Ricardo Martinelli presidente de PanamáLa nombrada ley 9 en 1, conocida también como ley chorizo , por aquello de embutir temas diversos, con la falaz intención de desarrollar la aviación comercial, revela la verdadera agenda del gobierno del “cambio”. En escritos y glosas se rumora que, escondido en la propuesta, van plasmados objetivos e intereses personales del actual mandamás de Panamá en el campo de la aviación comercial.

 

Por Héctor Endara Hill para Panamá Profundo
18/06/2010. Así de estridente y oscura la situación, no sorprende que, el paquete de chorizo presentado, plantee reformas en materia comercial, judicial, ambiental y laboral. Todos los cambios, a pesar de las múltiples mentiras de ministros y diputados, van destinados a favorecer intereses mercantiles, mientras se atropella intereses populares y se eliminan derechos sociales.

Así funciona el sistema, cada vez que puede, golpea los intereses de los trabajadores; y recorta las leyes y normativas con tinte democrático que los poderes sienten que obstaculizan su natural visión y misión de explotar y expoliar a las mayorías nacionales y los ecosistemas.

Los principios y pasiones de un gobierno empresarial están fielmente reflejados en las últimas actuaciones mostradas por los poderes del Estado en Panamá. El legislativo hace lo que el ejecutivo le dice y el judicial los bendice a ambos. Aquí lo que importa y vale es el sagrado y sacrosanto principio empresarial-capitalista de hacer dinero a toda costa y a costa de todo.

Todo nuestro repudio para la ley chorizo y los choriceros; para los que nos desgobiernan, violando leyes y procedimientos; para los que se hacen llamar honorables, excelencias, magistrados y ministros, cuando son más que sátrapas carroñeros del capitalismo salvaje. Repudio para los ecocidas; para los asesinos del medio ambiente que promueven minería metálica a cielo abierto y represas en cada estrecho y rincón. Repudio para los “dueños” ganaderos que se han adueñado de territorios indígenas; para los que persiguen comunidades campesinas e indígenas que no tienen donde reclinar la cabeza; para los que mienten descaradamente y llaman “maleantes de mierda” a los trabajadores.
Repudio también -y en dosis grande- para los que prometieron seguridad ciudadana y nos han traído un aumento de asesinatos y violencia; para los que prometieron cambio y acabar con la corrupción y han cambiado de discurso y aumentado la corrupción con sus corruptelas.

No hay asociación ambientalista, sindicato de trabajadores o ciudadanos informado que no haya rechazado y repudiado la ley chorizo. La creativa, participativa y combativa caminata de ayer 15 de junio, animada por organizaciones ambientalistas en la ciudad de Panamá, es una muestra y ejemplo contundente de participación ciudadana que debe extenderse a todos los rincones del país.

La administración Martinelli ensaya y prueba la capacidad de lucha y de participación ciudadana de las mayorías nacionales para enfrentar arbitrariedades. Montado sobre las divisiones y debilidades de autodenominadas vanguardias de la “izquierda” panameña, la prepotencia avanza hacia una evidente dictadura empresarial, custodiada por leyes que favorecen capitales nacionales e internacionales y asfixian a los sectores organizados y envenenan y destruyen ecosistemas.

No violencia y coherencia de vida

Con el amplio, creativo, versátil y efectivo método de la NO VIOLENCIA ACTIVA debemos enfrentar el cinismo, la arbitrariedad y la prepotencia de quienes, envestidos de autoridad, violan leyes y procedimientos para imponer intereses contrarios a las mayorías nacionales y a la frágil situación de los ecosistemas en el país. En este camino, la COHERENCIA DE VIDA, es un resguardo personal y organizacional para asegurar el restablecimiento de la justicia y la verdad. La agenda abierta a la participación ciudadana exige el respeto profundo a todos los interlocutores y la urgente promoción de comunidades básicas organizadas en el campo y la ciudad.
Héctor Endara Hill