Nuevo México está demandando al estado de Colorado, diciendo que su vecino del norte debe hacerse responsable por la contaminación ocasionada por un masivo derrame de desechos de una mina ocurrido el año pasado, así como también de décadas de desagües tóxicos de las minas cercanas a los nacimientos de un río que ambas entidades comparten.
Fuente: Associated Press
La Procuraduría de Nuevo México y el Departamento para el Medio Ambiente del estado anunciaron el miércoles una denuncia en contra de Colorado ante la Suprema Corte de Estados Unidos, con la que se busca una indemnización por daños y se exige que Colorado atienda los problemas en las minas.
Este es el segundo ataque legal lanzado por Nuevo México en relación al derrame ocurrido en agosto del 2015, que ocasionó daños en río de tres estados del Oeste del país cubriéndolos con una nube amarilla de arsénico, plomo y otros metales pesados. El estado también demanda a la Agencia de Protección al Medio Ambiente (EPA) y a los propietarios de dos minas.
‘Teníamos la esperanza de que la EPA y Colorado intentaran trabajar con nosotros para encontrar una solución’, dijo el secretario del Medio Ambiente de Nuevo México, Ryan Flynn. ‘Pero el estado de Colorado, y sus líderes, parecen estar dispuestos a defender a la EPA en cualquier instancia y no tiene interés alguno en trabajar con nosotros para avanzar en esto de manera significativa’.
La oficina del gobernador de Colorado dijo sentirse decepcionada de que Nuevo México haya optado por ‘un costoso y tardado litigio’.
‘Aunque el derrame de la Mina Gold King resultó ser un sorprendente recordatorio por todo el Oeste del país de que hay miles de minas abandonadas que se beneficiarían de las iniciativas en conjunto para ser limpiadas, el litigio no tiene ningún impacto en nuestro compromiso para atender las dificultades impuestas por el histórico desagüe de las minas’, según comunicó la oficina del gobernador.
La EPA se rehusó a emitir un comentario sobre la demanda, pero dijo que asume la responsabilidad de limpiar la Mina Gold King.
Una compañía independiente, contratada por la agencia, ocasionó accidentalmente el derrame. Las aguas residuales se abrieron camino hacia el Río Animas y eventualmente llegaron hasta el Río San Juan, desencadenando una pronta respuesta de parte de agencias gubernamentales y de grupos privados.
Durante el derrame, el servicio del agua cerró las válvulas de admisión y los agricultores dejaron de sacar agua de los ríos mientras la nube de desechos se desplazaba río abajo.
La EPA dijo que la calidad de agua pronto regresó a sus niveles normales. Pero los funcionarios de Nuevo México y otros advirtieron sobre la acumulación de metales pesados en el sedimento, que vuelven a agitarse cada vez que llueve o cuando la nieve derretida resulta en un aflujo del río.