Róbert Fidrich, responsable de proyectos de la ONG “Asociación Húngara de Protectores del Medio Ambiente” explicó hoy a Efe que tras diez años de esta catástrofe ecológica, organizaciones de la región iniciaron una campaña para que se prohíba el uso en todo el continente de cianuro en la extracción de oro, bajo el lema “Por una Europa libre del cianuro”.
Fuente: EFE
Hungría – 03/02/2010. “Queremos aprovechar que Hungría presidirá Europa desde el 1 de enero de 2011” (después de España y Bélgica) y “elevar el tema a un nivel comunitario”, dijo Fidrich, tras agregar que ya se ha puesto en contacto con eurodiputados húngaros, rumanos y griegos para que apoyen la iniciativa.
El cianuro es usado en la extracción de oro para disolver y separar este metal y su almacenamiento supone con frecuencia un serio problema ecológico.
Fidrich también advirtió de que en Rumanía se están abriendo nuevas minas de oro que utilizan la misma tecnología, junto con las ya existentes, que en los últimos años han causado varias contaminaciones graves.
En 2000, a raíz de la contaminación del Tisza, quedó afectado el 95 por ciento de la fauna y flora del río, con más de cien toneladas de peces muertos que se recogieron del río y sus afluentes.
Entonces la empresa propietaria de la mina la australiana-rumana “Esmeralda Co.”, que poseía el 50% de las acciones de la compañía explotadora Aurul, minimizó su responsabilidad y acusó a la prensa de exagerar el caso, pero Hungría no ha recibido hasta ahora ninguna indemnización.
En diciembre de 2009 Hungría prohibió el uso de cianuro en la minería, sumándose así a un muy reducido grupo de países que excluyen esa tecnología para la explotación minera de oro, junto con la República Checa, Indonesia, varios estados federales de EEUU, Honduras y Argentina.