Ya en 2016 se advertía que el boom del litio podría ser una amenaza para los flamencos del Salar de Atacama. Las imágenes de satélite indicaban que algunas lagunas y praderas en el salar se estaban reduciendo o secando, mientras que la Comisión Forestal de Chile registraba un descenso en la población de flamencos.  

Por Alexander Villegas y Cristian Rudolffi

Desierto de atacama, 19 mayo (reuters) – En las llanuras del desierto de atacama en el norte de chile, rico en litio, los flamencos de color rosa brillante dan vida a las extensas salinas donde esporádicas piscinas azules brindan la hidratación que necesitan.

Pero el número de flamencos está cayendo, con un nuevo estudio que vincula esta merma con el agua extraída por las empresas mineras para bombear salmuera llena de litio, el metal utilizado para fabricar baterías para teléfonos móviles, computadoras portátiles y vehículos eléctricos.

Las mineras sostienen que sus operaciones no afectan a las bandadas de flamencos y dicen que los estudios se basan en datos poco fiables.

Las diferencias subrayan las crecientes tensiones en la nación andina por el uso del agua y el impacto de la minería en las comunidades locales y el medio ambiente. Una regulación más estricta es un riesgo para las empresas del segundo productor mundial de litio y el primero de cobre.

“En realidad aquí sí se puede explicar estos efectos a través de la extracción de litio, específicamente”, Cristina Dorador, coautora del estudio en la revista Proceedings B de la británica Royal Society, refiriéndose a los hallazgos de que el número de flamencos disminuyó a medida que se consumía más agua.

Los científicos examinaron diversos salares en Chile para medir los efectos de otras variables en los niveles del agua. Se utilizaron imágenes satelitales de estanques mineros en el desierto de Atacama, hogar de la mayor parte del litio de Chile, para calcular la cantidad de agua extraída.

La reproducción de los flamencos cae si hay menos agua, lo que con el tiempo podría afectar el número de bandadas, dijo el coautor Nathan Senner, investigador de ecosistemas y cambio ambiental.

“No es que mueran todos a la vez, pero si no se están reproduciendo todos de golpe, incluso las cosas que viven tanto tiempo como los flamencos comienzan a morir. Y ahí es donde los números realmente comienzan a caer con bastante rapidez”.

En otras salinas donde no hay minería, las poblaciones de flamencos se mantuvieron constantes durante la última década a pesar de las variaciones naturales del agua vinculadas a las lluvias y los cambios climáticos. En Atacama, sin embargo, los flamencos andinos y de James disminuyeron entre un 10% y un 12%.

La Sociedad Nacional de Minería chilena declinó hacer comentarios. Y Albemarle , una de las dos principales mineras de litio en el país, no respondió a una solicitud de comentarios.

SQM, la otra principal minera de litio, no estuvo de acuerdo con partes clave del estudio y dijo en un comunicado que su propio seguimiento indicaba que “las poblaciones de flamencos se han mantenido estables en el tiempo”.

La firma señaló que el análisis satelital podría sobreestimar o subestimar considerablemente el uso del agua y pidió más investigación sobre el terreno.

Dorador, una científica de la región y elegida integrante de la asamblea que redacta una nueva Constitución, dijo que los lugareños han notado una disminución de flamencos en las salinas afectadas por la minería durante años.

“Tienen una significación muy importante porque, de partida, es una de las grandes atracciones turísticas que tiene la zona de San Pedro de Atacama. Va mucha gente a ver a los flamencos”, planteó.

Dorador dijo que los ancianos indígenas recolectaban huevos de flamencos como parte de su dieta regular, mientras que las aves regulan el ecosistema comiendo plancton, crustáceos y microorganismos, ayudando a evitar la proliferación de bacterias dañinas en el agua.

El número de flamencos de Chile en general se ha mantenido, gracias a los grupos de aves en otras planicies no afectadas por la minería. Pero las consecuencias podrían ser graves a medida que aumenta la demanda por baterías de litio, advirtió Dorador.

“Tenemos que saber de donde vienen los materiales. Porque no tenemos conciencia de aquello. Porque todo lo podemos comprar pero no sabemos que se tuvo que hacer para lograr aquello”, señaló.

(Reporte de Alexander Villegas y Cristian Rudolffi; editado por Adam Jourdan y Richard Chang. Editado en español por Natalia Ramos)

Fuente: La Nación

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Cambios en el paisaje

Los flamencos se alimentan de pequeños crustáceos que requieren agua salada para sobrevivir, y como se extrae la salmuera, los niveles de salinización declinan.

Las lagunas y prados de la zona empezaron a cambiar a finales de los años 80, cuando las empresas establecen sus operaciones mineras y las lluvias en las montañas disminuyen, dice Manuel Salvatierra, que vive en las inmediaciones de Cucuter.

“En aquel entonces, se podía ver 40 flamencos en una laguna”, dice Salvatierra. Ahora “vemos un paisaje diferente.”

A los 79, Vicente Conzue ha pasado la mayor parte de su vida en la parte sur de los salares. “Había agua por todas partes y había un montón de flamencos”, señala desde su casa en una aldea en el borde del salar.

Fuente: El mostrador