Para Camilo (Los Antiguos), Galo, Guido, Thiago y Santino (Perito Moreno)

“Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear” (Mahatma GANDHI).
Veinte de Octubre de 2.006. Siete menos cinco de la mañana. Luego de un viaje interminable llegábamos a la Terminal de Río Mayo. Damián y Carlos, firmes, nos aguardaban desde hacía una hora y media. Además del madrugón y el viaje de ida, la amansadora en ese parque de diversiones pura joda que es la Terminal un Viernes a las cinco y media de la mañana
Con el sol ya bien despegado, entrábamos a Santa Cruz, entre guanacos, choiques y aves diversas. Infaltables los chistes sobre invitar amablemente a algún corderito de los tantos que cruzamos a acompañarnos hasta Perito Moreno. Puesta al día a vuelo de pájaro sobre la realidad que íbamos a conocer. Carlos cebando mates, todos macerando al sol con las ventanas de la camioneta cerradas.

Ya en Perito Moreno, visita guiada fuera de programa: vertientes de las cuales el pueblo saca el agua para tomar. Primeras alusiones a la llamativa –por lo numerosa- cantidad de cánceres diagnosticados en el pueblo. Dejamos a Carlos y vamos a matear a la casa de Damián. Conocemos a su esposa María Laura, “Lau”, y a sus hijos, Guido y Galo. Lau era uno de mis contactos por Internet previos al viaje

En Radio Popular, una conversación de parado con Hugo, singular personaje, dueño y director de dicho medio. Es el tábano mediático del pueblo. Y forma parte de los Autoconvocados de Perito Moreno. Completito, el hombre. Aparece en escena Marisol, otro de los contactos por Internet. Nos llevan a una segunda radio, Humberto y Palito, en la camioneta de Damián. Yo voy con Marisol en su auto. A pesar de nuestra demora, igual nos hacen un lugarcito en la programación. El tono de la entrevista es sensiblemente distinto. Ya empezábamos a rendir examen. Off the record, nos vuelven a hablar de los casos de cáncer en el pueblo. Muy buena repercusión de la entrevista. Varios mensajes antes de retirarnos, todos favorables. Lo cual no quiere decir mucho, pero es un buen indicador. Última actividad en Perito ese día: Radio Nacional, marcadamente pro-minera, pauta publicitaria incluida. “-¿Ya arreglaron alguna entrevista como con las otras radios?”, pregunté inocentemente a Marisol en el camino. “-No, y ahora vamos a ver si son realmente amplios…”. Y así fue que les caímos de sopetón. Con el agravante que la conductora que nos sacó al aire, tiene un lavadero de ropa del cual la minera es el principal cliente. Hubo una tensión más o menos, a medida que avanzaba la nota. Salimos airosos, sin pelear, ni discutir siquiera. Eso sí: dejamos clarísima nuestra postura, y arrimamos al micrófono argumentos no escuchados con frecuencia en esa radio.

En la casa de Marisol conozco a Marcelo, su marido, y a sus hijos. Ella se queda con los niños, Thiago y Santino. Le pregunto a Marcelo cómo se habían metido en esta historia. Me cuenta que al principio Marisol empezó a buscar información en Internet, y que por las noches la leían juntos, y no podían creer lo que veían. Ahí comprendieron que algo tenían que hacer, además de indignarse. Entonces Marisol comenzó a convocar vecinos… Pasamos a buscar a Humberto y a Palito por la casa de Damián y Lau. Salimos hacia Los Antiguos, doce y media pasadas. Charlamos animadamente en el viaje. Marcelo nos ilustra sobre los picaderos de la zona, y sobre los chenques saqueados junto al lago Buenos Aires. Nos habla de su pasión, su lugar en el mundo: el río Pinturas y la Cueva de las Manos, donde trabaja de guía. Escuchándolo, no puedo menos que sentir ganas de conocer ese paraíso cuanto antes.

Ya en Los Antiguos, nos encontramos con Jorge –nuestro tercer contacto previo- y Cablín, dueño de la radio San Gabriel. Cablín, al igual que Hugo en Perito Moreno, es un tipo independiente y peleón, con más obstáculos que otra cosa a partir de su actitud nada complaciente con los poderes del lugar… Hacer radio en estos pueblos para ellos es, además de un compromiso gigantesco, un verdadero acto de amor… Nos esperaban para antes del mediodía, pero no hubo caso: esta estadía se iba a caracterizar por una marcada (aunque involuntaria) impuntualidad de nuestra parte. Luego de una extensa y relajada entrevista, fuimos los cinco a almorzar la pizza más rica que probé en mucho tiempo. “-Con doble queso, pa’ que no nos saques la mierda por radio…”, le dijo el ocurrente mozo/cocinero a Cablín, quien se hizo cargo de la cuenta.

De ahí, Jorge nos llevó a la sede del Consejo Agrario Provincial, donde dormiríamos, previo paso por su casa. Allí conocimos a Susana, su esposa, y al pequeño Camilo. Luego de una ducha reparadora, y del desarmado parcial de ese misterio insondable e inconmensurable que es la mochila multicarga de Humberto (folletos/volantes/panfletos de Encuentros anteriores, colchoneta inflable, garrafa, pava, ¡¡¡parrilla!!!, y mil y un etcéteras más…), nos encaminamos hacia el Polimodal Nº 15, donde el rector nos ayudó a preparar el salón en el que daríamos nuestra primera charla en Santa Cruz. De a poco se fueron acercando las gentes y a las ocho y veinte pasadas, ante unas cuarenta personas –número que fue aumentando con el correr de los minutos-, comenzó a hablar Palito. Lo seguí yo, y cerró Humberto. Hice lobby (con éxito) para reemplazar la proyección de “Asecho a la Ilusión” por el programa de La Liga sobre la ruta del cobre, centrado en el demencial proyecto de Bajo-La Alumbrera, en Catamarca. Después vinieron las preguntas de los asistentes que –estoicos- habían aguantado las alocuciones y la proyección. Bien entrada la noche, nos fuimos a cenar. Agotados, pero muy satisfechos.

El Sábado a las nueve menos algo, pasó a buscarnos Jorge para llevarnos a Chile Chico, pintoresco pueblito sobre el lago Buenos Aires, pero del otro lado de la frontera (¡cómo me joden las fronteras…!). Supuesto encuentro de organizaciones ambientalistas, o algo por el estilo. Se trataba, en realidad, de la presentación de un proyecto hidroeléctrico integrado por cuatro centrales, que va a generar una potencia de 2.400 megawatts (Futaleufú, a cuarenta kilómetros de Esquel, genera 400, para que se den una idea, la grandísima mayoría de los cuales son para la empresa Aluar, de Puerto Madryn…). El alcalde de Chile Chico nos contó que dicha energía se va hacia el norte de Chile, para uso exclusivo de las compañías mineras. “-Se llevan toda la huevada…”, según sus textuales palabras. Va de nuevo: se represa un río, se construyen cuatro centrales hidroeléctricas, se genera un impacto ambiental negativo enorme, y no queda absolutamente nada (¡¡nada!!) de la energía generada ni en la zona ni a lo largo de las regiones que atraviesa el tendido hasta llegar a las terminales de las mineras del norte del país. Lo más desolador es que ya es un hecho consumado, que se acata de manera sumisa (“Chile es un país minero”), salvo algunos heroicos focos de resistencia. Uno de ellos, el cura del pueblo. Estuvimos desayunando en su casa, desde donde Humberto y Jorge salieron por teléfono al aire para una red regional de radios que maneja el Vicariato chileno. Pincelada surrealista: dos jóvenes mujeres testigos de Jehová, ofreciendo sus cartillas al cura cuando salíamos de la casa, ubicada junto a la iglesia. No podíamos contener las carcajadas

De regreso a Los Antiguos, visitamos la chacra El Paraíso cuyo propietario, Claudio MENDIETA, nos llevaría de regreso desde Perito Moreno hasta Río Mayo. Claudio había participado en la charla del día anterior, y quedó muy impactado cuando vio a los productores de Catamarca mostrando sus frutos muertos en el programa de La Liga. Nos contó que se sintió sumamente identificado con ellos. Le compramos un par de guindados a la esposa (¡qué raro, los choborras…!), una jalea de corintos que les recomiendo a todos, y nos volvimos al pueblo. Jorge nos dejó almorzando en la parrilla del Negro “B”. “B”, por “BEROÍZA”, apellido de un concejal del pueblo que también participó en la charla del Polimodal Nº 15 y que nos pidió información sobre las ordenanzas que declararon a Esquel “Municipio no tóxico y ambientalmente sustentable” y que prohibieron el transporte de cianuro en el ejido urbano. Quedamos en enviárselas, y le insistimos en la necesidad de establecer cuanto antes las líneas de base de las cuencas hidrológicas que afectan a Los Antiguos. Al momento de escribir estas líneas, los textos de las ordenanzas ya están en manos de Jorge

Por la tarde, luego de que nos grabase algunos discos que le mangueamos con alevosía (y sin ninguna vergüenza), Jorge nos llevó a Perito Moreno. Arribamos al Polimodal Nº 5, donde tendría lugar la segunda charla, una hora antes de empezar. En la puerta, un cartel escrito a las apuradas, anunciando para el día Lunes una jornada de capacitación sobre las bondades laborales de la “minería sustentable” (sic) dada por la minera que pretende explotar San José/Huevos Verdes, aproximadamente a 120 kilómetros del pueblo. Setenta sillas estaban acomodadas, faltaba colocar el proyector y ajustar algunos detalles técnicos. Apareció Hugo con la grabación de la entrevista que nos había realizado en su radio. Cerca de las ocho y veinte, con casi la totalidad de las sillas ocupadas, Lau tomó el micrófono para saludar y presentarnos. Esta vez arranqué yo, siguió Palito y cerró Humberto. Después se puso tan buena la parte de las preguntas, que no hubo tiempo para pasar ningún documental. Nuevamente hubo alusiones a los casos de cáncer diagnosticados en el pueblo. Cortamos a las diez y media, pero podríamos haber seguido un largo rato más: el ambiente estaba buenísimo, la receptividad –y el interés- de los asistentes no decaía. Las termitas esquelensis pasamos a otro salón, donde dimos cuenta de una abundante cantidad de empanadas y gaseosas, en lo que constituyó otro aparte maravilloso que se extendió hasta después de medianoche. Marisol y Marcelo nos llevaron a Palito y a mí hasta la cabaña que nos prestaron para dormir. Humberto se fue con Carlos & wife a grabar unos CD-en-no-sé-qué-formato a la casa de ellos.

Apenas si tuvimos fuerza pa’ prepararnos un café, ducharnos y caer como troncos en las respectivas camas.

A las nueve y media de la muy ventosa mañana del Domingo 22, MENDIETA nos pasó a buscar, y nos llevó a conocer al cura de Perito Moreno, quien les presta a los Autoconvocados un espacio para reunirse todos los Viernes a las nueve de la noche. Como le ocurre al cura de Chile Chico, él también va perdiendo feligreses y recibe presiones por tocar el tema minero. Un rato después, salíamos de Perito Moreno. “-Acá tengo música”, me dijo MENDIETA, mientras me mostraba algunos discos. Retomábamos la ruta 40 rumbo a Río Mayo dos intensos y muy emocionantes días después, con los primeros acordes de “Flaca” de Andrés CALAMARO sonando de fondo

Bonus Track.

El proyecto San José/Huevos Verdes está a punto de ser explotado. Como queda lejos del pueblo, se convierte en una cuestión “abstracta” para muchos de los vecinos: lo ven como algo ajeno. La información que circuló, fue mayormente insuficiente, confusa y errónea. La minera y el gobierno tuvieron muchísimo que ver en ello. Pero vimos que subyace una significativa porción de dudas, hay algo que no les cierra, más allá de las acciones concretas que desarrollan los Autoconvocados. Lo mismo ocurre en Los Antiguos, aunque los temores son distintos. Si bien es muy fuerte la economía regional basada en producciones agrícolas, y los proyectos en danza se localizan más cerca, éstos están en una etapa inicial, por lo que las preocupaciones no son, en general, tan inmediatas.

A los vecinos de Perito Moreno y de Los Antiguos les advirtieron los funcionarios que la minería es una cuestión de Estado, indeclinable, inmodificable y, sobre todo, incuestionable. Los Autoconvocados viven instancias similares a las vividas por Esquel.

Viajamos con incertidumbre sobre el resultado de nuestra incursión a Kirchnerlandia.

En ambos pueblos nuestras charlas tuvieron más convocatoria de la que esperábamos. Un aspecto a destacar respecto al perfil de las mismas, es que no nos limitamos a plantear nuestra oposición a la mega-minería, sino que hicimos hincapié en la necesidad de modificar el actual paradigma de desarrollo, en la importancia vital de la participación activa de las propias comunidades en el diseño de las políticas socio-económicas que afectarán de manera directa a su futuro.

No nos corresponde a nosotros juzgar si dejamos bien representada a la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Esquel, como pretendíamos. Lo que sí puedo asegurar, es que pusimos lo que estuvo a nuestro alcance para lograrlo. Si para algo sirvió el viaje, además de para conocernos y para compartir información y experiencias, fue para darles más envión a quienes laburan contra las mineras saqueadoras y contaminadoras en Perito Moreno y en Los Antiguos. Para decirles: estamos con ustedes, SOMOS USTEDES pero, además, sigan así que van muy bien. Y, por supuesto, ¡¡BIENVENIDOS A LA LUCHA, AMIGOS!! Que estamos todos rematadamente locos, ya nadie duda… ¡Pero qué hermosa y edificante locura nos inunda!

Quiero agradecer en nombre de mis compañeros de viaje y mío a todos los que colaboraron material y espiritualmente para que pudiésemos pasarlo tan bien: a quienes nos dieron en Esquel el dinero para los pasajes y gastos de estadía, a Javier KADOMOTO, al cura de Chile Chico, a los Vecinos Autoconvocados de Perito Moreno y Los Antiguos, especialmente a Damián, Carlos, Lau, Marisol, Hugo, Marcelo, Jorge, Cablín, Claudio MENDIETA, por los vehículos, el alojamiento, las comidas, ¡su tiempo y sus ganas!, por la onda con la que nos trataron, a los que aportaron la logística en las charlas (proyectores, computadoras, etc.) y a todos quienes asistieron al Polimodal Nº 15 de Los Antiguos y Polimodal Nº 5 de Perito Moreno.

Por último, ¡GRACIAS… TOTALES! a Juan Carlos “Palito” ORTEGA y a Humberto KADOMOTO.

Edgardo MANOSALVA,
Esquel, Patagonia, primeros días de Noviembre de 2006.