Henry Jurgens no sabía nada sobre ese monte amarillento que estaba atrás de su casa, en la comuna de Pencahue, VII Región. Para él, era “sólo un cerro de arena”. Cuando supo que era un relave minero (*) abandonado, un montón de desechos tóxicos que se elevaban sobre el paisaje, ya era tarde. La noche anterior había sido el terremoto y ese cerro se había escurrido sobre su terreno, devorando la casa de la familia Gálvez Chamorro y atrapando en su interior a las dos niñas y sus padres. Ambos trabajaban para Jurgens desde hace años. Ninguno sobrevivió bajo los cuatro metros de cianuro que quedaron sobre ellos. Ver el impresinante documental “Minas de oro, desechos de muerte” ingresando al artículo.
Fuente: Centro de Investigaciones Periodísticas CIPER
La experiencia que vivió Henry Jurgens es una de las más fuertes que expuso anoche el documental “Minas de Oro, desechos de muerte”, realizado por la periodista de CNN Chile Carola Fuentes, con el apoyo de CIPER y la Universidad Diego Portales. Tras 18 meses de investigación, en sesenta minutos el reportaje revela el peligro y la negligencia con que se maneja la basura tóxica proveniente de la industria minera.
Para este trabajo se hicieron 29 solicitudes de acceso a la información y dos recursos de amparo al Consejo para la Transparencia. Además se revisaron cientos de documentos, fotografías y testimonios inéditos para dar cuenta no sólo del caso de Jurgens, sino también de un depósito con arsénico de 4.800 toneladas a solo 50 Km. de Santiago y de los lugares identificados y localizados geográficamente que nunca se han dado a conocer al público, pese a que hace casi 10 años el Servicio Nacional de Geología y Minería elaboró -con el apoyo de agencias de cooperación japonesas y alemanas- un catastro y un manual para identificar el riesgo real de estos pasivos, pero nunca concretaron las sugerencias resultantes del proyecto. El borrador de una legislación que podría abordar y remediar este problema fue olvidado por el ministerio de Minería.
(*) Relaves mineros o colas: Son desechos tóxicos subproductos de procesos mineros y concentración de minerales, usualmente una mezcla minerales, sustancias tóxicas, agua y rocas. Los relaves o colas contienen altas concentraciones de químicos, tóxicos y otros elementos que alteran el medio ambiente, por lo que deben ser transportados y almacenados en «tanques, tranques o pozas de relaves» donde lentamente los contaminantes se van decantando en el fondo y el agua es recuperada o evaporada. El material queda dispuesto como un depósito estratificado de materiales sólidos finos altamente peligrosos por su elevado contenido de sustancias químicas y metales pesados. (Fuente: Wikipedia)
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