Villalba aseguró que la nieve acumulada en la Cordillera es la más baja de los últimos 10 años. Comandará un inventario para conocer el estado de los glaciares y sus escenarios futuros.

 

 

 

Fuente: diario Los Andes

02/11/2010. Ricardo Villalba, director del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), unidad ejecutora del CONICET, que investiga entre otros campos el de la “glaciología”, está realizando investigaciones para conocer la evolución temporal y espacial de las reservas hídricas cordilleranas a través del estudio de los glaciares andinos.

Para ello van a investigar las fluctuaciones recientes de los glaciares, calculando el balance de masa de glaciares empleando técnicas glaciológicas, geodésicas, topográficas y satelitales. Esto se ha logrado, gracias a la ley aprobada de presupuestos mínimos para la protección de los glaciares y del ambiente periglacial.

Ello forma parte de las iniciativas que se vienen presentado por parte del gobierno Nacional y Provincial, acorde al panorama crítico que hay del agua. No olvidemos, que este mes se declaró la emergencia hídrica, iniciativa que fue enviada a la Legislatura Provincial.

-Este invierno en la Cordillera de Mendoza prácticamente no ha nevado, ¿a qué se debe este fenómeno?

Son varios los factores que controlan la ocurrencia de nevadas en la Cordillera de los Andes.

Por ejemplo, se sabe que las precipitaciones en la alta cordillera están controladas por la ocurrencia de Eventos El Niño – Oscilación del Sur (ENOS), que resultan de fenómenos cíclicos de calentamiento y enfriamiento de la superficie del océano Pacífico tropical.

En años de calentamiento de Pacífico tropical, coincidentes con los eventos El Niño, las precipitaciones níveas en la alta cordillera son abundantes. Por el contrario, cuando las temperaturas del Pacífico tropical están por debajo de sus valores normales, coincidente con los eventos La Niña, las nevadas en cordillera son muy escasas. Esto es lo que ha ocurrido durante este invierno.

Sin embargo, otros factores climáticos, como la circulación atmosférica en altas latitudes, también afecta a la cantidad de nieve.

-De acuerdo a las estadísticas hidrológicas, ¿este será un año pobre o seco?

Los pronósticos de escurrimiento de caudales para el período octubre 2010 – septiembre 2011 para los ríos Mendoza, Tunuyán, Diamante, Atuel, Malargüe y Grande han sido recientemente confeccionados por el Departamento General de Irrigación.

En base a la escasa acumulación de nieve registrada este año se ha caracterizado este ciclo como una temporada “seca” (caudal por debajo de un 35% de la media histórica) para las cuencas de los ríos Mendoza y Tunuyán, siendo “pobre” (de un 15% y hasta un 35% por debajo de la media histórica) para las cuencas de los ríos Diamante, Atuel, Malargüe y Grande.

Estas condiciones han estado ciertamente asociadas a la fase “La Niña” del Fenómeno El Niño – Oscilación del Sur (ENOS), con un pronóstico de persistencia hasta los primeros meses del año 2011 según NOAA (Departamento de Meteorología y Oceanografía de Estados Unidos). En base a los registros meteorológicas del Departamento General de Irrigación, la nieve acumulada en este invierno es la más baja de los últimos 10 años en nuestra Cordillera.

-¿Cuál es la situación de los glaciares de Mendoza?

El retroceso de los glaciares es una realidad a escala global. De continuar este proceso, estas reservas de agua irán agotándose lentamente. Hoy, estos cuerpos de hielo ocupan alrededor del 10% de la superficie del globo y contienen cerca del 75% del agua dulce de la tierra. Los glaciares son, en cierta forma, el reflejo de lo que está pasando con las temperaturas y clima global.

A su vez, en años como este donde la nieve ha estado prácticamente ausente en la Cordillera, los glaciares pasarán a ser una fuente importante de agua, teniendo un mayor protagonismo que en los años de abundantes nevadas, y por lo tanto contribuyendo en mayor medida a los caudales de nuestros ríos el próximo verano.

Según los estudios que viene realizando IANIGLA a lo largo de toda la Cordillera argentina, los glaciares han ido disminuyendo su superficie, hay un proceso de retroceso que en líneas generales sería de un 10 al 30% en los distintos sectores de la cordillera en los últimos 30 años.

De esta forma, si pensamos que la población va en aumento y por lo tanto el consumo de agua, el efecto regulador que tienen los glaciares de los caudales andinos será fundamental para poder brindar agua a esta creciente población.

-¿Cuáles son los estudios que se están realizando?

A partir de que el Senado de la Nación convirtiera en ley el Proyecto de Presupuestos Mínimos para la protección de los glaciares y del ambiente periglacial, el IANIGLA se convirtió en la institución encargada de coordinar el Inventario Nacional de Glaciares.

De esta forma, con este inventario nacional de glaciares podremos establecer para cada cuenca hidrográfica, dónde se encuentran los glaciares, cuál es su ubicación, la superficie que cubren, establecer el tipo de glaciar, cuál es el estado de avance y o retroceso, e identificando los posibles riesgos que pueden tener los glaciares, y sobre todo los escenarios futuros del agua en Mendoza.

Lo más importante es que este inventario va a realizarse con una periodicidad de 5 años, lo que nos permitirá conocer como los recursos hídricos estratégicos.