Un 29 de marzo, hace 59 años, fue la tragedia de la mina de carbón San Eduardo en el norte neuquino, departamento Pehuenche. Como todos los años, se acercaron familiares y amigos a prender velas y a llevar algunas flores. Allí quedaron varios obreros sepultados, entre ellos uno de mis hermanos.

 

Por Lucía Jara publicado en el diario Río Negro
04/05/2010. Hace dos años la provincia la decretó, por ley 2.607, patrimonio histórico social del pueblo de la provincia del Neuquén. Desde entonces empezaron a ir muchos visitantes, auspiciados por la municipalidad de Chos Malal y Buta Ranquil, y también gente que vivió en el lugar, porque muchos fueron trasladados a otros centros mineros como Río Turbio.

Pero no sólo San Eduardo tuvo esa desgracia. En junio de 1943, en el departamento Ñorquín, en la mina Santa Marta de la Compañía Industrial Minera Taquimilán (Cimita) hubo varias víctimas. Un año después, el 2 de junio de 1944, hubo 23 más en otro accidente en la mina La Esperanza, de la misma empresa.

El 28 de agosto de 1947, en el departamento Añelo, en la mina de afaltita la Escondida de la compañía minera Auca Mahuida, un turno completo quedó bajo tierra (15 obreros) por una fuerte explosión seguida de incendio.

Los familiares pensamos cómo los gobiernos provinciales y nacionales no hacen memoria para no volver a repetir la historia. Siguen adjudicando tierras a empresas extranjeras “quién sabe con qué intereses económicos”, para seguir sacando las entrañas de la tierra con métodos tan contaminantes que no necesitan explosiones ni derrumbes, ya que los obreros pierden la vida por la contaminación como mueren los animales.

Lucía Jara, DNI 4.020.703 – Neuquén