El Departamento del Interior de ese país ordenó detener el estudio que comenzó en la administración de Barack Obama. Al parecer, esa entidad planea retirarle la financiación al proyecto. No es un secreto que la administración de Trump, es amiga -o al menos simpatizante- de la industria de combustibles fósiles, tales como el carbón o el petróleo.
Fuente: El Espectador
De hecho, la minería de carbón se convirtió en un caballito de batalla de Trump en las elecciones que lo llevaron hasta el salón oval. Ahora, a través del ministerio del Interior, el presidente de Estados Unidos parece darle un espaldarazo a esa industria.
¿Cómo? Deteniendo una investigación que inició en la administración de Barack Obama, y que trata de identificar los efectos nocivos en la salud de la explotación de carbón a cielo abierto en ese país, tomando como base el caso de Virginia del Este.
De acuerdo con la denuncia que hizo la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina, que creó un panel de 12 expertos para adelantar el estudio, el pasado 18 de agosto recibieron una notificación desde el Ministerio del Interior, en la que les ordenaban detener todos los trabajos respecto a esa investigación, pues la cartera estaba redefiniendo su presupuesto y probablemente, el estudio no seguiría recibiendo financiación estatal.
“La Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina considera que este es un estudio necesario e importante y estamos atentos para continuar en cuanto el Ministerio termine la revisión de su presupuesto”, señalaron en un comunicado que emitieron el pasado lunes.
La investigación sobre la salud de los habitantes de Virginia del Este afectados por la minería de carbón empezó el año pasado. En ese entonces, las autoridades locales le pidieron a Obama revisar los efectos nocivos que podrían asociarse a esta actividad, que se realiza en la región desde los años sesenta.
De acuerdo con el diario New York Times, más de 500 montañas de las comunidades apalache han sido intervenidas para sacar de ellas carbón. Los grupos ambientalistas y las comunidades alegan que la polución causada por la minería a cielo abierto podría estar relacionada con enfermedades respiratorias graves, incluido el cáncer de pulmón.
Un estudio de 2010 publicado en la revista Science les dio la razón: encontró tazas de mortalidad elevadas, así como un incremento en el cáncer de pulmón y enfermedades en los riñones, en los pueblos cercanos a las minas a cielo abierto. En 2011, otro estudio demostró que en esa región apalache hay mayores defectos de nacimiento en esas comunidades.
No obstante, Luke Popovich, representante de la Asociación Nacional de Minería dijo que, para industria, la decisión de ponerle un freno al estudio está completamente justificada. “El Instituto Nacional de las Ciencias Medioambientales y de la Salud concluyó en julio que, tras analizar varios análisis disponibles, no existía evidencia suficiente para hablar de una amenaza a la salud”, dijo.
Por su parte, Raúl M. Grijalva, el representante de Arizona en el Congreso de Estados Unidos, le dijo al New York Times que “parar este estudio es una estrategia para detener a la ciencia y para mantener al público en la oscuridad respecto a los riesgos para salud que representa la industria minera. Es un favor que le hacen a esa industria, simple y llanamente”.