La pretensión de la compañía minera Esperanza Silver de operar en el perímetro de la zona arqueológica de Xochicalco, en el estado de Morelos, y que amenaza agotar el agua de la zona y envenenar los territorios de las comunidades, continua sembrando rechazo.

 

Fuente: Servindi
Una muestra reciente de ello fue una movilización de reunió a numerosas comunidades, entre ellas las que se verán afectadas directamente por la compañía, de capitales mexicanos y canadienses, que busca operar en las 15 mil hectáreas que le ha entregado el gobierno en concesión.

Estas comunidades son las que se hallan dentro de los municipios de Alpuyeca, Miacatlán y Xochicalco; para ellas la entrega de este espacio representa una violación al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) debido a que nunca se consultó la viabilidad del proyecto.

Este incluye la extracción de oro, plata y otros minerales, bajo la modalidad de explotación a tajo abierto, de territorios ubicados a menos de un kilómetro de la zona arqueológica de Xochicalco, declarado por la UNESCO, en 1999, Patrimonio Histórico de la Humanidad.

Las comunidades demandan a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, a través de su titular Juan José Guerra Abud, la cancelación definitiva del proyecto de Esperanza Silver de México S.A.

Cabe recordar que el permiso para operar fue otorgado por el gobierno federal en el sexenio que encabezaba Felipe Calderón. El gobierno en turno, ha mantenido las concesiones de la empresa canadiense.

Minera atentaría contra sitio arqueológico

Debido a este último reconocimiento es que entre quienes se oponen al proyecto minero se encuentran los arqueólogos que laboran en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) del estado de Morelos.

Ellos, a través de una carta con fecha del 28 de febrero, advirtieron al director general de este organismo, el etnólogo Sergio Raúl Arroyo, del impacto que tendrán las operaciones de Esperanza Silver en sitios arqueológicos como El Jumil, localizado en el cerro del mismo nombre.

En ese sentido sostienen que, de operar en la zona, la empresa destruirá la vinculación existente entre este sitio y la zona arqueológica de Xochicalco, “evitando con ello comprender a futuro su integración, en el entendido de que hasta el momento no está bien estudiado el mencionado sitio”.

Según la misiva, es muy posible que se impacte directamente sobre el área arqueológica ya que existe una fase denominada por la empresa como “Etapa 5” que consiste en iniciar actividad en la propia zona arqueológica de Xochicalco.

Protestan contra compañía mexico-canadiense

Como se mencionó en un inicio el daño que pueda provocar la empresa se extiende a las comunidades y fue por ello que el pasado 21 de marzo se llevaron a cabo protestas en las mismo sitio arqueológico de Xochicalco para expresar el rechazo a la instalación de la mina y para informar a la opinión pública del peligro de las obras.

La movilización fue promovida por el Movimiento Por la Vida, no a la Mina en Morelos que busca que la gente conozca directamente la gravedad de que el gobierno mexicano, el estatal y el municipal autoricen la explotación de oro y plata en el Cerro de Jumil y otros aledaños.

El movimiento advierte de lo perjudicial que puede ser para las comunidades el uso de mercurio y demás ácidos para la extracción de los minerales; a lo que se suma el peligro que corren los mantos acuíferos como son la Laguna del Rodeo y el río Los Sabinos que podrían secarse en muy poco tiempo en un caso y quedar contaminado en el otro.

Entre las comunidades afectadas que se ubican dentro de los municipios antes citados se encuentran San Agustín Tetlama, Alpuyeca, Cuentepec, Santa Cruz Milpillas, Coaxcomac, Xochicalco, Loma Bonita, Francisco Villa, Las Flores, Benito Juárez, entre otras.