La superficie del cerro tenía hasta el año pasado más de 14 hundimientos provocados por explosiones mineras. Ahora la cumbre se hunde. Un derrumbe en la cima de la montaña más emblemática de Bolivia provocó un cráter de 40 metros de profundidad y 35 de diámetro y tiene preocupadas a las autoridades de Potosí.
La cima del Cerro Rico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y monumento nacional, colapsó el jueves provocando un hundimiento debido a la explotación minera intensiva combinada con las últimas lluvias, dijo el gobernador Félix Gonzales.
El “cerro de plata” de 4.782 metros de altitud no ha parado de producir el metal desde que fue descubierto por un pastor indígena en 1545. Era tan rico en el mineral que Miguel de Cervantes inmortalizó la frase “vale un Potosí” en su célebre novela “Don Quijote de la Mancha”.
La montaña ya no tiene la forma cónica casi perfecta como figura en el escudo nacional. La estructura de la cima “está totalmente fracturada y va a seguir deteriorándose”, dijo Gonzales.
Actualmente 15.000 mineros independientes asociados a cooperativas trabajan en los más de 500 socavones que perforan las entrañas del cerro.
Autoridades locales han venido reclamando la paralización de los trabajos mineros en la cima ante el peligro de hundimientos mayores.
Gonzales llegó a La Paz el viernes para pedir ayuda urgente al gobierno nacional y declarar al cerro “zona de desastre”.
Potosí, de más de 160.000 habitantes y declarada también Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por su rica arquitectura colonial, figura entre las ciudades más pobres de Bolivia pese a haber producido grandes riquezas durante siglos. Es también uno de los mayores destinos turísticos del país. De Potosí, situada 430 kilómetros al sur de La Paz, se decía que tenía más habitantes que París y Londres en el siglo XVI.