito a pequeños, y sobre todo, a pequeñas productoras”, explica Ada Zarate, representante de la entidad. Por su parte, Merling Preza, de la cooperativa Prodecoop (Nicaragua) asegura: “Aquí el porcentaje de mujeres que tienen la propiedad de la tierra es muy pequeño. Pero cuando la mujer comienza a administrar los recursos son mucho mejor utilizados y esto ayuda a mejorar las condiciones de la economía familiar y también otros problemas.”

Además desde Naciones Unidas se señala la importancia del empoderamiento de las mujeres rurales y su participación política, como elementos clave para el desarrollo. En las organizaciones de Comercio Justo el funcionamiento democrático de las organizaciones y el fomento de la igualdad en los órganos directivos lo favorecen. “El Comercio Justo lo que consigue es que la gente y, concretamente, las mujeres estén involucradas”, analiza Nancy Hernández de la cooperativa cafetalera COMUCAP (Honduras). Desde Ecuador, una representante de la organización Represa Tahui comenta: “Me siento útil dentro de mi familia, organización y comunidad pues puedo trabajar en la elaboración de propuestas y gestiones de planes. Es fantástico descubrir que puedo hacer muchas cosas.”

El último informe del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) señala que más del 70% de las personas que viven en situación de pobreza extrema residen en zonas rurales. Una paradoja si se tiene en cuenta que son los principales productores de alimentación a nivel global.