Cerca de 120 ronderos de Celendín protestaron ayer contra el proyecto Conga frente a las oficinas de la minera Newmont -accionista mayoritaria de Yanacocha- en Lima. La empresa se rehusó inicialmente a recibir un memorial de los comuneros, hasta que intervinieron el congresista Jorge Rimarachín y una fiscal.

Fuente: Servindi
Los “guardianes del agua”, que llevan más de un mes acampando en las lagunas del proyecto Conga, marcharon ayer hasta la sede de la minera norteamericana Newmont para entregar un memorial y un documento con más de 12,500 firmas contra Conga.

El “plantón” transcurrió entre pronunciamientos, cantos y arengas contra la minera y el presidente Ollanta Humala; mientras la entrada del edificio donde funciona Newmont permanecía custodiada por un cordón policial.

Tras los discursos y lecturas del memorial firmado por los ronderos, los líderes cajamarquinos Edy Benavides, presidente del Frente de Defensa de Hualgayoc y Milton Sánchez, presidente de la Plataforma Interistitucional de Celendín (PIC), junto a otros activistas se acercaron a la entrada de la empresa para entregar los documentos, pero el personal mantuvo las puertas cerradas y se negó recibirlos.
El hecho fue considerado como “una burla” por la delegación cajamarquina y una muestra de la actitud poco dialogante de la empresa.

“Estas son órdenes del Gobierno y de la minera Yanacocha que no quieren que se sepan estas verdades”, afirmó Edy Benavides.

Por su parte, Sánchez afirmó que trabajadores de la empresa le indicaron que “hay órdenes de que no dejen entrara a ninguna persona”. Al respecto, anotó que “este es el reflejo del diálogo de la empresa minera Yanacocha, del principio del diálogo y buenas relaciones que dicen tener con las comunidades”, señaló.

En horas de la tarde y con la mediación del congresista Jorge Rimarachín y una fiscal, los líderes pudieron entrar al local para entregar el memorial y un documento con las firmas en la oficina de la empresa.

En el documento, los cajamarquinos señalaron que el proyecto impide la libre circulación por la zona donde piensa operar la minera y afirmaron que ésta los ha despojado de sus tierras “con la amenaza de usar su poder ante jueces y fiscales”.

Asimismo, indicaron que ante sus protestas, la respuesta del Gobierno ha sido “menosprecio y poco interés por la opinión de la población”, así como “difamaciones y persecuciones judiciales a sus líderes” y una constante “represión” que ha dejado muertos e inválidos a algunos manifestantes.

Los comuneros rechazaron que el proyecto esté suspendido, precisa de este modo el memorial que dado que “el propio EIA manifiesta que la construcción de los reservorios es el inicio mismo del proyecto minero Conga y que estos reservorios no son para la población, sino para ser utilizados en las operaciones del proyecto mismo”.

Finalmente, los suscritos subrayaron que no permitirán que “se destruyan” sus lagunas y humedales y manifestaron su deseo de querer evitar un enfrentamiento con la policía apostada en la zona del proyecto minero, para que no haya “hechos lamentables”.

Al respecto, responsabilizaron a la Newmont y al Gobierno Central “de lo que pudiera ocurrir”.
Durante la manifestación, Milton Sanchez informó a los manifestantes que ese mismo día cinco máquinas pesadas se estaban movilizando hacia las cercanías de la laguna El Perol, hecho que consideró como una provocación de la empresa.