Dos de los cuatro mineros atrapados desde el viernes en un yacimiento a 150 m de profundidad, en el suroeste de Ecuador, fueron hallados muertos por sus compañeros y los otros dos aún podrían estar con vida, afirmó este sábado el ministro Carlos Pareja.
Previamente, una fuente de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR, Defensa Civil), que pidió no ser identificada, señaló a la AFP que “fueron localizados muertos tres de los cuatro mineros atrapados”.
“Las labores de rescate hasta el momento tienen resultados negativos: Hemos encontrado los cuerpos de dos mineros”, dijo a su vez Pareja a la prensa en la localidad costera de Portovelo (405 km al suroeste de Quito), donde un derrumbe atrapó el viernes a cuatro mineros.
El ministro anotó que “se cree que (los otros dos mineros) estaban más al fondo del túnel y estén con vida” y enfatizó que los encargados de abrir accesos en el interior de la mina “no han llegado al sitio” del accidente, ocurrido en el yacimiento Casa Negra de Portovelo.
Pareja confirmó que uno de los fallecidos es Walter Vera, jefe del grupo, e identificó a la segunda víctima como el obrero Paúl Aguirre. Ambos cadáveres ya fueron sacados a la superficie, añadió.
Vera, de 31 años, dejó tres hijos -el último de 22 días de nacido- y trabajaba en la minería desde hace una década, la mitad para la empresa ecuatoriana Minesadco, que actualmente opera el yacimiento que hasta 1950 fue explotado por la estadounidense South American Development Company (Sadco).
Entretanto, Aguirre, de 21 años, no cumplía aún un mes de labores, por lo que estaba de ayudante dentro de la mina.
Los hermanos Walter y Angel Vera (barrenador), Aguirre y Pedro Mendoza (obreros), todos ecuatorianos, no pudieron salir a la superficie tras el accidente en la mina Casa Negra.
Previamente, un Comité de Crisis -creado por el gobierno para enfrentar la emergencia- informó que el despeje de escombros que taponaron el túnel permitió “inyectar aire a la zona donde están los mineros”.
Los trabajadores abrieron dos accesos al sitio del accidente. “La apertura de los accesos A y B” llegó “al objetivo: el quinto nivel o galería principal”, donde operaban los mineros atrapados, anotó el Comité.
Entretanto, el presidente Rafael Correa informó desde Quito que se envió una sonda con cámara para tratar de localizar a los mineros. La idea es “ver si aunque sea por medio de la sonda logramos establecer contacto” con ellos, señaló.
Se trata de una “sonda robot con cámara” que ayudará a constatar las condiciones al interior de la galería, explicó a la prensa la titular de la SNGR, María del Pilar Cornejo, quien está en el sitio del accidente.
Empero, la sonda no había podido ser aún utilizada, según Cornejo, quien indicó que previamente “hay que desalojar más de 200 toneladas” de rocas y tierra que obstaculizan el túnel.
Desde el viernes, familiares esperan angustiados noticias en las afueras del yacimiento.
“Confiamos en Dios porque para Dios nada es imposible”, dijo a la AFP Filomeno, tío de los Vera, quienes “tenían una finca arriba, en la montaña. Eran agricultores, pero vendieron todo y se vinieron a vivir acá, a meterse en la mina”.
El accidente, que se registró tras el rescate de los 33 mineros que permanecían sepultados desde el 5 de agosto en el yacimiento chileno San José, se podría derivar de “labores antiguas” que debilitaron el suelo, apuntó el secretario nacional ecuatoriano de Desarrollo Minero, Jorge Espinosa.
En 1993 en Nambija, otro de los centros mineros de Ecuador también en la frontera con Perú, una montaña se derrumbó matando a más de 300 personas