El vertiginoso progreso tecnológico y el incesante aumento de la población devoran recursos minerales a un ritmo creciente y obligan a buscar nuevas fuentes de materias primas en lugares inhóspitos y donde no se puede respirar ni trabajar sin la ayuda de trajes, vehículos y robots especiales: las grandes profundidades del mar.
Fuente: Vanguardia
La demanda mundial de minerales y elementos estratégicos para la industria de la construcción y la fabricación de teléfonos móviles, tabletas, pantallas planas, imanes, baterías, y otros dispositivos o componentes electrónicos, va en aumento, y esto está revolucionando la minería.
Una de las principales fuentes de estas materias primas críticas se halla en los mares y océanos y muchos países ya se han lanzado a la exploración de los denominados nódulos polimetálicos y sulfuros masivos, compuestos por minerales de gran valor para la industria y la tecnología, en zonas de Sudáfrica, Papúa Nueva Guinea, Estados Unidos o Namibia.
PUERTOS FLOTANTES Y ROBOTS SUBMARINOS
Uno de los modelos de explotación de estos recursos submarinos es el perfilado en el proyecto Solwara I, de la compañía canadiense Nautilus Minerals, que tiene prevista la explotación de minerales a 1,600 metros de profundidad en el Océano Pacífico, y que además está explorando en aguas de Fiji, Tonga, Islas Salomon, Vanuatu y Nueva Zelanda.
La empresa impulsora del proyecto (www.nautilusminerals.com) a la espera de su aprobación definitiva, calcula que el yacimiento supera los 2 millones de toneladas, de las cuales 870,000 toneladas contienen un 6.8 por ciento de cobre y 4.8 gramos de oro por tonelada.
Es un depósito de sulfuros polimetálicos, los cuales están asociados a las chimeneas hidrotermales: unas grietas en el fondo del mar por las cuales fluye agua calentada por la cercanía del magma geológico y cargada de compuestos minerales, habitualmente situadas a gran profundidad y en zonas volcánicas.
Para extraer los también denominados sulfuros masivos, situados bajo el mar de Bismarck, el proyecto Solwara I prevé construir puertos flotantes, desde los cuales se manejarán los robots que trabajan en las profundidades marinas para extraer los minerales.
Después, el material extraído se bombeará y viajar a través de tuberías directamente a los buques mineros que, posteriormente, lo transportarán a tierra firme.
China, que ya tiene una posición predominante en el mercado de materiales estratégicos como el platino, cobalto y las denominadas ‘tierras raras’, es uno de los países que llevan la delantera en la minería submarina.
Una compañía de esa potencia asiática ha llegado a un acuerdo con Nautilus para extraer cobre de yacimientos del Pacífico, y los chinos prevén construir una macro estación minera submarina, propulsada por un rector nuclear, con capacidad para extraer petróleo, oro, cobre, zinc y plomo, según el diario “South China Morning Post”.
“Estamos asistiendo a la última redivisión del mundo. Las compañías que tengan éxito serán las que marquen el camino”, han señalado a “The New York Times”, expertos de la Sociedad Internacional de Minerales Marinos (IMMS).
DEL FONDO DEL MAR A LOS TELEVISORES
En esta línea de investigación y prospección, un equipo de investigadores de la Agencia Japonesa de Ciencias Marinas y Tecnología ha encontrado en el fondo del Pacífico grandes depósitos de minerales raros, que son claves para el desarrollo de productos de alta tecnología electrónica y se pueden extraer fácilmente, según sus descubridores.
Los depósitos tienen una fuerte concentración de metales escasos en tierra firme, y un kilómetro cuadrado de esta formación geológica sería capaz de proporcionar una quinta parte del actual consumo anual global de estos materiales, según Yasuhiro Kato, profesor de Ciencias de la Tierra en la Universidad de Tokio y director de las investigaciones.
Los expertos nipones descubrieron estos minerales en el barro del mar extraído a unos 5.000 metros de profundidad, en 78 lugares. Un tercio de los sitios analizados tienen un alto contenido del metal itrio, cuyos compuestos se utilizan en la fabricación de televisores a color.
Según el trabajo, publicado en la revista ‘Nature Geoscience’, los depósitos se hallan en aguas internacionales,en un área que se extiende alrededor de Hawai y Tahití, y acumulan miles de millones de toneladas de metales escasos en tierra firme.
Según Kato, el lodo marino es especialmente rico en metales raros pesados como el gadolinio, lutecio, terbio y disprosio, que se utilizan para fabricar televisores de pantalla plana, diodos emisores de luz (LEDs) y coches híbridos.
La explotación de estos yacimientos requiere bombear el material desde el fondo del océano, para ser subido a los barcos mineros donde, con un proceso denominado lixiviación ácida simple, permite extraer en pocas horas un 80-90 por ciento de los metales raros en el lodo, según ha explicado Kato.
Por su parte, UK Seabed Resources, ha descubierto lo que, según esta compañía británica, son enormes cantidades de los denominados nódulos polimetálicos (pequeños trozos de roca que contienen valiosos minerales) y está planificando una gran operación de explotación en el lecho del océano Pacífico, al sur de Hawai y al occidente de México, según la BBC.
En los fondos oceánicos, que representan dos terceras partes de la superficie terrestre, existen depósitos minerales vírgenes que contienen la misma proporción aproximada de los 103 elementos químicos conocidos, entre ellos metales y, según un funcionario de la ONU experto en geología marina, albergan “varios cientos de años de reservas de cobalto y níquel”.
Aún se ignora cuál podrá ser el impacto en el medioambiente de la explotación de estos recursos y en algunos sectores se teme que las operaciones masivas de extracción de estas rocas puedan dañar a los ecosistemas marinos de forma duradera.
Por ello, algunas organizaciones ecologistas y campañas informativas como “Deep Sea Mining” (www.deepseaminingoutofourdepth.org) han solicitado retrasar las actividades extractivas en aguas internacionales hasta que haya un marco conservacionista legal.
DESTACADOS:
— El proyecto Solwara I, de la compañía canadiense Nautilus Minerals, tiene previsto explotar sulfuros polimetálicos a 1.600 metros de profundidad en el Océano Pacífico, extrayéndolos mediante robots y después bombeándolos a barcos mineros.
— Según Yasuhiro Kato, profesor de Ciencias de la Tierra en la Universidad de Tokio (Japón), el lodo marino es rico en metales raros pesados como el gadolinio, lutecio, terbio y disprosio, que se utilizan para fabricar televisores de pantalla plana, diodos emisores de luz (LEDs) o coches híbridos.
— Se ignora el impacto ambiental de la explotación de estos recursos y se teme que su extracción masiva pueda dañar los ecosistemas marinos, por lo que algunas organizaciones ecologistas piden retrasar las actividades extractivas en aguas internacionales hasta que haya un marco conservacionista legal.