Ayer, en la Cámara de Comercio, a salón lleno, estuvieron cuatro candidatos: Roque González, Darío Segovia, Ruth Rowe y Mario Cimadevilla. Los ausentes fueron los candidatos del oficialista Frente por la Integración que impulsa Mario Das Neves. Previo a los 10 minutos que cada uno de los candidatos presentes tuvo para expresar su aproximación al tema de la convocatoria (minería y petróleo), un representante de los Pueblos Originarios abogó por el respeto a las diversas culturas así como al medio ambiente, señalando el daño irreparable que provocan las empresas mineras y petroleras en donde quiera que estén, dado que no existen límites ni controles.
Por Roberto Otero
Darío Segovia -candidato a diputado por el MST- propuso lo más atinado según nuestro ver: un cambio real y total en tanto colocar al Estado como el rector de la actividad productiva, sea como productor o como eficaz controlador de la actividad extractiva, siempre que ésta sea necesaria, planteando el ángulo de análisis en base a producir lo que se necesita y no lo que se venda. Recalcó el concepto de que “la crisis del capitalismo destruye el medio ambiente” y leyó las propuestas que eventualmente llevará a la Cámara Baja del Congreso Nacional.
Roque González -PACh-, nos sorprendió cuando enfatizó su admiración por Arturo Frondizi en el tema petrolero y en cuanto a la minería, se manifestó contrario a la explotación a cielo abierto y con cianuro. De todos modos aludió a la Ley de Minería vigente, estimando que el porcentaje que recibe Chubut por tales extracciones es ínfimo en relación al valor de lo extraído. Se interpretó que, de llegar a la Cámara Baja, impulsaría la derogación de la Ley de Minería del menemato -“por la cual, las camionetas que importan para la base no pagan impuesto alguno, entre otras exenciones injustificables”-. Extendiéndose hasta la actividad pesquera, considerando que es deplorable “preguntarle al secretario de Agricultura cómo tenemos que pescar en Chubut”. Anteriormente, y en una entrevista radial, González había propuesto que la jurisdicción de la provincia “llega hasta las 200 millas y no hasta las 12 actuales”.
Ruth Rowe -ARI- hizo mención a su inquietud (que no la habría dejado dormir, según sus palabras) al leer en un diario nacional, la estima del calentamiento global, el aumento de 4 ° C que, en menos de 50 años desertificarían desde el paralelo 42° S hasta el paralelo 42° N (NdR: ¿No era esa la zona que quedaría bajo los efectos residuales de una conflagración atómica?), y planteó la necesidad urgente de cuidar del medio ambiente para que esa desertificación pudiera darse recién en 100 años. Al respecto, comentó que desde hace un año el Proyecto de Ley Federal de Minería duerme en Comisión, y de paso, aprovechó para darle un palito a la Presidenta a quien aludió como “La Dama de Hielo”. Sí dio un dato importante: las mineras y petroleras en la zona de la Cordillera, extraen “del codo del Senguer, 2 millones de litros de agua dulce por día” sin pagar un peso ni remediar y, sobre el particular, propuso que “como se hace en otras zonas petroleras, que sean las empresas las que se encarguen de retornar la cantidad de agua dulce que utilizan” mediante una planta desalinizadora, extrayendo agua del mar para tal fin. Se definió como integrante de un partido “sin pasado” que no le debe ni plata ni favores a nadie.
Mario Cimadevilla -UCR-, a su turno y cerrando la ronda de oradores, arrancó recogiendo el guante dejado por su predecesora, al decir que “pertenezco a un partido que tiene pasado y tiene historia…”, aunque ése fue el único chisporroteo entre candidatos. Luego, propuso que se debía lograr una matriz social y una matriz productiva, o sea, políticas de Estado que establezcan los límites, las formas, los modos en que cualquier tipo de explotación de los recursos naturales -renovables o no- se pueda realizar. Y no como ahora que las compañías “dicen lo que sacan” mediante “papeles” (NdR: alude a las “declaraciones juradas” que entregan las petroleras para la salida de crudo, sin que haya control real por parte del Estado Provincial).
Recordó al Gereral Mosconi y a la visión estratégica del militar que impulsara la creación de YPF y que el presidente Alvear pusiera en acto, comparando tal visión y decisión con el contrato firmado con la “British Petroleum, Pan American Energy LLC”, y los que pudieran darse en el futuro inmediato, sobre cuya validez o nulidad habrá de proponerlo en la Cámara Alta del Congreso Nacional.
No era ni el momento ni la oportunidad para preguntarle a Cimadevilla cómo conciliaba ésta, su posición, con la actuada por los diputados provinciales del radicalismo que fueron los que posibilitaron la aprobación de la Legislativa al mismo contrato que él, ahora, atacaba -y con razón, agregamos-.
Si nos guiamos por el “aplaudómetro”, fue Cimadevilla el que obtuvo el primer lugar. Segunda lo siguió Rowe y podríamos afirmar que hubo empate entre González y Segovia. Aunque para nuestro “gusto”, éste último debería de haberse llevado todas las palmas.
Nos retiramos antes de que concluyera la ronda de preguntas que el público formuló a los disertantes, aunque pudimos notar lo que la propaganda minera hace en las mentes mal informadas. Al caso: un señor de tez bronceada y bigotes chamaquinos, preguntó al panel que “cuál era la alternativa al desarrollo que planteaban si no había actividad minera”. González y Cimadevilla, cada cual a su modo, supieron destruir el argumento eludido que flameó en la pregunta de ese señor.
Una verdadera pena que no pudiera estar presente Marcelo Guinle. Porque, de haberlo estado, con seguridad se habría planteado un debate entre los candidatos y el representante de Das Neves. Justamente por la alusión al contrato con la British Petroleum/PAE así como las autorizaciones para la exploración minera… incluso con el tema pesca, que puso sobre la mesa González, o el consumo de agua dulce autorizado por el Gobierno Provincial o las tomas clandestinas de napas de agua potable que utilizan para la actividad petrolera.