El proyecto minero Pascua Lama se ha convertido en un clásico. Y parece que existiera y al mismo tiempo que no existiera, porque desgraciadamente los medios de comunicación operan sin memoria ni seguimiento, o porque sencillamente lo que pasa en la Cordillera de la Región de Atacama no es materia de interés. El proyecto se pone de moda cuando aparece alguna información ambiental en un diario. Pero es información sin continuidad, que compite con la publicidad que la minera canadiense Barrick pone en los diarios, en radio y televisión, en la cual se define como “minería sustentable”.

 

Foto: camino que atraviesa penitentes en Pascua Lama

Por Helmuth Huerta publicado en Radio Universidad de Chile
Esa palabra –sustentable- se ha puesto de moda y sirve casi para todo. El connotado economista francés Serge Latouche ha dicho que: “Lo sustentable es tan chic que se pone en todas las salsas: sustentabilidad social, sustentabilidad financiera, organización sustentable, consumo sustentable, etc. Hasta el punto en que sólo falta que alguien aparezca hablando de sustentabilidad sustentable”.

A estas alturas, parece que sumar datos sobre los impactos reales el proyecto Pascua Lama incrementa la desorientación. Pero hay dos datos que son críticos, y que usted desconoce completamente.

El primero es que los países que sí toman en serio la actual crisis ambiental que enfrenta y enfrentará la Humanidad, están salvaguardando los recursos naturales que tienen en su propio territorio, y explotando o sobreexplotando los de otros países. Ese es el caso de Canadá, país de procedencia de la minera Barrick.

Canadá destaca en todos los ranqueos internacionales como un país “verde”: encabeza la reforestación en su territorio, las áreas de conservación y preservación de bosques, glaciares, y diversidad marina. Para mantener esto, y el estilo y nivel de vida de Primer Mundo que tienen los canadienses, ese país tiene que explotar e importar recursos naturales de otras partes del mundo, generalmente de países pobres, con problemas de corrupción y de legislación ambiental débil o no respetada. ¿Alguien le ha preguntado sobre esto a la Embajada de Canadá en nuestro país?

El otro dato crítico que usted desconoce es que Barrick ya destruyó los glaciares de Pascua Lama. Sólo queda nieve de la estación. El Estudio de Impacto Ambiental se aprobó en 2006; y sólo desde ese año rigen las medidas de mitigación para proteger supuestamente los glaciares. Pero Barrick no está en Atacama desde 2006. Llegó en la década de 1980. Y sólo la fase de prospección (o, sea cuando buscada oro, antes de presentar el proyecto) acabó con el 70% de los glaciares Toro I, Toro II y Esperanza. Esto, según el estudio de la consultora ambiental Golder Asociados, pagado por la propia Barrick. El 30% de lo que quedaba de los glaciares, fue desapareciendo en las etapas de preparación de faenas y construcción de la mina, desde el año 2005 hasta hoy.

Pascua Lama es un proyecto perjudicial e inviable. A 4.500 metros sobre el nivel del mar, Barrick no tiene agua. Eso, a menos que derrita uno por uno otros glaciares que están un poco más alejados para así sacar el oro, mientras paga róyalty en Canadá.