El espaldarazo que le han dado estos días a la puesta en marcha del proyecto Don Nicolás, cercano a Fitz Roy (Bosques Petrificados) concuerda con el relato incentivado desde el gobierno, cada vez que un nuevo proyecto minero entró en producción en Santa Cruz. Los intereses cruzados, generan un oleaje de “buenos augurios” en boca de funcionarios, ex funcionarios, otros funcionarios prendidos con la actividad privada en el sector minero, obviamente las empresas de servicios agrupadas en la Cámara que los representa y el sindicato que ve incrementar su plantilla de afiliados.
Fuente: OPI Santa Cruz
En los últimos días en la prensa abonada a la pauta oficial de la provincia aparecieron sendas notas relacionadas con la minería, el compromiso empresario, el desarrollo minero, las potencialidades en la materia que tiene la provincia y un sinnúmero de discursos convergentes, que son solo ardides para expresarle a la opinión pública un relato apoyado en el supuesto desarrollo regional, pero que es un claro nicho de negocios que comparten el gobierno nacional, la gobernadora, sus funcionarios, los empresarios mineros y el sindicato.
El espaldarazo que le han dado estos días a la puesta en marcha del proyecto Don Nicolás, cercano a Fitz Roy (Bosques Petrificados) concuerda con el relato incentivado desde el gobierno, cada vez que un nuevo proyecto minero entró en producción en Santa Cruz. Los intereses cruzados, generan un oleaje de “buenos augurios” en boca de funcionarios, ex funcionarios, otros funcionarios prendidos con la actividad privada en el sector minero, obviamente las empresas de servicios agrupadas en la Cámara que los representa y el sindicato que ve incrementar su plantilla de afiliados.
Desde OPI siempre hemos abordado el tema de la minería desde un ángulo que a ninguno de ellos les gusta: la falacia del discurso político, la contaminación medioambiental, la baja rentabilidad para la provincia (no para los funcionarios) y la extracción arbitraria, no solo de oro y plata, sino de muchos minerales por los cuales no pagan, además de los negocios espurios que se han armado desde tiempos inmemoriables alrededor de esta actividad, como sacar el oro en barcos pesqueros(recordar el Polar Minst), el acarreo de los productos cianurados y del cianuro en camiones sin las protecciones adecuadas, las filtraciones en los diques de cola, la contaminación de los suelos, la falta de remediación de los campos de laboreo, etc. De todo esto, nadie habla. El gobierno y sus socios mineros, solo se dedican a resaltar lo bueno que es la minería y lo bien que nos va a ir cuanto más yacimientos se abran en Santa Cruz.
Tras la apertura del proyecto Don Nicolás, el Ministro de la Producción Leonardo Álvarezdijo que “En Santa Cruz la minería no se discute si minería si o no, síno minería cómo”, parafraseando el triste eslogan que en el año 2011 disparó en Chubut el presidente de la minera Panamerican Silver, cuando intentaba convencer a los pobladores de aquella provincia que debían aceptar la explotación del “proyecto Navidad”, algo que nunca pudieron hacer porque la ley de Chubut lo prohíbe y a pesar de los esfuerzos por reformarla del propio gobierno, la ciudadanía se ha opuesto al punto de afectar el resultado de las elecciones a los candidatos que sostenían la premisa minera.
Álvarez, trató de “acomodar los tantos”, dado que en aquella oportunidad hicimos una nota donde reflejamos claramente cuál es el ánimo y el propósito que mueve a las empresas mineras que explotan en Santa Cruz, dicho por uno de los protagonistas que se llevan nuestras riquezas. En esta provincia llegan con la seguridad de que no habrá impedimentos para hacerlo por cuanto hay un gobierno absolutamente atravesado por el interés de facturar con el sector, intendentes que por dádivas, algún gimnasio, una camioneta y vaya a saber que más, admiten en silencio la destrucción de los campos y una población ajena e indolente que nunca ha levantado la voz, excepto contadas excepciones, como tantas veces OPI lo reflejó en los documentos en video que hemos realizado a lo largo de estos años.
Con este argumento de que aquí en la provincia no se discute si minería sí o no, sino “cómo”, el gobierno inició de la mano con las empresas, las multinacionales, el sindicato y claro está, el aval del gobierno nacional, una cruzada para establecer las bondades del proyecto Don Nicolás, que no se va alejar de los estándares de los que ya conocemos, tal vez con algún tipo de mejoramiento en la parte técnica extractiva, para acelerar los tiempos de explotación y poder sacar más mineral en menos tiempo, pero el pasivo ambiental resultante será exactamente igual a los otros, seguramente bajo el mismo principio solidario que explicara el gerente de Cerro Vanguardia cuando en el año 2011 lo entrevistáramos por Fm News y al preguntarle el motivo por el cual no se iban a remediar los enormes pits (hoyos inmensos de 120 metros de largo o más por 70mts de ancho que se ven desde el espacio) que quedaron abiertos a kilómetros de San Julián y que él mismo confirmó jamás serían rellenados, dijo “Es cuestión de darse maña, se los puede llenar con agua, se siembran peces y será un atractivo turístico de pesca”.
No vamos a multiplicar aquí las mentiras que dijo Álvarez en su discurso de ayer, quien tiene un interés especial en la minería, ya que desde la actividad privada posee empresas de transporte y servicios que han trabajado siempre para las multinacionales, sin que a ningún fiscal en Santa Cruz se le haya ocurrido revisar las incompatibilidades de funciones, pero baste decir que la necesidad por imponer estos emprendimientos, además del personal, la tiene para Fomicruz, la empresa minera estatal que asume un porcentaje como socio bobo de la explotación minera y el gobierno provincial que obtiene no solo las regalías mineras ( entre 410 y 430 millones anuales) que remite la nación, sino además, por el “Acuerdo Minero” se hace al año de más de 350 millones (actualizados) que nadie rinde, nadie sabe en qué se gasta, cómo se gasta y a qué bolsillos van. De hecho los últimos 270 millones de pesos que se obtuvo del “Fideicomiso” creado en el 2016 con este fin (figura legendaria del kirchnerismo para hacer desaparecer fondos) nunca fueron rendidos ante el Tribunal de Cuentas.
Recordemos que tanto Álvarez siendo diputado y el Frente para la Victoria a pleno, se opusieron con violencia discursiva en la Legislatura, cuando siendo gobernador Daniel Peralta, intentó grabar con un impuesto “Inmobiliario minero” a las operadoras y los diputados, no solo archivaron el proyecto, sino que salieron corporativamente a defender a las empresas.
Lo que nadie dice
El 4 de agosto de 2014 OPI publicó la primera nota sobre este proyecto minero que se emplazó a pocos metros del Bosque Petrificado y bajo el título “Una vez más, el negocio minero deja de lado a Santa Cruz. Por la venta del proyecto Don Nicolás en U$S 11.5 millones, la provincia no ve un solo peso”, describimos lo que vimos en el lugar, luego de haber hablado con gente de Parques Nacionales, quienes nos explicaron las implicancias que podrían tener para la riqueza arqueológica del lugar, el impacto de las explosiones mineras, el laboreo y la explotación intensiva que ya se perfilaba. Rápidamente lo salieron a negar, pero era tarde. La información era exacta y en un tiempo más, lamentablemente, veremos las consecuencias y allí estaremos.
El dato relevante, en ese momento, fue que de los casi 12 millones de dólares que abonó CIMINAS a IRL, por la venta del proyecto, Santa Cruz no vió ni un solo peso; algo similar a lo ocurrido con Cerro Negro, donde tras la venta por 3.500 millones de dólares a Patagonia Gold, la provincia, solo vio pasar el contrato. Una vergüenza que los legisladores y los gobiernos de Santa Cruz, permitan sin inmutarse ni proponer un cambio de paradigma, aún cuando se estén vaciando las riquezas naturales de la provincia; esto solo tiene una explicación: los negocios particulares, corporativos y políticos que coexisten detrás de este saqueo “legal” a la tierra.
Cuando decimos que en minería nada es casualidad, nos referimos que al unísono del proyecto Don Nicolas, anunciado con bombos y platillos apareció la creación de la Mesa Nacional de Proveedores, por parte de Capromisa, como representante de la entidad en la Patagonia. Los mismos que en muchas oportunidades se han quejado de que las mineras no invierten en la zona y traen todo “de afuera”. Cuando las cosas se arreglan, el silencio los vuelve a enmudecer, hasta el próximo conflicto.
A lo largo de todos estos años hemos venido observando cuánta razón tuvimos en cada cosa que dijimos con respecto de la minería. De hecho, cuando arrecian los conflictos mineros con alguna operadora, no han sido pocas las veces que AOMA salió por los medios a denunciar la existencia mano de obra foránea traída por las empresas, al igual que los intendentes cuando por allí alguno se enoja porque recibió menos de lo esperado por parte de la empresa minera que no ha cumplido sus compromisos preexistentes.
Hay cuestiones que son de manejo estándar en la minería: venden el discurso falaz sobre toma de mano de obra local y cuando están en explotación no alcanza ni a un 10% la ocupación provincial; el 85/90 o más lo traen de afuera y de otros países. Las excusas son varias: no hay personal idóneo, a los santacruceños no les gusta la labor minera, no hay mano de obra especializada. Promueven el “compre local” y luego de establecerse, admiten que en la región no hay los insumos necesarios y justifican traerlos de otras provincias. Prometen “inversiones” confundiendo a la gente sobre que esas inversiones serán a favor de la comunidad, cuando en realidad están relacionadas con las necesarias para hacer funcionar el yacimiento y pretenden aggiornarse con las comunidades cercanas prometiendo colaborar con la infraestructura y los servicios, reduciendo esas ayudas a dádivas a sus intendentes o alguna obra menor. De hecho, Perito Moreno aún está esperando que Minera San José le tienda el cable de 132 KW que le prometieron al ex intendente de aquel momento, Guillermo Bilardo, en el año 2007 y que lamentablemente murió teniendo que utilizar para darle luz a su localidad, un motor a gas oil, tal como sucede como hoy año 2017.
Loas, sirenitas y espejitos de colores
La Comisionada de Fomento de Jaramillo y Fitz Roy, Ana María Urricelqui es una controvertida funcionaria todo terreno, prácticamente “dueña” de Fitz Roy y Jaramillo, tal como la definen los vecinos y una de las promotoras del proyecto Don Nicolás, con extremo interés personal y familiar en todo este proceso.
En el discurso inaugural de corte de cinta (como no podía ser de otra manera) dijo “…cuando se habla de minería, también se habla de producción y trabajo, que es lo que necesita esta bendita provincia y todos sus habitantes” y la gran mentira final, entre todas las que dijo, sacada del manual del buen empresario minero, fue que el 72% de los trabajadores de esta minera serán de Santa Cruz y que CIMINAS es una “empresa de capitales argentinos” que va a respetar a rajatablas el 70/30 (70% de personal local y 30% de afuera), algo que siempre fue una mentira absurda, sostenida como discurso político, jamás respetada y que tampoco el gobierno, las autoridades o los que deben controlar la actividad (que son los mismos que la promueven) se han preocupado por exigir.
Un proyecto minero más ingresó en Santa Cruz. El gobierno ve el signo pesos en todo esto y por ende, funcionarios, empresarios y sindicalistas están alineados porque verán engordar sus bolsillos a través de distintas vertientes y nichos de oportunidad que se les abren. Por eso es tan importante entender que cuando se habla de minería en Santa Cruz, aquí ,como dijo el gerente de PAS, “no se discute, se hace“; ninguno es tan inocente y nada a su alrededor pasa por casualidad.