Las actividades de las grandes empresas mineras trasnacionales se han convertido en uno de los mayores polos de destrucción del medio ambiente y del rompimiento del tejido social de las comunidades donde se asientan, por lo que es urgente encontrar alternativas económicas sustentables desde la óptica y las necesidades de los pueblos afectados.
Fuente: diario La Jornada
22/07/2012. Así lo afirmaron integrantes de diversas organizaciones sociales durante la inauguración del diplomado Alternativas al modelo extractivo minero, organizado por la Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema), en donde se analizaron las implicaciones negativas de dicha actividad económica.
En 11 años han extraído más de 250 toneladas de oro
Alejandro Villamar, miembro de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio, subrayó que en los recientes 11 años, las compañías mineras han extraído del país más de 250 toneladas de oro, 2.5 veces más que el obtenido durante los 300 años de dominio colonial, y en la actualidad tienen en concesión un tercio del territorio nacional, equivalente a la superficie de España.
“Eso les puede dar una idea de la velocidad, intensidad y magnitud de cómo han destruido y dividido pueblos, y en muchos casos también envenenado y condenado el futuro de varias generaciones”, sin que el gobierno lo impida, por lo cual es necesario diseñar nuevos modelos de desarrollo a partir de las necesidades de la gente, y no de las trasnacionales.
El activista indicó que el 95 por ciento de los 2 mil 735 yacimientos mineros del país son de pequeña escala –de acuerdo con cifras del Censo de Población y Vivienda 2010– y no producen daños ambientales graves, “el problema es la minería de alta contaminación y alta destrucción” que no es regulada por el gobierno.
Una muestra del poder de dichas entidades, subrayó, es el hecho de que en el golpe de Estado contra el ex presidente hondureño Manuel Zelaya, en junio de 2009, las empresas mineras hayan aportado recursos y personal para fortalecer la asonada de los militares insurrectos.
Gustavo Lozano, del Centro Mexicano de Justicia Ambiental, detalló por su parte que los pasados 14 y 15 de julio se realizó en Guatemala el llamado Tribunal Popular Internacional de Salud, iniciativa promovida por el Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero, en donde se realizó un juicio simbólico contra la empresa canadiense Goldcorp.
Dicha compañía, explicó, ha sido una de las que mayores afectaciones ha causado en diversos países del continente americano, como lo demuestran los casos de las minas en San Miguel Ixtahuacán, Guatemala; Carrizalillo, México, y Valle de Siria, en Honduras.
En todas ellas, ha habido registro de “daños brutales” tanto para la población como para el medio ambiente, entre ellos la aparición de múltiples enfermedades respiratorias y gastrointestinales, además de partos prematuros o con malformaciones, y muertes ocasionadas por inhalación del cianuro que se utiliza en la minería a cielo abierto para separar el oro u otros metales preciosos de la roca.
La llegada de las mineras, dijo, rompe el tejido social de las comunidades al ofrecer un modelo de empleo y desarrollo económico insustentable que divide a quienes lo rechazan de quienes lo apoyan por necesidad o ignorancia; atenta contra la estabilidad alimentaria de los pueblos, y da pie a fenómenos como el aumento del alcoholismo y la drogadicción, por lo que llamó a organizarse para repudiar la entrada de esas compañías.
Rurik Hernández, del Frente Amplio Opositor a la Minera San Xavier, aseveró que en años recientes Goldcorp ha tenido un crecimiento “rápido y agresivo” en el mercado internacional, en gran medida por los megaproyectos de la mina Los Filos, en Carrizalillo, Guerrero, y Peñasquito, en Zacatecas, además de otra decena de yacimientos de menor tamaño, entre ellos el de Camino Rojo, cercano a la zona sagrada huichola de Wirikuta.
Medidas cautelares en favor de guatemaltecos
La peligrosidad de Goldcorp es tal, advirtió, que incluso la Comisión Interamericana de Derechos Humanos dictó medidas cautelares en favor de varias personas en Guatemala, luego de que agentes de seguridad de la compañía y militares cercanos a ella fueran acusados de violar a mujeres en las comunidades donde se asentaban las minas.
Por todo ello, indicó, es lamentable que la Universidad Nacional Autónoma de México haya aceptado un donativo de dicha empresa canadiense, supuestamente para apoyar un programa de becas para la Fundación UNAM.
“Nos extraña que la máxima casa de estudios acepte dinero sucio de Goldcorp, por eso hacemos un llamado enérgico para que lo devuelva”, como hicieron en su momento diversos académicos de la Universidad de Córdoba, Argentina.