María José y Rosa, nativas de Jáchal, una ciudad de 20 mil habitantes. No tienen miedo. Se animan a vaticinar que 'esta minería no pasa más allá del 2008'. 'Vamos a parar esto y luego vendrá un efecto dominó. Que se vayan de la cordillera, porque allí tenemos la fábrica del agua'. Enviaron a analizar el agua de Río Jáchal. Hay fuerte presencia de arsénico y cianuro. El agua es intomable. Los que se resistían, ahora comprueban que no pueden tomarla. Se enferman de enterocolitis, se les inflaman los intestinos etc.', cuentan con tristeza.
Por Katy García (PRENSARED)
Son dos mujeres. María José y Rosa. Su lucha ha trascendido los límites de Jáchal. 'Lo hacemos por nuestros hijos', repiten. Solas, con pancartas en las plazas, resisten las miradas y la inacción de otros, porque apuestan a que muy pronto 'van a cruzarse y participar'.
Después de participar en largas e interminables discusiones y luego de que se produzcan divisiones entre las organizaciones, inician un nuevo camino de lucha. Enteradas del proyecto minero-metalífero, allá por el 2003, se organizan para enfrentar a las mineras, al gobierno y a la incomprensión de un sector de la población. María José y Rosa, nativas de Jáchal, una ciudad de 20 mil habitantes, piensan que la calle es un espacio para dar la pelea a favor de un desarrollo sustentable.
'Vamos a seguir en la lucha por nuestros hijos', deciden. Primero, empiezan a organizar actividades de difusión. Una de las acciones que saca el problema de las fronteras del pueblo, fue el encuentro sobre recursos naturales que realizaron en 2004. Reunieron experiencias de otros sectores y lograron interesar a especialistas como Raúl Montenegro y Rodríguez Pardo.
En 2004, se conforman como Madres Jachalleras. La disputa por el sentido es desigual. La fuerte política persuasiva encarada por la Barrick, a través de folletería cara y visitas domicialirias, conseguía que los vecinos se paralizaran. Además, las prácticas del clientelismo político en una zona donde la pobreza reina, son moneda corriente.
Pero había que seguir haciendo algo. Por caso, celebrar efemérides relacionadas con el medio ambiente, en la plaza y con pancartas alusivas a la contaminación y a la mina. 'Siempre íbamos pocas. Entonces buscamos otras estrategias para que la gente comprobara que esto es malo. Con mucho sacrificio hicimos analizar el agua que bebíamos en el INAL', le cuenta María José a Prensared.
El resultado demostró que el agua del río Jáchal superaba los límites permitidos de arsénico. 'Les comunicamos a las autoridades provinciales y locales y desestimaron el estudio. Nos dijeron que eso era así. Que toda la vida el río tuvo arsénico y que no veían porqué nos quejábamos'. Ante esa respuesta oficial comenzaron a levantar firmas para pedirle al Consejo Deliberante que no aprobara el proyecto Huacamayo, hoy en plena ejecución. 'Logramos 5000 firmas con un sacrificio terrible. Casa por casa, en bicicleta, porque no teníamos recursos. Solo contamos con el poco dinero nuestro', aclara. Presentaron a través de una iniciativa popular un proyecto en contra de la lixiviación, en el territorio de Jáchal. Los ediles votaron por unanimidad por el No, argumentado que 'iba en contra del progreso'.
Ante esa situación analizaron el agua nuevamente. En 2005 contenía 60 mg. de arsénico y en 2006 260 mg. O sea que había superado el 200 por ciento de lo que permite el código alimentario. Desesperadas, enviaron notas al cura, al intendente y al Defensor del Pueblo de la Nación. Presentaron un recurso de amparo para evitar que les ejecuten sus bienes por el no pago de la factura de agua. 'La gente de Jachal no toma el agua. La boleta nos sigue llegando aunque no la bebamos'. Y por supuesto empezaron a caer las intimidaciones de pago. 'Los mismos empleados sacan agua de pozo o compran. Obras Sanitarias, sociedad del Estado es la empresa que maneja el agua y nos ha discutido a muerte el valor del arsénico', explica María José.
El planteo de las Madres era conocer porqué había tanto arsénico en el agua. No acusaron en sus escritos a la minera. Pero saben que en la cordillera 'hay minas de arsénico y está en las rocas. Cuando hacen las explosiones viene de todo, incluso plomo', afirma.
Pero las autoridades niegan todo. Lo más sorprendente es que no cuentan con un laboratorio que identifique otros metales pesados además del arsénico. Las Madres saben que también hay mercurio y aluminio en cantidades elevadas. Pero cuando el juez da la orden de que se haga el análisis, el resultado es increíble: cero arsénico. '¿Cómo puede ser?', interroga.
En 2007, se dirigen a un laboratorio de Mendoza para comparar los resultados. Obviamente, el anterior no era confiable. Y pasó algo inesperado. No se observa la presencia de arsénico, pero sí encuentran cianuro. 'El agua es intomable. Los que se resistían, ahora comprueban que no pueden tomarla. Se enferman de enterocolitis, se les inflaman los intestinos etc.', cuenta con tristeza.
Como las aguas son interjurisdiccionales remitieron los análisis al fiscal de medio ambiente que está en Mendoza para que investigara. Este lo deriva a un juez federal quien se declara incompetente. 'Hasta el día de hoy no ha llegado al juez federal de San Juan. Pero es lo mismo, si es íntimo amigo del gobernador', lamenta.
Por su parte, el defensor del pueblo de la nación, Eduardo Mondino, les envió una resolución basada en una investigación realizada por un equipo de la defensoría. Allí, Mondino le sugiere al gobierno que pare el proyecto Pascua Lama. Porque de acuerdo a las leyes del Parque Nacional y de Reserva de la Biosfera, están ocupando parte de ese sitio protegido por la UNESCO. Además, han aplicado una ley provincial, obviando una nacional. 'Entonces, las leyes deben ser declaradas nulas por los jueces', exige.
'Si evaluamos las condiciones en que estamos llevando adelante esta lucha, creo que le estamos ganando a la minera, por mucho. Pero no contamos con dinero, ni con medios. Cuando decimos que la minería contamina el río, nos avasallan con publicidad. Pero la gente ya se va dando cuenta'.
Algunos vecinos quedan impresionados por la buena presencia de los promotores mineros. Y no pocas veces les dicen a las Madres 'vienen tan bien vestidos, cómo nos van a mentir'. María José asegura que nunca había experimentado con tanta crudeza la ignorancia. Pelear contra eso es muy duro. 'Pero a pesar de eso, si bien la gente no sale, porque piensan que les van a decir piqueteros, estamos convencidas de que somos dos y seguiremos adelante', desafía y añade que 'Ya llegará el momento en que crucen a la plaza'.
La situación de Jáchal es grave. Ha colapsado el sistema de riego, por lo tanto los productores están en problemas. El hospital es muy precario y faltan médicos especialistas. Entonces, se ha convertido en un centro de derivación. Además, se desconoce el estado sanitario de la población. Por comentarios de la gente se sabe que hay frecuentes muertes por cáncer, en su mayoría fulminantes. 'Te lo diagnostican y te morís a los tres meses', ejemplifica.
Venciendo las dificultades, estas dos mujeres salen a difundir su lucha y confían en que el grupo se ampliará. Pero otro problema que las preocupa es el aumento de la circulación y consumo de drogas entre los jóvenes. 'Si no te matan con la contaminación, te meten la droga. Pero ni son tan inteligentes, ni tan poderosos. Porque si alguien se expresa por la radio lo llaman y le dicen porqué dijiste esto y aquello', razona.
María José y Rosa no tienen miedo. Hasta se animan a vaticinar que 'esta minería no pasa más allá del 2008'. Por eso se preparan para seguir combatiendo a la contaminación. 'Vamos a parar esto y luego vendrá un efecto dominó. Que se vayan de la cordillera, porque allí tenemos la fábrica del agua', concluye.