La semana pasada, comunidades originarias de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc protestaron contra el paso del Dakar por sus territorios en Jujuy. No es la primera vez que se alzan voces de denuncia sobre los daños que la competencia produce en territorios ancestrales y en el medioambiente de las zonas que recorre.
Ver también: Trabajadores de PN Los Cardones: Es ilegal que el rally Dakar transite por los Parques Nacionales
Fuente: La Izquierda Diario
Ya en la edición del 2013, miembros de los pueblos Kolla y Omaguaca, que protestaban por no haber sido consultados sobre el paso del Dakar por sus territorios, sufrieron la represión por parte del gobierno provincial de Jujuy. La policía golpeó salvajemente a los originarios cuando celebraban una asamblea comunitaria sobre la ruta de la competición.
Para la edición 2015, volvieron a manifestarse por no ser consultados –nuevamente- sobre la ruta del rally que atraviesa sus territorios. Según el artículo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional, el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, se debe cumplir con un “derecho a la consulta previa” del que gozarían los pueblos originarios. Pero ante los suculentos negocios que significan eventos deportivos como el Rally Dakar, todas las leyes son pisoteadas y demuestran ser sólo demagogia sobre papel mojado.
En 2013, el Colegio de Arqueólogos de Chile denunció que “la actividad del Dakar es altamente dañina para el patrimonio cultural.”
En Perú, arqueólogos y antropólogos denunciaron los daños potenciales sobre el desierto de Ocucaje, uno de los yacimientos de fósiles más importantes del mundo -en el cual aparecieron indicios de la existencia de tiburones gigantes y cachalotes fósiles de hasta 20 metros de largo-, un espacio de incalculable valor científico. En la edición 2015, la ruta del Dakar no atraviesa territorio peruano.
En Jujuy, miembros de pueblos originarios recuerdan que previo a la pasada edición, distintas comunidades establecieron acuerdos que nunca fueron cumplidos por el gobierno provincial. Aseguran que tras el paso de las máquinas “quedaron caminos en mal estado, animales muertos y desorientados, salinas con barro”; además de un saldo de al menos diez miembros de las comunidades imputados por manifestarse contra la competición.
Este enero 2015 exhibe un nuevo Rally Dakar, un show de atropello –a toda velocidad- a los derechos de los originarios y el patrimonio cultural de la humanidad, por parte de sponsors y empresas ligadas al evento, con la anuencia de gobiernos nacionales y provinciales. Largó el sábado desde la Casa Rosada.