Fuerzas policiales liberaron hoy al gobernador de la provincia kirguisa de Yssik-Kul, Emilbek Kaptagáyev, de pobladores partidarios de mejoras sociales y la ruptura del contrato de explotación de la mina de oro de Kumtor por la firma canadiense Centera Gold.
Fuente: Prensa Latina
Los manifestantes mantuvieron como rehén por varias horas a Kaptagáyev dentro de su auto, al que rociaron con gasolina y amenazaron con incendiarlo si no se anulaba el acuerdo con la empresa Centera Gold, propietaria de la mayor cantera de oro en el país.
Con medios antimotines el cuerpo armado se abrió paso entre la multitud hasta tomar el control de la situación, con un saldo de cinco policías heridos por las piedras lanzadas por los participantes en la protesta, según reportes del Ministerio de Interior kirguís.
El servicio de prensa de la Fiscalía General informó que fueron abiertos expedientes penales por los delitos de toma de rehenes, gamberrismo, desacato de autoridad, uso de la violencia y amenaza de homicidio.
A finales de mayo del año en curso una protesta similar dejó un saldo de 55 heridos en choques entre efectivos policiales y pobladores de la región de Issyk-Kulsk, quienes exigían la anulación del convenio con Centera Gold y una nueva sede para el hospital municipal.
Situada a cuatro mil metros de altura, Kumtor posee reservas estimadas en 700 toneladas del metal dorado, y el ciento por ciento de las acciones lo controla el consorcio canadiense por un polémico acuerdo firmado con un gobierno anterior.
El actual Ejecutivo, por su parte, reclamó a la administración del consorcio modificaciones en el contrato a fin de mejorar la posición de Kirguistán en el proyecto.
Dictámenes de expertos identificaron un sinnúmero de violaciones de las normas ecológicas por la compañía, que según el gobierno kirguís deberán ser revisadas.
Insatisfechos con sus condiciones de vida, cientos de habitantes de Issyk-Kul bloquearon en mayo último la carretera de acceso a Kumtor, asaltaron la subestación eléctrica de Tamga y cortaron el suministro al área minera y a la fábrica extractora del mineral.
Destacamentos de policías arremetieron entonces contra la subcentral y la liberaron y arrestaron a quienes consideraron organizadores de las protestas.
Sin embargo, en varios pueblos ubicados en la margen sur del lago Issyk-Kul ocurrieron enfrentamientos entre pobladores que apoyaban a los activistas movilizados y los agentes policiales.
La dimensión de los enfrentamientos provocó que el presidente kirguís, Almazbek Atambayev, declarara el estado de emergencia y estableciera toque de queda en el norte del país exsoviético.
El mandatario calificó de actos criminales las manifestaciones y advirtió que amenazan el cumplimiento del presupuesto nacional porque puede provocar la pérdida de unos 125 millones de dólares, concluyó el gobernante.