Un paro general se inició hoy en la región norandina de Cajamarca, tras fallidos intentos gubernamentales de impedir mediante el diálogo y el despliegue de fuerza ante la protesta contra un proyecto minero. Los reclamos son conducidos por un frente de organizaciones sociales contra el proyecto Conga de explotación de oro, a cargo de una empresa de capitales locales y estadounidenses, y motivado por la percepción depredará lagunas ubicadas en la naciente de cuencas que son fuentes de agua vitales para la población, que el gobierno promete preservarlas y la minera proyecta reubicar cuatro de tales lagunas.
Fuente: Infobae, Prensa Latina y EFE
25/11/2011. En especial, la huelga se hizo fuerte en Cajamarca, la ciudad capital, y en Celendín, donde está el proyecto Conga de la minera Yanacocha.
En las primeras horas de la mañana, no se registraron desórdenes, aunque hay tensión por lo que pueda pasar luego, en especial, cuando se concentren grandes grupos de manifestantes en las calles. “Pensamos que este paro va a ser pacífico, esperamos que no se desborde”, dijo el ministro del Interior, Óscar Valdés, quien aseguró que se tomaron todas las medidas de seguridad correspondientes.
“Es un pueblo que realmente está confundido, porque le han dado una serie de versiones por el tema del agua”, añadió Valdés, cuya reunión el miércoles con el presidente regional de Cajamarca, Gregorio Santos, en la que se esperaba una solución de última hora, terminó abruptamente y con distanciamiento.
Con Santos como principal líder, los cajamarquinos se oponen a que se desarrolle Conga, un proyecto de extracción de oro y cobre, pues aseguran tener pruebas de que habrá un gran impacto ambiental, sobre todo en el agua ya que se ubica en las cabeceras de cuencas hídricas.
Yanacocha, la mayor productora de oro de Sudamérica, proyecta drenar cuatro lagunas de la zona para explotar oro y cobre, pero afirma que construirá reservorios de agua con mayor capacidad para proveer del líquido a la población.
El proyecto de la minera estadounidense-peruana tiene la bendición del gobierno de Ollanta Humala, que afirma que los estudios técnicos de la empresa descartan los daños ecológicos.
Los pobladores de Cajamarca, departamento andino-selvático de más de 1,5 millones de habitantes a unos 800 kilómetros de Lima, se dicen dispuestos a no permitir el desarrollo de Conga, pese a que la empresa asegura que éste les significará entre 800 y 1.000 millones de dólares por canon y regalías.
El Gobierno y los defensores de la iniciativa creen que la huelga persigue objetivos políticos y acusan a los líderes de la protesta de tener trayectoria en facciones de la izquierda radical.
Los analistas temen que una huelga indefinida derive en actos de violencia, en lo que es el primer gran reto de esas características para Humala, que ya enfrentó otras movilizaciones antimineras pero de menor trascendencia.
En Perú, país esencialmente minero, en los últimos años surgió una oposición a la actividad por los daños ecológicos que provoca, resistencia que va desde la pequeña minería informal hasta la gran minería, representada por empresas como Yanacocha, que ya opera en Cajamarca la mayor mina de oro de Sudamérica.
Durante el transcurso de la mañana hubo algunos bloqueos de carreteras que fueron deshechos rápidamente por la policía y fue restablecido el tránsito en esa región andina.
Medios locales también señalaron que piquetes de manifestantes incendiaron algunas casetas del proyecto minero, aunque no se reportaron desmanes de mayor envergadura.
Posteriormente, la mayoría de los manifestantes se retiraron de la zona del proyecto, aunque un grupo de unas trescientas personas decidió pasar la noche en el lugar para mañana, viernes, continuar con la protesta, según constató Efe en la zona.