Van por la nave chilena que se hundió a principio de año con 9,5 toneladas de oro y plata. Ayer a las 05:15hs partió del puerto carbonero de Punta Loyola el buque C-Sailor. En estos momentos estaría posicionándose en el cuadrante donde se produjo el naufragio del Polar Mist. El cargamento porcedía de de las minas Cerro Vanguardia y Triton, de Santa Cruz. La misión es localizar el barco, hundido a 80 metros de profundidad y chequear la carga.
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El buque de rescate C-Sailor que tratará de ubicar al Polar Mist Fuente: Agencia OPI Santa Cruz
Santa Cruz, Argentina -18/06/09. Rodeado de mucha discreción arribó el día 14 a la tarde a Punta Loyola para hacer reaprovisionamiento y embarcar a técnicos marítimos argentinos el buque C-Sailor proveniente de Brasil, con el objeto de realizar la búsqueda del pesquero Polar Mist, hundido el 16 de enero de 2009 con un cargamento de 9,5 toneladas de oro y plata proveniente de las minas Cerro Vanguardia y Tritón, de Santa Cruz, que embarcaron desde el puerto de Punta Quilla a 300 Kms de Río Gallegos.

El 16 de junio a la madrugada el C-Sailor partió hacia la zona donde naufragó el pesquero y esta mañana ya habría arribado al lugar exacto del hundimiento, que de acuerdo a los datos recabados por esta Agencia, de acuerdo al posicionamiento satelital, se encuentra a 20 millas náuticas (37 km) al noreste de Punta Dúngenes (Estrecho de Magallanes), en posición 52º 10′ de latitud sur y 067º 50′ de longitud oeste.

La misión del C-Sailor es la de búsqueda y confirmación del barco hundido y a partir de allí deberá corroborar que las 9,5 toneladas de material precioso están en sus bodegas. Para ello la nave cuanta con un robot que podrá ser usado para auscultar el pesquero hundido a 80 metros de profundidad, en una zona del mar donde el oleaje hace muy inestable la navegabilidad y dificulta este tipo de tareas.

El diario Clarín adelantó una noticia al respecto, sin embargo, deja la duda si en realidad el submarino robot va a poder encontrar algo en las bodegas del Polar Mist. Y aquí comienza a develarse un apasionante misterio que desde el principio rodeó a este extraño naufragio. La posibilidad de que el oro y la plata hayan sido sacados de las bodegas del barco o bien que nunca hayan estado allí.

OPI cubrió las alternativas del hundimiento del Polar Mist, dado que la causa se encuentra radicada en el Juzgado Federal de Río Gallegos y en aquella nota del 19 de febrero hacíamos mención a este detalle, confiado a esta Agencia por personas que sospechaban (ya en ese momento) que el pesquero no tenía el oro en sus bodegas.

En aquella nota se agregaba un párrafo escrito por un periodista de la Tercera de Chile que relataba las alternativas del rescate y allí expresaba “Pero lo más enigmático de este caso estaba por venir. Al acercarse al barco, los ocupantes del Beagle notaron que todas las escotillas de la nave estaban abiertas. Algunas, de hecho, habían sido arrancadas de cuajo. Las escotillas son aberturas rectangulares, de metal, que comunican con algunas cámaras del barco, aunque no necesariamente con la bodega de carga. La instrucción básica en cualquier navegación, señala un experto náutico, es tenerlas cerradas, especialmente cuando el oleaje es más fuerte, e impedir que el agua ingrese a los compartimentos de la embarcación. En este caso, las cámaras del Polar Mist se notaban vacías”.

OPI ha mantenido conversaciones personales con uno de los tripulantes del Polar Mist, un marinero Chileno quien por darnos la exclusividad del relato nos ha pedido una exagerada suma en dólares y que por obvias razones no hemos acordado. Sin embargo, éste marinero si bien no fue claro en el abordaje que le hicimos las dos veces que tuvimos oportunidad de hablar con él, dejó entrever que el Polar Mist no llevaba en sus bodegas la carga que se denuncia, o al menos no se hundió con el barco.

Precisamente el 19 de febrero, sobre el relato que hicieron quienes procedieron al rescate del pesquero se resalta este otro tramo de la nota, donde expresaba “Una de las cosas que llamaron la atención de los interrogadores es que los ocupantes del barco naufragado señalaron que dentro de la nave transportaban sofisticados equipos electrónicos, así como notebooks y discos duros con información de la que aún no se tiene mayor detalle. Otra fuente cercana a la tripulación del remolcador Beagle indicó que las declaraciones de los ocupantes del Polar fueron “cruzadas y contrastadas” con las versiones de los tripulantes del remolcador de Ultramar que acudió al auxilio del pesquero”.

Los tripulantes que aquella jornada fueron rescatados del pesquero fueron: Patricio Olivares Huerta (capitán), Sandro Campos Matus, Omar Álvarez Aro, Juan Navarro Ramírez, Demetrio González Valdebenito, Enrique Oluc Foschino, Pedro Galindo y el pasajero Rolando Norambuena Pavez.

El tripulante que contactamos en Chile nos aseguró que él y 3 compañeros más habían sido despedidos de la empresa propietaria del barco y que tampoco les habían devuelto sus efectos personarles, razón por lo cual iniciaron un juicio en Chile por daños y perjuicios.

Hoy la incógnita quizás se devele y podamos conocer la verdad: si el Polar Mist se hundió con el oro de Santa Cruz o si sus bodegas están vacías; si acaso sucede esto último, una nueva historia de responsabilidades comenzará a escribirse sobre este caso y tal vez no tengamos muy lejos a quienes puedan dar explicaciones de lo que verdaderamente sucedió aquel día. (Agencia OPI Santa Cruz)