“Todos sabemos que la minería a cielo abierto constituye una de las agresiones más violentas al medio ambiente, por los enormes movimientos de tierra que significa la explotación, por la creación de la escombrera, la acumulación de residuos tóxicos y sus consecuencias nefastas para el entorno, por las aguas ácidas que se producen con un ph extremadamente bajo que alcanza los valores de 2,0.” 18/12/2010.

Por Rosina Mascheroni

Carta abierta al Señor Presidente de la República

Don José Mujica.

Me dirijo a Usted por este medio para conocer su opinión, sus respuestas a la infinidad de interrogantes que hoy nos formulamos los productores rurales de cuatro departamentos Florida, Durazno, Treinta y Tres y Cerro Largo ante la presencia de la Minera Aratirí que avanza en sus trabajos de prospección y exploración en la búsqueda de hierro en una zona ganadera, donde los directamente afectados, los superficiarios, no hemos tenido una sola respuesta oficial al respecto, aún habiéndola solicitado en más de una oportunidad.

Todos sabemos que la minería a cielo abierto constituye una de las agresiones más violentas al medio ambiente, por los enormes movimientos de tierra que significa la explotación, por la creación de la escombrera, la acumulación de residuos tóxicos y sus consecuencias nefastas para el entorno, por las aguas ácidas que se producen con un ph extremadamente bajo que alcanza los valores de 2,0.

La eliminación del suelo es un impacto directo e irreversible

La Minera cavaría inmensos huecos en el corazón del país ocasionando una alteración permanente y definitiva del paisaje, de la red de drenaje, dada la imposibilidad de devolver a la zona su estructuración inicial. Esta alteración trae consecuencias ecológicas, sociales, económicas dramáticas ya que rompe una cadena productiva que será imposible reconstruir.

Una de las minas a cielo abierto tendría 2,5 kmts de largo por unos 500 mts de ancho y varios cientos de metros de profundidad. Se harían entre 6 y 10 perforaciones de esas características en un área de 10.000 hás. Según ha informado la prensa.

Los uruguayos no queremos un país hollado y contaminado por la minería a cielo abierto.

Los uruguayos no queremos trabajadores enfermos de silicosis.

Los uruguayos queremos estar informados.

Existe una inmensa responsabilidad del gobierno y también de muchos medios de comunicación que aún recibiendo estas denuncias hacen caso omiso y no las difunden.

Sabemos que hay mucho dinero en juego, del que probablemente veamos muy poco o nada porque seguramente nos dejarán espejitos de colores y los rendimientos saldrán del país.

Los uruguayos nos preguntamos hoy:

¿Cuál es el sustento del Uruguay Natural que promocionamos en el exterior?

¿Cuál es el sustento del Uruguay, país agro exportador?

¿Cómo podemos creer lo que se nos dice en la prensa desde el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca cuando vemos amenazadas por proyectos mineros, miles de hectáreas productivas con índice CONEAT superior a 100?

Sabemos que “las aguas ácidas representan un grave riesgo ambiental ya que alteran las características químicas de las aguas receptoras contaminándolas y causando impactos en los ecosistemas”, así lo dicen informes técnicos de profesionales expertos en la materia.

Sabemos que con la crisis mundial de alimentos se vienen tiempos de valorización de las commodities agrícolas (materias primas agropecuarias).

Sabemos de la necesidad de control de sectores estratégicos como el rural y el agro negocio.

Sabemos que un país como Brasil está legislando para impedir la extranjerización de la tierra previendo la crisis de alimentos y la escasez del agua.

Y si sabemos todo esto

¿Es posible que estemos hipotecando nuestras fértiles praderas naturales en proyectos mineros que producen alteraciones irreversibles en ecosistemas naturales y que estemos hipotecando la salud y el futuro de nuestro país, el de nuestros hijos y nietos y que además no estemos informados?

No Señor Presidente, no es posible.

Por lo tanto queremos conocer su opinión y queremos ejercer nuestros derechos como ciudadanos, queremos ser escuchados, que nuestra opinión sea también válida, queremos ser atendidos porque todos ansiamos lo mejor para el País Natural que codician los extranjeros.

Atentamente,

Rosina Mascheroni