Si hay un expediente farragoso, irregular, plagado de inexactitudes, de excepcionalidades, de omisiones, de valoraciones erróneas, este es el expediente del proyecto minero Retortillo-Santidad, en la provincia de Salamanca, España.
Por Podemos Salamanca
Se trata de un proyecto claramente especulativo, promovido por Berkeley, una empresa australiana a la que no se le conoce actividad minera y que a lo que se dedica es a la cotización en bolsa y a la venta de derechos de explotaciones mineras a otras empresas.
Pocos proyectos han causado tanto malestar entre la población, no solo por su repercusión en el medio ambiente y en la vida de las personas, sino también porque Manuel Lamela, exalto cargo del Ministro Arias Cañete, ha asesorado a Berkeley ante la Comisión Europea. En mayo de 2015, la Comisión emitió un dictamen no vinculante, firmado por Arias Cañete, favorable al proyecto.
El proyecto pretende realizarse en una zona eminentemente agrícola y ganadera de una gran riqueza medioambiental, que cuenta con varios espacios protegidos por la Red Natura 2000 para los que la explotación de una mina de uranio a cielo abierto tendrá unas consecuencias catastróficas. Para llevarlo a cabo, se arrancarán 25.000 árboles de especies autóctonas, y se destrozarán, para la extracción y procesado del uranio, más de 4.500 hectáreas de dehesa protegida.
Además, las partículas de uranio se dispersarán por la atmósfera, las aguas residuales se verterán al río Yeltes, se importarán minerales de otros lugares y los residuos catalogados como radiactivos serán enterrados en la propia zona. De hecho, este proyecto ha sido considerado como instalación radiactiva de primera categoría, ya que no se trata solo de extraer el mineral, sino también de una planta de beneficio de uranio, es decir, de un enriquecimiento primario por concentración.
No se entiende, por lo tanto, que la Junta de Castilla y León pretenda seguir con un proyecto como este.