La minera transnacional Glencore Xstrata anunció el miércoles el cierre temporal de sus operaciones en República Dominicana argumentando la caída de los precios internacionales del níquel. Sin embargo el emprendimiento tiene un amplio rechazo social y -además- el lunes la Cámara de Diputados dominicana declaró como área protegida la zona de Loma Miranda, donde Falcondo tenía intenciones de explotar durante 25 años una nueva mina de ferroníquel como una forma de ampliar sus operaciones.

Fuente: Associated Press
“La empresa realiza grandes esfuerzos para que esta parada temporal sea lo más breve posible”, dijo en conferencia de prensa Alain Astacio, vocero de Falcondo, filial en el país de Glencore Xstrata.

Astacio estimó que el cierre será de unos dos o tres años como mínimo, dependiendo de los precios internacionales del petróleo, y provocará el despido inmediato de unos 900 de los 1.000 empleados de la minera y 700 contratistas, con efecto directo en unas 10.000 personas.

Falcondo se instaló en República Dominicana en los años cincuenta y desde 1971 explota una mina de ferroníquel a cielo abierto en la región de Bonao, 80 kilómetros al norte de la capital. En 2008 la compañía también cerró y despidió temporalmente a unos 1.000 empleados debido a pérdidas económicas. Las operaciones de la minera habían reabierto en 2011.

Durante este nuevo cierre temporal, Falcondo se dedicará a labores de reestructuración y reforestación de la zona aledaña a la mina, indicó el vocero de la empresa.

“Vamos a asegurarnos que cuando iniciemos el procesamiento de esos recursos minerales (que quedan en la mina) lo hagamos de forma que produzcan una ganancia”, ya que en la actualidad su explotación no es viable económicamente, explicó Giovanni Bloise, director de minas de la empresa.

El anuncio del nuevo cierre de operaciones y despido de empleados, afectivo desde la tarde del miércoles, ocurre sólo un día después de que la Cámara de Diputados dominicana declaró la víspera como área protegida la zona de Loma Miranda, donde Falcondo tenía intenciones de explotar durante 25 años una nueva mina de ferroníquel como una forma de ampliar sus operaciones.

Astacio insistió que el cierre de operaciones no se debe a la negativa del gobierno de otorgar el permiso de explotación de Loma Miranda, sino a la inviabilidad económica por el “desplome de los precios del níquel en los mercados internacionales y los altos precios del petróleo”.

Comentó, sin embargo, que “Loma Miranda tiene los minerales que garantizarían la operación” de la compañía minera por “por 25 años más”.

Dado que a la mina de Bonao sólo le restan unos cinco años de vida útil, Falcondo adquirió en 2008 unas 1.380 hectáreas en Loma Miranda para extraer ferroníquel a partir del 2016 por un periodo de 25 años, pero el proyecto fue objetado por grupos ecologistas, académicos y por un panel de expertos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Valerie Julliand, quien era hasta hace unos meses representante de Naciones Unidas en el país, explicó en mayo que la investigación de especialistas determinó que la explotación de Loma Miranda “no responde a las exigencias ambientales y sociales del país”.

Además dijo que la minera suizo-canadiense no había utilizado sus propios estándares internacionales para evaluar el impacto ambiental de su proyecto en Loma Miranda.

Según el informe del PNUD, la minera no evaluó la contaminación y reducción de los afluentes que produciría la mina en los ríos de la zona, que nutren la principal región arrocera del país.

La compañía había insistido durante meses que el millonario proyecto de Loma Miranda era indispensable para que la minera mantuviera sus operaciones en el país.