Vino a presentar su libro, El Mal, que se mete con la minera Barrick Gold y sus vínculos con la política nacional. Critica al kirchnerismo por alentar la megaminería y alaba la ley 7.722 de Mendoza. Muestra reparos sobre el gobernador Pérez.
¡Silencio absoluto! Eso, cuenta Miguel Bonasso, hicieron la presidenta Cristina Fernández, el gobernador sanjuanino José Luis Gioja y la empresa minera Barrick Gold que opera en la provincia vecina ante las graves denuncias que plasmó el ex diputado en el libro “El Mal”, que ayer presentó en Mendoza. En diálogo con Los Andes, acusa al kirchnerismo -con el que rompió para no volver- de “levantar la bandera de los derechos humanos mientras entrega la Argentina”.
Además, siembra dudas acerca del gobernador Francisco Pérez y las empresas mineras.
-¿Por qué la Barrick es el mal para usted?
-La Barrick, que opera el proyecto megaminero Pascua Lama- Veladero, es un tercer país, un país virtual, un estado dentro del Estado. Se hizo gracias a Carlos Menem, pero en tiempos de Néstor Kirchner se perfeccionó. Para los argentinos es un peligro por la soberanía, pero para Mendoza implica la posibilidad de que ingrese la megaminería, tirando abajo la ley 7.722 (que prohibió el uso de sustancias químicas, como el cianuro, en la megaminería a cielo abierto). Los cálculos permiten decir que en Veladero están usando unos 9 millones de litros de agua diarios y en Pascua Lama van a utilizar unos 27 millones de litros de agua, por los cuales van a pagar unos 93 pesos diarios. En el caso de este proyecto, Argentina pone 90% del agua y Chile sólo 10%. Pero, en cambio, nosotros nos quedamos con el dique de cola que es el basurero de la mina.
-¿Cómo ve a Mendoza en relación a la minería?
-Mendoza tiene la suerte y la conciencia que ha permitido que existiera una ley que es la 7.722 que muestra un progreso, no un retardo como dicen algunos sobre todo lo que están con el lobby minero. Recordemos que hace dos años, Europa unida prohibió la minería a cielo abierto con uso de cianuro, es decir que en todo el territorio europeo está prohibida y no porque son locos. Eso ocurrió, entre otras cosas, por el famoso derrame de 100 mil metros cúbicos de agua cianurada que cayeron al río Danubio en Rumania. No es una especulación que puede haber una catástrofe.
-Hay argumentos que dicen que quienes están en contra de la megaminería tienen desconocimiento del tema.
-Les puedo sugerir que lean mi libro. Cuento la historia de esta compañía pirata llamada Barrick Gold fundada por un delincuente, Adnan Khashoggi, primer traficante de armas del mundo, que coimeaba a los ministros de seguridad de Arabia Saudita porque tenía vínculos familiares con el rey. Es también uno de los hombres que ha hecho lobby por la Barrick. A propósito de lobby, hay que tener cuidado porque alguno de los socios jurídicos del actual gobernador de Mendoza también ha hecho lobby a favor de las mineras.
-¿A qué se refiere?
-A Fabián Gregorio, el presidente de la minera San Jorge y ex socio de Pérez. Me llamó la atención que un estudio de abogados tuviera, entre los servicios que ofrecía, el lobby. Soy partidario de que deben divorciarse de una vez por todas la política y los negocios. Supongamos que el Gobernador logra imponer el lobby minero del estudio y tira abajo la 7.722.
¿Quién va a pagar eso? El pueblo de Mendoza.
-¿Qué sintió cuando ganó Cristina en octubre?
-Sentí la misma soledad que sentí cuando reeligieron a Menem en 1995. Hago una crítica a la sociedad también. La sociedad argentina no reaccionó sobre algunas tropelías realizadas por Menem como la privatización de YPF ni está reaccionando frente la tropelía de Cristina con la megaminería. Las dos son cesiones de soberanías. Menem no decía ‘esto lo hacemos en nombre de Rodolfo Walsh’, en cambio acá levantamos la bandera de los derechos humanos y entregamos a la República Argentina.
-¿Cuál fue el hecho que lo hizo divorciarse del kirchnerismo definitivamente?
-Se vino incubando la explosión. Un hecho fundamental, la corrupción estructural existente. Que a algún ministro, no voy a decir cuál porque ya tengo varias querellas, lo llamen “celular” porque no funciona sin un 15 adelante. Otra cuestión fue que a la Ley de Bosques la tuve que imponer en minoría y después la Presidenta tardó 18 meses en reglamentarla.
-¿Cómo ve el rol de la oposición?
-Lamentable. Espero que el duro revés electoral obligue a muchos dirigentes a pensar más en grande. A mi no me interesa toda la oposición en su conjunto, porque tengo una definición ideológica. Me interesaría un proyecto progresista ajeno al PJ y a la UCR. Desgraciadamente no hemos sabido cómo convocar, cómo organizar y levantar grandes banderas y que éstas sean acompañadas por el resto de la sociedad.
-¿Qué piensa de La Cámpora?
-Veo una enorme distancia entre Héctor Cámpora y la Cámpora. Arturo Jauretche decía que el fuego viene de abajo. La militancia que había en los años 70, con sus aciertos y errores -que los tuvo- era del absoluto desinterés, la absoluta entrega y nacía desde abajo. La Cámpora nace desde arriba hacia abajo, con funcionarios públicos muy bien remunerados y muchachos que se meten porque no tienen otro espacio porque la centro-izquierda no los logró captar. La juventud es generosa, pero es una lástima que tengan este tipo de liderazgo que propone el kirchnerismo.