Con el fin de poder importar las piezas con las que ensamblan los electrodomésticos en Tierra del Fuego, la Asociación de Fábricas Argentinos de Terminales Electrónicas (AFARTE) recolectó 100 millones de dólares y prevé seguir desembolsando en la mina santacruceña Don Nicolás para lo cual se asociaron con Minera IRL. Como los componentes importados alcanzan en promedio al 75% de cada producto electrónico, esta operación es el fiel reflejo de cómo se reforza el extractivismo para profundizar la dependencia de material importado en lugar de actividades industriales autónomas.
Fuente: Clarín
¿Qué tienen que ver los chips para celulares o los motores para aires acondicionados con la exportación de oro? Fuera de cualquier suspicacia y desde la última semana, bastante.
Es para poder importar las piezas con las que ensamblan los electrodomésticos en Tierra del Fuego, estos fabricantes, nucleados en AFARTE, pusieron manos a la obra y sorprendieron al comprar una mina de oro en Santa Cruz.
La inversión alcanzó US$ 85 millones. “Ahí está todo el secreto”, le dijo ayer a Clarín uno de estos industriales que pidió el anonimato.
Los fondos surgieron de un fideicomiso que se conformó en función de una contribución por empresa de entre el 2 y 4% del monto equivalente a sus necesidades de componentes importados.
Ese fideicomiso recolectó 100 millones de dólares y prevé seguir desembolsando en la mina Don Nicolás para ponerla operativa. Para la explotación se asociaron con Minera IRL, una sociedad que nació en el año 2000 por iniciativa de la consultora australiana Investor Resources Limited y que tiene otros establecimientos en Perú y Canadá.
El yacimiento Don Nicolás está ubicado en el Macizo del Deseado en Santa Cruz y se prevé que en una primera etapa puede exportar US$ 100 millones anuales en oro.
El próximo martes AFARTE lanza un segundo fideicomiso con los mismos criterios y proporciones y del que prevé recaudar otros 100 millones de dólares. Los destinarán al desarrollo de proveedores locales de componentes.
De ese modo creen que serán menos castigados a la hora de solicitar los dólares para poder importar. Este año y al compás de la falta de dólares, el Gobierno les redujo el ingreso de piezas importadas en un 20%.
Y lo que parecía convertirse en un freno, justo en tiempos del Mundial, fue un aliado para hacer frente a las menores ventas, dado que los obligó a reducir la producción en idéntica proporción.
Por cierto, los industriales de Tierra del Fuego, que gozan de un régimen especial, deben aún recorrer un largo camino en materia de compensaciones.
Los componentes importados alcanzan en promedio al 75% de cada electrónico. No son una excepción ya que les pasa lo mismo a los brasileños. Pero en la Argentina eso significa un rojo sectorial de US$ 4.000 millones.
Mientras tanto, en AFARTE se ilusionan con repetir en la Argentina lo que acaban de conseguir sus homólogos de la brasileña Manaos: una extensión del régimen por otros 50 años. Aquí vence en 2023.