Distintos estudios muestran daños sobre la biodiversidad de arroyos y calidad del agua. La remoción de vegetación, pérdida de capas de suelo y compactación impacta sobre la capacidad de infiltración y la creciente frecuencia y magnitud de aluviones. En la zona de valles, el agua es tóxica y dañina para la biodiversidad, con arroyos impactados por la alta concentración de sulfatos, aún transcurrido un tiempo largo desde la conclusión de la explotación minera. Algunos de los costos que este tipo de actividades económicas acarrean sobre los ecosistemas.
Consecuencias de la actividad minera de montaña
Por Ricardo A. Ojeda *
La minería de montaña es uno de los factores determinantes del cambio de uso de la tierra en la ecorregión montañosa de los Apalaches en Norteamérica.
El tema de las consecuencias de la minería de montaña ha sido tratado sintéticamente en uno de los números de Science, una de las revistas líderes en ciencia (Science, 327,8:148-149, 2010).
El artículo multiautoral (Palmer et al, 2010) señala la “poca atención” que recibe el tema, más allá de la creciente evidencia científica del impacto negativo sobre la calidad del agua, biodiversidad y salud humana.
En el caso de los Apalaches, la explotación minera (en busca de carbón) se asocia a la previa remoción del bosque deciduo, uno de los hábitats más diversos y donde diversas especies se ven amenazadas.
La “sepultura” (llenado) de las nacientes de arroyos por el material removido por las explosiones, causa la pérdida permanente del ecosistema y las funciones de reciclado de nutrientes y producción de materia orgánica para las redes tróficas aguas abajo.
Distintos estudios muestran daños sobre la biodiversidad de arroyos y calidad del agua cuando las actividades antropogénicas afectan entre el 5 y el 10% de la superficie de la cuenca.
En el aspecto hidrológico los autores señalan el impacto (por remoción de vegetación, pérdida de capas de suelo y compactación) sobre la capacidad de infiltración y la creciente frecuencia y magnitud de aluviones.
Entre otros puntos señalan, que en las partes bajas del valle, el agua es tóxica y dañina para la biodiversidad, y que no se ha documentado recuperación de la diversidad biológica en arroyos impactados por la alta concentración de sulfatos, aún transcurrido un tiempo largo desde la conclusión de la explotación minera.
Palmer y otros, se refieren a distintos impactos sobre la dinámica físico-química del agua, asociados a la alta concentración de sulfatos y otros contaminantes (ej. selenio) con consecuencias sobre las plantas acuáticas y organismos (ej. malformaciones en larvas de peces, fallas reproductivas e impacto sobre la cadena trófica).
Los altos niveles de contaminantes en aguas de pozo para consumo humano y toxinas en el polvo ambiental -son otros de los temas tratados por estos autores- con efectos graves y diversos para la salud humana.
Finalmente se refieren a los pobres resultados alcanzados por las actividades de mitigación (ej. reforestación de áreas perturbadas) en comparación con sitios no perturbados. Esencialmente, la mitigación no puede compensar las pérdidas.
Los autores concluyen que mas allá de las regulaciones que tienen sobre el agua (en la legislación de Norteamérica), los intentos para regular la minería son inadecuados.
En la conclusión proponen, para el caso de Norteamérica, denegar permisos a la explotación minera hasta tanto no se desarrollen nuevos métodos, con evaluación rigurosa y que remedien los problemas aquí tratados, y se alerta sobre la creciente actividad minera en países en desarrollo.
Esta síntesis ha buscado reflejar parte de las consecuencias de la minería de montaña, con el objeto de informar y concientizar a la sociedad de algunos de los costos que determinadas actividades económicas del hombre acarrean sobre los ecosistemas.
Un ejercicio comparativo ineludible es pensar en los potenciales costos de distintas actividades económicas sobre nuestros ecosistemas de montaña.
*Grupo de Investigaciones de la Biodiversidad. IADIZA. CONICET, CCT. Mendoza