La compañía Kennecott Eagle Minerals, subsidiaria del gigante minero anglo-australiano Rio Tinto, quiere extraer níquel en Eagle Rock, en los remotos bosques de Upper Peninsula en Michigan. Rio Tinto es la tercera mayor compañía minera del mundo.

Fuente: Reuters
Big Bay, Michigan – 29/11/2009. Parado sobre el terreno pantanoso de Eagle Rock en los remotos bosques de Upper Peninsula en Michigan, resulta difícil imaginarse que bajo el suelo hay un trozo de níquel que vale miles de millones de dólares.

“Aquí es donde está el dinero”, dijo Chauncey Moran, vicepresidente del grupo conservacionista Yellow Dog Watershed Preserve, cuya misión es proteger el río Yellow Dog y sus cuencas circundantes.

El agua fría casi llega hasta las rodillas de las botas impermeables que cubren las piernas de Moran. Mira el espeso pastizal y agua bajo sus pies.
“Apuesto a que nunca antes ha estado parado sobre 8.000 millones de dólares en níquel”, dijo, mientras su rostro de barba blanca mostraba una amplia sonrisa.

Este lugar aislado se encuentra en el corazón de una batalla por los planes de la compañía Kennecott Eagle Minerals, una unidad estadounidense del gigante minero anglo-australiano Rio Tinto, de extraer el mineral de níquel. Rio Tinto es la tercera mayor compañía minera del mundo.

Quienes se oponen sostienen que el proyecto violaría una zona considerada sagrada por una tribu india americana y podría enviar químicos contaminantes a Lake Superior, uno de los Grandes Lagos que se encuentra a ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y Canadá.

La compañía defiende sus planes, que según dice requieren de 350 millones de dólares en gastos y generarán más de 200 puestos de trabajo.

Jon Cherry, quien dirige el proyecto para Kennecott, afirmó que el valor del níquel fluctúa con el mercado pero está “en los miles de millones”, agregando que el depósito de mineral está “cerca de ser si es que no lo es la mayor concentración de níquel del mundo”.

El níquel es un metal usado en una variedad de productos industriales y de consumo como el acero inoxidable y otras aleaciones resistentes a la corrosión, baterías recargables, imanes, monedas y otras aplicaciones.

Kennecott está esperando por la aprobación final del estado, pendiente de la evaluación del Departamento de Calidad Ambiental de Michigan por el reclamo de los indios Chippewa que dice que el proyecto dañaría el sitio espiritual Eagle Rock.

Las objeciones relacionadas con la contaminación planteadas en cuanto al proyecto han sido rechazadas por el estado. Los conservacionistas sostienen que el proyecto minero podría contaminar el agua que alimenta el Lake Superior. Los Grandes Lagos constituyen un 22 por ciento del agua dulce mundial.

“Buenos ciudadanos corporativos”
Kennecott dice que sus planes exceden los estándares ambientales de Michigan y que cuentan con el respaldo de líderes comunitarios y de mucha gente del lugar porque generarían empleo.

“La minería es parte de nuestro patrimonio aquí”, dijo Steve Powers, el máximo funcionario en el Condado Marquette.
“Solo invitamos a buenos ciudadanos corporativos aquí”, dijo Amy Clickner, jefa de Lake Superior Community Partnership, una iniciativa pública-privada en el Condado Marquette que busca atraer el comercio a la zona.

“Kennecott ha cumplido de más con los requerimientos ambientales de Michigan”, agregó.
Quienes se oponen sostienen que los planes de la compañía minera son deficientes.
“No estoy en contra de la minería ni soy un ecologista radical. Kennecott ha fabricado los números y los que están proponiendo es poco sólido”, dijo Jack Parker, un ingeniero minero cuya experiencia en la minería se remonta a 1946.

“Esto es oro líquido. Y necesitamos protegerlo”, dijo Marcy Cella, quien vive cerca del yacimiento minero propuesto y está preocupada por la posible contaminación del agua, mientras colocaba un vaso de agua sobre la mesa de su cocina.

Grupos ambientalistas están preocupados porque Kennecott y otras compañías mineras están en busca de nuevas posibilidades en la Upper Peninsula rica en minerales. El alto desempleo local en medio de la recesión estadounidense, que comenzó en diciembre de 2007, según ellos podría dar lugar a decisiones poco sabias.

‘Un verdadero caso de prueba’
“Este es verdaderamente un caso de prueba para nosotros. Si avanza este proyecto minero, entonces sin duda estará seguido de una racha de otros permisos”, dijo Michelle Halley, una abogada para el grupo conservacionista National Wildlife Federation.

Para Kennecott, Eagle Rock tiene dos atracciones: la superlativa calidad del mineral de níquel y el hecho de que Estados Unidos está políticamente estable, lo que lo convierte en una inversión segura.
Dijo que la compañía pecó de cauta cuando se abocó al diseño de su mina, para que las operaciones sean seguras y limpias. El sistema de filtrado de agua que propone, según Kennecott, produciría agua más limpia a la que se bebe actualmente.

Críticos dicen que Kennecott no ha hecho lo que le correspondía.

El centro de su argumento es el colapso potencial del “pilar de corona”, o el sostén rocoso que la compañía dejaría entre la mina subterránea y el pantano que se encontraría encima.

“Creemos que nuestro diseño es tanto seguro como estable”, dijo Cherry, diciendo que la roca será lo suficientemente gruesa y fuerte.

Pero los ambientalistas dicen que como el mineral de níquel es portador de azufre con la presencia de mercurio, el colapso de una mina causaría una seria contaminación en el agua. Bajo ciertas condiciones el agua, el azufre y el aire pueden combinarse para formar ácido sulfúrico.

Pero Cherry insiste en que la compañía llevará a cabo este proyecto correctamente y está considerando otros posibles yacimientos por la Upper Peninsula. Excavaciones de prueba comenzarán en 10 a 14 sitios en 2010, dijo Cherry.

“Si nos equivocamos con este proyecto, no hay modo que nos permitan llevar a cabo otros aquí”, agregó.