Suiza exporta su modelo de reciclaje electrónico. Una gota en el océano de los desechos electrónicos. Los desechos de ordenadores y móviles contienen metales preciosos, lo que abre una nueva y rentable industria internacional que exige, sin embargo, reglas estrictas de operación porque es sumamente tóxica. Ordenadores, teléfonos móviles, reproductores de DVD, cámaras digitales, teclados y ratones inalámbricos, entre muchos otros aparatos electrónicos, se sumaron a los viejos conocidos de los años 70 y 80 como televisiones, radios, aspiradoras, hornos de microondas o frigoríficos.
Objetos que nos cambiaron la vida pero que, a diferencia de sus antecesores, difícilmente son reparados cuando se averían. La ley de facto es simplemente sustituirlos por otros más modernos, sofisticados y eficaces.
Y aunque la evolución que ha generado la tecnología es innegable, detrás de ella quedan montañas de desechos tóxicos conocidos como basura electrónica o ‘e-waste’, que según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), este 2008 sumarán ya 50 millones de toneladas a escala mundial, dato que año con año irá en aumento.
Minería urbana
Las economías emergentes se llevan por ahora la peor parte con respecto a la ‘e-waste’. La mayoría de ellas carece de la tecnología apropiada para reciclar basura electrónica.
Una industria que es una mina de oro urbana –nunca mejor utilizado el término-, ya que permite rescatar componentes susceptibles de reutilización, pero también metales preciosos como el oro, la plata o el cobre, que actualmente experimentan precios históricamente altos.
La onza de oro, por ejemplo, se cotiza actualmente arriba de los 750 francos suizos, y en países como Colombia, el Instituto Federal Suizo para la Investigación y la Prueba de Materiales (EMPA) estima que este 2008 existirán residuos electrónicos acumulados por unas 60.000 toneladas, a las que cada año se sumarán entre 8.000 y 9.000 toneladas más.
Un negocio de alta rentabilidad, pero que exige la asesoría de los que iniciaron antes el camino e inversión en equipo, ya que se trata de materias tóxicas debidas al plomo y mercurio que contienen.
Tras móviles y ordenadores
Antes de 1990, casi nadie hablaba de ‘e-waste’. Europa fue la región pionera en la materia y Suiza el primer país que puso a andar en 1991 un centro de recolección y reciclado de viejos refrigeradores al que poco a poco se sumaron otro tipo de electrodomésticos y aparatos electrónicos.
Actualmente, Daniel Ott, investigador del EMPA y coordinador de la Misión ‘e-waste’ Colombia, trabaja en la gestión de residuos electrónicos en el país sudamericano.
En equipo con la Secretaría de Estado de Economía (Seco), la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones (CCIT) y el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (MAVDT) de Colombia, busca echar a andar la industria del reciclaje de computadores y teléfonos celulares, como se les conoce en Latinoamérica a los ordenadores y los móviles.
Según el experto helvético, “en Colombia se importan actualmente entre 16.500 y 18.000 toneladas de ordenadores cada año”.
Y si el país no avanza en la gestión y reciclaje de su ‘e-waste’, “en cinco años (2013) podría acumular hasta 140.000 toneladas de este tipo de residuos”.