Galeones modernos, seguros de carga y piratería. Podría existir una maniobra premeditada para vaciar el pesquero antes de zarpar con su carga de oro y plata y luego hundirlo en aguas argentinas donde el mar no facilita las tareas de rescate que cuestan más de 4 millones de dólares. Había declarado Jorge Palmer, presidente de Cerro Vanguardia una de las mineras cuya carga de oro y plata se habría hundido: “En términos reales a mí me da lo mismo si la carga está o no; si no estuviera, el cobro de la póliza es seguro y ya pasó un tiempo más que prudencial para exigir el pago. Después, que hagan lo que quieran”. Toma fuerza ahora la sospecha de que en las bodegas el Polar Mist no haya nada.
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Mapa ubicando el lugar del naufragio Fuente: Agencia OPI Santa Cruz
Río Gallegos, Santa Cruz, Argentina – 21/04/09. El rescate de la carga que supuestamente se hundió con el barco pesquero que partió de Punta Quilla (Santa Cruz) en enero de este año, está en duda. De esto nadie habló, hasta hoy. ¿El Polar Mist fue un naufragio o una operación de hundimiento perfectamente planificada?.

Todo estaba listo para que la tripulación argentina del Skandi Patagonia, un buque de rescate con equipos técnicos y buzos especializados, comenzara a realizar las tareas para reflotar la carga de metal doré que se hundió con el Polar Mist en el mes de enero de 2009, pero algo pasó y la operación fue abortada.

¿Qué pasò?

Se habla de que los marineros nucleados en dos sindicatos distintos, habrían pedido una coima y que ante la negativa se realizó un boicot, lo cual es parte de la causa que lleva adelante el Juzgado Federal de Río Gallegos. La información señala que ambos gremios reclamarían una recompensa anticipada de 150mil dólares antes de iniciarse las operaciones. Desde el sindicato desmintieron.

Sin embargo ante estos hechos ha tomado fuerza aquellos detalles que dimos en nuestro informe del día 12 de febrero cuando describimos las alternativas vividas por el Polar Mist y la apreciación de algunos integrantes de la dotación de rescate que relataron situaciones curiosas y muy llamativas que pasaron desapercibido para la prensa en general.

En primer lugar la forma en que fue encontrado el barco, con el motor en marcha y al garete. La aproximación de un barco que nadie sabe qué hizo y cuyas operaciones estuvieron fuera del alcance de la vista de la tripulación del Polar Mist que había sido evacuada. Más tarde se comprobó que el Polar tenía las escotillas abiertas y “arrancadas”.
Cuando era remolcado a Punta Arenas, una contraorden decidió que el pesquero fuera traído a la Argentina. Finalmente cuando era remolcado con muy buen tiempo, como lo informó la Prefectura, el pesquero escoró y se hundió.

Escribíamos entonces “Cuando llegaron a la boca oriente del estrecho, los tripulantes del Beagle se encontraron con una imagen desoladora. El Polar Mist (que significa Niebla Polar) estaba vacío, el motor seguía encendido y no había señal alguna de los pasajeros. Para los tripulantes del Beagle el hecho llamó la atención porque en este tipo de procedimientos se suele detener los motores y tratar de anclar la nave para no perder la posición del navío. En la prefectura de Río Gallegos confirmaron esta medida. Una alta fuente de la autoridad transandina precisó que de todos los rescates que han realizado, “nunca nos habíamos topado con una embarcación que siguiera con el motor en marcha”, relató una fuente de la revista Qué Pasa de Chile.

Luego agregaba la información “Pero lo más enigmático de este caso estaba por venir. Al acercarse al barco, los ocupantes del Beagle notaron que todas las escotillas de la nave estaban abiertas. Algunas, de hecho, habían sido arrancadas de cuajo. Las escotillas son aberturas rectangulares, de metal, que comunican con algunas cámaras del barco, aunque no necesariamente con la bodega de carga.
La instrucción básica en cualquier navegación, señala un experto náutico, es tenerlas cerradas, especialmente cuando el oleaje es más fuerte, e impedir que el agua ingrese a los compartimentos de la embarcación. En este caso, las cámaras del Polar Mist se notaban vacías”.

Finalmente se indicó “En Punta Arenas, en tanto, ha circulado la versión de que quizá el Polar Mist ya no tenga los lingotes en sus compartimentos. Quienes sostienen esta tesis aseguran que las escotillas abiertas y la declaración de uno de los tripulantes respecto a que debían “encontrarse” con un remolcador en un lugar preestablecido, pero que éste no llegó, sólo han incrementado las ya numerosas interrogantes que rodean el naufragio del “Niebla Polar”.

Ayer curiosamente se comenzó a hablar de la posibilidad de que el cargamento no esté en el Polar Mist a 75 metros bajo el mar y una versión no confirmada da cuenta que la firma inglesa Lloyds que aseguró la carga por más de 16 millones de dólares, intente el rescate con buques y tripulantes que no sean argentinos.

Pero no dejan de sorprender las palabras del presidente del directorio de Cerro Vanguardia, una de las dos mineras que llevaban su producción en el Polar Mist. Jorge Palmer le dijo al diario Clarin “Hemos sido bastante pacientes. Esto se hundió en enero y durante todo este tiempo nosotros sostuvimos la vela. Llegó el momento de que se nos pague, y queremos que sea a la brevedad” y concluyó diciendo “En términos reales a mí me da lo mismo si la carga está o no; si no estuviera, el cobro de la póliza es seguro y ya pasó un tiempo más que prudencial para exigir el pago. Después, que hagan lo que quieran”.

¿Sintomático, no?. Toma fuerza ahora la sospecha de que en las bodegas el Polar Mist no haya nada. Si es así, nuestra primera nota sobre el naufragio fue acertada y todas las sospechas se confirmarían.

Si esto se confirma quiere decir que estamos ante un acto de piratería y a partir de allí caben todo tipo de especulaciones; una de ellas es si en realidad el material fue embarcado en Punta Quilla, tal como lo muestran los datos que también OPI informó en exclusiva de acuerdo a la documentación obrante. Y si en efectivamente salió del puerto, significa que hubo una maniobra premeditada desde algún sector involucrado para vaciar el pesquero y luego hundirlo en aguas argentinas donde la profundidad alcanza los 80 metros y las características del mar no facilitan las tareas de rescate si no es a un costo que superan los 4 millones de dólares. (Agencia OPI Santa Cruz)