No sólo se trata de Grupo México: en Sonora, Grupo Peñoles también contamina el afluente de un río y una presa en total impunidad desde hace años y sin que ninguna autoridad haga algo, denunciaron ejidatarios de la zona.

 

Fuente: Sin Embargo

Se trata de la mina de cobre La Parreña que vierte desechos tóxicos en el arroyo Milpillas en el municipio de Santa Cruz, ubicado a unos 15 kilómetros de la frontera entre México y Arizona.

“Esa parte se llama El Cajón Milpillas. El agua pasa por el río y va a la presa El Comaquito, por la región El Ojo de Agua y llega a la población de Imuris. Luego pasa por el Río Magdalena y pasa por Santa Ana hasta Caborca”, dijo Guadalupe Rivera, un ejidatario de la región.

El rancho de Rivera está ubicado a 20 metros del arroyo contaminado por tóxicos que emanan de la mina de cobre de Grupo Peñoles, la cual opera desde hace 14 años en la región.

Desde su vivienda, Guadalupe puede observar el agua color turquesa que corre río abajo, en donde beben agua sus vacas.

“Le voy a decir una cosa: aquí se cría ganado y este año fue cuando se acentuó la mancha turquesa. Yo hago queso fresco. Este año no he podido hacer quesos como es debido, porque la leche no cuaja. En las vacas he notado que ya no dan bien el peso, ha de ser por esto, porque la mina convirtió en drenaje el arroyo”, aseguró.
Incluso la mina descarga aguas negras, dijo, de los distintos campamentos mineros que hay en la zona.

“Ellos tienen una planta tratadora de agua, para luego echarla al río, pero a mí se hace que no están haciendo las cosas bien, porque el agua está contaminada”, indicó.

Antonio Navarrete Aguirre, del Sindicato Minero Sección 65 de Cananea, coincidió con Rivera. Las minas en Sonora utilizan como drenaje los afluentes de los ríos.

“En Sonora las empresas mineras han convertido en drenajes los ríos en la entidad. Esa es una alerta a todas las autoridades y organizaciones de derechos humanos y medio ambiente para que vengan, que pongan un alto a estos empresarios que están contaminando el agua”, dijo.
Navarrete Aguirre, quien tiene una amplia experiencia en minas, explicó que la coloración azul turquesa del agua se debe al derrame de sulfato de cobre que las mineras desechan tras el proceso de electrólisis.

“Al sacar el agua contaminada, se mezcla con el agua limpia y mata todo lo que hay a su alrededor y pone en riesgo la vida de la flora y fauna que por décadas ha estado ahí”, detalló.

En el caso de los ríos Bacanuchi y Sonora contaminados por un derrame de la mina Buenavista del Cobre, de Grupo México, la coloración actual es similar a la de Santa Cruz: “azul turquesa, azul verde, porque todavía hay partes con metales pesados”, expuso.

Cuando ocurrió el derrame de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico en agosto del año pasado, el agua del el Río Bacanuchi se tornó marrón.

Guadalupe Rivera del municipio de Santa Cruz aseguró, que las autoridades ambientales sólo inspeccionan el interior de la mina de Peñoles.

“Las minas no hacen las inversiones debidas para detener esos desechos. A lo mejor les sale más barato comprar conciencias, que hacer las inversiones necesarias. Nunca me ha tocado ver autoridades en el río. Ellas van a la mina, a mi nunca me ha tocado verlos en los alrededores. Que vayan a inspeccionar para afuera de la mina, no adentro. Adentro no lo dejan ni fumar que por el medio ambiente. Adentro está muy limpio, pero pa’juera cómo está”, reflexionó el ejidatario.

AFECTADOS DEL RÍO SONORA QUIEREN ACUEDUCTO

Al igual que los pobladores del municipio Santa Cruz, los pobladores de los siete municipios afectados por el Derrame de Grupo México en el Río Sonora reclaman por su agua y continúan con un plantón, que se prevé será indefinido, en las instalaciones de la planta de bombeo “Los Patos”.

“Exigen que se les devuelva el río, el agua, la paz que tenían hasta antes del derrame. Grupo México no ha respondido y sigue amenazando a los pobladores”, afirmó Antonio Navarrete.
El 15 de marzo llegó a Cananea un contingente de alrededor de mil 500 personas, entre habitantes del río y mineros y tomaron las instalaciones de la Planta de Bombeo de la mina Buena Vista del Cobre, ubicada en la Carretera Cananea a Agua Prieta.

La toma de la planta se dio después de que el gobierno aseguró que resarció los daños de todos los afectados. Sin embargo, no se sabe a quién entregó el dinero del Fideicomiso Río Sonora, porque la información fue reservada por 12 meses. Los pobladores afirman que fue un reparto entre políticos.

Sin embargo, ya no se trata del fideicomiso, afirmó Navarrete. Se trata del agua, pues la planta de bombeo que fue tomada se nutre de 89 pozos distribuidos en los ejidos Zapata y Zaragoza y representan 80 por ciento del líquido que utiliza Grupo México para la producción de su mina Buenavista del Cobre.

“La gente dice que no va regresar a sus pueblos hasta que Grupo México cumpla con todas las promesas que hizo. Ellos dicen que si no hay agua para ellos, no van a permitir que el agua llegue a Grupo México. Es más, los pobladores exigen que así como se hizo un acueducto allá para el sur [Acueducto Independencia], se haga uno de “Los Patos” al Río Sonora, para tener agua limpia”, planteó.
Navarrete aseguró que Grupo México sólo se ha acercado a los pobladores para amenazarlos, no para remediar el conflicto.

Los amenaza con cárcel, denuncias ante distintos ministerios públicos, si no abandonan el plantón y liberan el agua.

“Convierte a la gente en agresores, cuando ellos fueron los que nos agredieron primero. Que responda por los daños a las tierras y al patrimonio de todos”, dijo.

Antonio detalló que un cierre de las instalaciones de rebombeo, significa que se dejen de enviar 12 mil litros por segundo, lo que significa una pérdida de 5 millones de dólares diarios para Grupo México.