La decisión del gobierno de Alemania de eliminar la electricidad generada por centrales nucleares para 2022 promoverá un uso eficiente de la energía, impulsará la inversión, acelerará la mejora de fuentes renovables y fomentará la cooperación.
Fuente: IPS
13/06/2011. Esos elementos son indispensables para que Alemania pueda substituir la energía nuclear, que representa 23 por ciento de la matriz energética del país, y garantizar un suministro constante, remarcaron especialistas.
Este país es la principal potencia industrial de Europa.
El gobierno alemán anunció el lunes que todas las plantas nucleares que operan en el país estarán cerradas para 2022.
Las siete centrales que ahora no están operativas por pruebas desde la catástrofe en el complejo japonés de Fukushima, y otra que no funciona desde hace varios años por problemas técnicos, permanecerán cerradas. Las restantes nueve quedarán se habrán clausurado para entonces.
La producción eléctrica de fuentes renovables se duplicará, del actual 17 por ciento a más de 35 en 2020 para compensar la eliminación de la energía nuclear. Una mayor eficiencia en la calefacción de los hogares y un mejor aislamiento térmico en los edificios disminuirán el consumo 10 por ciento, pronosticó el gobierno.
“Prevemos un crecimiento formidable de nuevos sistemas más eficientes de calefacción y de aislamiento térmico, en general”, dijo a IPS el director de la asociación alemana de artesanía industrial, Holger Schwannecke.
La pieza esencial del rompecabezas energético que reemplazará la alternativa nuclear es el desarrollo de fuentes renovables, en especial la instalación de más turbinas eólicas mar adentro, al norte del océano Atlántico y en el mar Báltico.
El gobierno alemán anunció que facilitará los trámites burocráticos para otorgar nuevos permisos para instalaciones eólicas mar adentro y generar 25.000 megavatios para 2030.
“Ya es posible instalar torres con turbinas eólicas de alto rendimiento de más de 150 metros de alto y una capacidad de 20 megavatios por unidad”, dijo a IPS el profesor Tim Fisher, de la Universidad de Stuttgart.
Las turbinas que hay ahora en Alemania tienen 90 metros de alto y una capacidad de dos megavatios.
“No hay obstáculos técnicos que impidan tener turbinas tan altas. Los ingenieros saben cómo hacerlo y ya hay materiales disponibles”, aseguró Fischer.
“No es un problema de tecnología”, coincidió Frank Zimmermann, gerente de la unidad marítima de Repower Systems, la principal fabricante de turbinas eólicas de Alemania.
“Es fácil construir torres de 150 metros con una capacidad de 20 megavatios. Pero hay que resolver muchos obstáculos burocráticos para obtener el permiso de transportarlas e instalarlas”, indicó.
Además, Alemania tendrá que resolver el problema de transportar la electricidad y garantizar un suministro suficiente, unos 75 gigavatios para un día de invierno normal, o 35 para uno estival.
“Necesitamos redes inteligentes de suministro eléctrico que permitan transportar la energía eólica que produzcamos en el norte del país a los posibles consumidores del sur”, indicó Reinhard Christiansen, director de varios parques eólicos del estado de Schleswig Holstein, cerca de la frontera con Dinamarca.
Por lo menos 15 por ciento de la electricidad generada en 2010 no pudo llegar a los consumidores, dijo Christiansen a IPS. “Tuvimos que apagar las turbinas, porque la red no aguantó”, se lamentó.
Se perdieron unos 50 millones de kilovatios/hora, añadió.
Un tendido eléctrico inteligente usará tecnología digital para supervisar la electricidad suministrada a la red, controlar la demanda, directamente de los aparatos domésticos, para ahorrar energía, reducir costos y aumentar la fiabilidad del suministro.
Las redes inteligentes permiten almacenar energía cuando el suministro es irregular, como ocurre con la alternativa solar y eólica, y ofrecerla en el momento de mayor demanda.
La necesidad de redes eléctricas inteligentes supera el interés nacional de Alemania y deben promoverse en toda Europa, sostuvo Antonella Battaglini, directora de la European Renewables-Grid Initiative e investigadora del Instituto de Impacto Climático de Potsdam.
“Ahora es casi imposible transportar electricidad de un país a otro”, explicó. “La burocracia casi lo impide y la oposición local a las líneas eléctricas trasnacionales es enorme”, apuntó.
Sin una red internacional de suministro eléctrico inteligente, Europa “puede enterrar sus planes de tener energía procedente de fuentes renovables para 2050”, alertó Battaglini.
Proveedores de energía eólica de Dinamarca y de otros países europeos coinciden con esa apreciación.
Las redes inteligentes son un elemento esencial para crear un mercado internacional de energía renovable, en especial la alternativa eólica, dijo Dorthe Vinther, vicepresidenta de Energinet, empresa pública independiente que posee el principal tendido eléctrico y red de suministro de gas natural de Dinamarca.
“La integración a gran escala requiere de una fuerte red de transmisión internacional y de mercados de electricidad eficientes para comerciar y equilibrar la energía eólica en una extensa área geográfica”, dijo a IPS Vinther.
“En un proyecto de esa envergadura se necesitan sistemas de energía coherentes para aumentar la flexibilidad y la eficiencia económica y reducir el impacto ambiental”, añadió.
Una de las cuestiones fundamentales de la revolución energética de Alemania aún no tiene respuesta, es el costo que tendrá.
“No sabemos cuánto costará, ni a la gente ni al Estado. Nadie puede decirlo con precisión”, declaró el ministro de Ambiente, Norbert Roettgen a la red de televisión pública ARD.