Esta semana, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Norberto Yauhar, presentó junto a Monsanto una nueva soja denominada Intacta RR2. Asimismo, anunció que el gobierno ha decidido avanzar con un proyecto para modificar la ley de semillas vigente.
Por Tamara Perelmuter publicado por Marcha
Hace varias semanas que la discusión en torno al modelo sojero, para bien y para mal, ha vuelto a ser noticia.
Para bien, porque la Cámara I del Crimen de Córdoba determinó que fumigar con agrotóxicos es un delito y tiene condena. De esta manera, luego de más de dos meses de juicio, y en el primer caso que llega a juicio penal, un productor agropecuario y un aerofumigador fueron encontrados culpables de contaminar y afectar la salud de la población del barrio cordobés Ituzaingó Anexo. Sobre ellos recayó una pena de tres años de prisión, aunque condicional y no de cumplimiento efectivo en la cárcel.
Para mal, porque Monsanto, una de las principales empresas productoras de agroquímicos del mundo (entre ellos el Glifosato), anunció que se instalará en la provincia de Córdoba, donde prevén realizar una inversión de $1600 millones para instalar una de las plantas “más grandes de América Latina” en la localidad de Malvinas, a 12 Km de la capital cordobesa.
Pero eso no es todo. Esta semana, la misma empresa presentó junto al ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Norberto Yauhar, la nueva tecnología en soja Intacta RR2, que fue modificada genéticamente por Monsanto para lograr un cultivo que, como su antecesor, será resistente al glifosato (el más popular herbicida) y le agregará resistencia al ataque de insectos. La nueva soja estará disponible en la campaña 2013/14 -en la próxima siembra sólo se realizarán ensayos en el norte-; y calculan que la mejoría de los rendimientos podría llegar al 11%.
“Agradezco fundamentalmente a Monsanto, no solamente este esquema de aprobación de la RR2, sino también las inversiones y la confianza que han depositado en la Argentina con inversiones que ya han anunciado de forma conjunta con nuestra Presidenta de la Nación”, dijo el ministro. Por su parte, Pablo Vaquero, vicepresidente de Monsanto Argentina, anunció que “es la punta de lanza de un cambio fundamental gracias al trabajo público-privado para lanzar nuevas tecnologías en soja. Los mecanismos de consenso se están alcanzando, trabajamos con un gobierno que ha abierto el diálogo”.
En la misma conferencia, el ministro anunció que desde el Gobierno nacional se está trabajando en una nueva ley de semillas para reforzar los derechos de propiedad intelectual de biotecnología agrícola. Y agregó que el proyecto se enviará para discusión al Congreso en los próximos meses. Se trata, claro está, de incentivar a que Monsanto invierta en su segunda generación de semillas de soja transgénica al país.
Es importante recordar que Monsanto no patentó en nuestro país la semilla de soja genéticamente modificada que lanzó hace 15 años. En el año 2002, la empresa comenzó a ejercer intimidaciones a los productores por el supuesto uso ilegal de las semillas, amenazando con salirse del mercado argentino y cobrando regalías en los puertos de destino de exportación de la soja de aquellos países donde si tienen la patente. En 2010, la Suprema Corte de Justicia de la Unión Europea dictaminó a favor de la Argentina. Para entonces, la compañía ya había desistido de presionar a los importadores europeos, pero en cambio presionó por otros medios, al decidir no lanzar en el país su nueva soja transgénica, la RR2, aguardando que se modifique el régimen legal en la Argentina, y así poder cobrar mayores regalías.
Más tarde, Monsanto anunció que volvería a vender semillas de soja en el país, por considerar que las negociaciones se estaban encaminando entre las empresas, los productores y el gobierno. Todo esto, en el camino de lograr un acuerdo sobre el régimen de propiedad intelectual, que recorte el denominado “uso propio de las semillas” (milenaria práctica de guardar parte de la cosecha para volverla a sembrar) y brinde mayores certidumbres a las empresas inversoras. Ese tiempo está cada vez más cerca.