La mina de Samarco en la ciudad brasileña de Mariana, donde el pasado noviembre ocurrió un gran vertido de residuos tóxicos que causó un desastre ambiental, tuvo un nuevo deslizamiento aunque no se han registrado víctimas, informó hoy la empresa.
El corrimiento fue de pequeñas proporciones y afectó a residuos que quedaron en el lugar después del vertido que dejó 17 muertos y dos desaparecidos y causó daños irreparables al medioambiente el pasado noviembre, según informó la compañía minera en un comunicado.
En el momento del nuevo accidente había cerca de 150 trabajadores de la empresa en las instalaciones, que tuvieron que ser desalojados según los protocolos de seguridad, informaron portavoces de Defensa Civil.
Samarco atribuyó el corrimiento de los residuos a las lluvias registradas en las últimas semanas y precisó que los materiales no salieron de la zona del complejo minero, por lo que no llegaron a los ríos de la región, que ya han sufrido graves daños ambientales.
La empresa resaltó que los dos diques que siguen en pie, conocidos como las presas Germano y Santarém, “permanecen estables” y son vigilados de forma continua.
Los obreros volvieron a trabajar a comienzos de enero para realizar tareas de limpieza, pero la mina no ha recibido autorización para reiniciar sus operaciones.
El primer vertido ocurrió el pasado noviembre por la ruptura de los diques de dos depósitos de residuos y agua en el complejo de Samarco en la ciudad de Mariana, ubicada en el estado de Minas Gerais (sureste).
El accidente causó una riada de lodo de 62 millones de metros cúbicos, considerada el mayor vertido de residuos mineros ocurrido en el mundo en las últimas décadas y que el Gobierno brasileño ha reconocido como el peor desastre ambiental del país.
La ola tóxica anegó siete poblados en Minas Gerais, contaminó 650 kilómetros de la cuenca del Doce, uno de los ríos más importantes del sureste del país, y ha tenido impacto en la costa atlántica.
Según cálculos preliminares del Gobierno brasileño, la recuperación del ecosistema de la cuenca del río Doce puede alargarse por más de una década y podría exigir inversiones de 20.000 millones de reales (unos 4.800 millones de dólares).