Investigadores del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México aún no reciben respuesta por la carta a Semarnat, en la que exhortan a la cancelación de concesiones mineras en el Área Natural Protegida (ANP) de Wirikuta.

En entrevista telefónica con Pulso, Léia Scheinvar, cactóloga responsable del Jardín Botánico del Instituto de Biología, lamenta el desinterés del gobierno mexicano respecto a la petición que enviaron hace más de seis meses.

“Solicitamos que se cancelen todas las concesiones mineras”, mencionó la investigadora. Scheinvar avala la biodiversidad de esta Área Natural Protegida inscrita a la red de Sitios Sagrados Naturales de la Unesco. Wirikuta pertenece al Desierto Coronado, subsistema del Desierto Chihuahuense catalogado como uno de los más importantes en biodiversidad a nivel mundial.

Sin embargo la minería no es la única amenaza, la invasión de especies exóticas (que no pertenecen al sitio) como las cabras, quienes consumen las cactáceas desde la raíz, representan un riesgo ignorado.

Sin embargo, en agosto de 2010 la comunidad Wixàrika comprobó la existencia de concesiones mineras a la canadiense First Majestic, la cual planea extraer 22 millones de onzas de plata presumiblemente con mineración a cielo abierto, aunque la compañía asegura que operará sólo en el subsuelo.

Además, el cultivo de tomate en el ANP ha contribuido a la deforestación de cactos endémicos del desierto chihuahuense. “En la extracción de oro y plata, se utilizan sustancias que contaminan el suelo y que impiden el crecimiento de cualquier planta”, afirmó Léia Scheinvar.

Scheinvar ha detectado en México más de 800 especies de cactos, “y la mayor diversidad se encuentra en el desierto chihuahuense, que contiene más de cuatrocientas especies de cactáceas”.

Los cactos sirven como bioindicadores, ya que de acuerdo a la coloración de sus flores se puede detectar presencia de metales pesados en los suelos.