Ante el proceso de conciliación que abrió el Tribunal Ambiental de Antofagasta en la polémica iniciativa minera portuaria Dominga, de Andes Iron, Rosa Rojas, del Movimiento de Defensa del Medioambiente de La Higuera (Modema), expresó a El Ciudadano que “la única solución es que no se haga el proyecto”, y aclaró que “nosotros no estamos por ningún tipo de conciliación”.
Fuente: El Ciudadano
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Desde La Higuera son enfáticos en señalar que no están por que se llegue a un acuerdo en favor de la cuestionada iniciativa, argumentando que ésta ya fue rechazada en sus primeras instancias. “No hay manera de mejorar este mega proyecto”, sostiene Rosa Rojas.
Modema es una de las nueve organizaciones que están como terceros interesados en el caso, y seis de las que están en contra de Dominga.
Rojas explicó que lo que corresponde es que no haya conciliación porque “este proyecto ya ha sido rechazado por los organismos del Estado”. En ese sentido, apuntó que mantienen la posición que han manifestado. “No hemos cambiado en absoluto nuestra postura de rechazo a esta empresa minera y portuaria Dominga”, señaló.
En relación a la propuesta que estarían formulando desde el Tribunal Ambiental, en la que el proyecto podría ser “mejorado” para que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) pudiera aprobarlo, manifestó que “no hay manera de mejorar ningún proyecto de esta índole, que es un mega proyecto”. Esto -argumenta- debido a que la magnitud de estas iniciativas Las transforma en “irreversibles”. “No pueden hacer el rajo más chico, por ejemplo, o no pueden dejar de sacar el agua del rajo sur, tampoco pueden dejar de afectar la biodiversidad con el paso de los barcos, por lo tanto, este tipo de proyecto no sé qué le tendrían que hacer… la única solución es que no se haga, no vemos ninguna otra solución al respecto”, postula la dirigente.
En definitiva, para Rosa Rojas este proyecto no solo destruiría parte del mar, sino también parte de la tierra, pues el rajo sur de esta mina, explica, “está arriba del reservorio de agua que nos provee del líquido vital a dos pueblos aguas abajo, por lo tanto, no podríamos estar bajo ningún punto a favor de esa conciliación”.
Que Piñera sea consecuente
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La conciliación tendrá que ser decidida por el SEA el próximo 14 de marzo, cuando el gobierno de Sebastián Piñera haya cumplido recién tres días en La Moneda. Sin embargo, Rojas sostiene que han estado luchando por la protección de su territorio en las diferentes administraciones y recuerda que les ocurrió algo similar cuando en el anterior mandato de Michelle Bachelet, se pretendía instalar la termoeléctrica Barrancones. Entonces asumió Piñera y detuvo su construcción “aduciendo que este era un lugar que no se puede destruir, y lo hizo de forma ilegal”, dice Rojas, quien explica que en el caso de Dominga les ocurre al revés.
Ahora ha sido el gobierno de Bachelet el que ha reconocido la importancia de proteger la biodiversidad de este lugar y ahora con la decisión del Tribunal Ambiental de realizar un proceso de conciliación, la decisión final recaerá en el próximo mandato de Piñera. En ese sentido, la dirigenta indica que no les importa la administración que esté porque “nos ha tocado esta pelea en ambos gobiernos, y casualmente de las mismas personas, entonces nosotros vamos a seguir luchando porque no vamos a llegar a acuerdo, de eso no me cabe la menor duda”.
Rojas explica que en ese escenario -en donde no prosperaría la conciliación- el Tribunal Ambiental deberá dirimir al respecto y tendrá que dar una resolución. “Si está a favor de la conservación vamos a estar felices, porque creemos que este tribunal se creó precisamente para eso; si no, vamos a seguir adelante con nuestra causa y no vamos a permitir bajo ningún punto este proyecto y seguiremos los cursos regulares de la institucionalidad y la ley para evitar cualquier iniciativa de este tipo”.
Finalmente, la dirigenta llama a Piñera a que mantenga la misma postura que tuvo cuando ocurrió lo de Barrancones, señalando que “él se la jugó por defender esta zona”. Por eso insiste en que el electo mandatario sea consecuente con esa postura porque -plantea- “no queremos que pase lo de Huasco o Quinteros”. Por último, reflexiona respecto de las condiciones en que están los puertos, los pescadores y los pueblos. “Nosotros no queremos que pase eso aquí en La Higuera”, concluye.